domingo, 5 de julio de 2015

BAJA CAUDAL DE RÍOS DE COLOMBIA


Caudal de ríos en Colombia se redujo un 10%
Somos una especie muy arrogante que se abrogó el derecho de hacer con el planeta lo que le da la gana. Para sobrevivir tendremos que vivir más humildemente dice Poveda. FOTO Julio C. Herrera  No es solo el cambio climático. Este, más la deforestación, tienen efectos nocivos y serios.
La situación es más difícil por el bajo nivel en investigación, la reducida inversión en ciencia y tecnología, dice Germán Poveda Jaramillo, profesor de la Universidad Nacional y miembro del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático.
Una de las voces más calificadas para hablar del tema.
¿Sí se le está dando la importancia que merece?
“No. Muy poquito y muy tarde. No solo en la arena internacional sino en la nacional. Aquí hablan mucho de que están haciendo mucho sobre el cambio climático, pero es muy poquito, entre otras porque la ciencia y la investigación que se está haciendo es muy poca.
Hay muchas incertidumbres con respecto a los escenarios y a los procesos que gobiernan la dinámica de fenómenos como la lluvia. Sacar conclusiones hacia el futuro, qué va a pasar con escenarios de cambio climático en Colombia es muy temprano.
Para los caudales de los ríos hace 20 años encontramos están disminuyendo. El año pasado, con una pupila, Alejandra Carmona, volvimos a hacer ese tipo de análisis con todas las series que habíamos cogido y actualizamos con metodologías más potentes cómo han seguido esas tendencias y volvimos a encontrar los mismos resultados: las lluvias aumentan en unas zonas, en otras disminuyen. Identificamos de nuevo, que los caudales de los principales ríos están disminuyendo: Magdalena, Cauca, Atrato, los del centro del país. No hemos estudiado la Amazonia y la Orinoquia porque allí no hay registros muy largos”.
¿Es por el cambio climático?
“No es producto solo del cambio climático. Es una combinación de cambio climático y deforestación, que tiene implicaciones muy fuertes en la regulación del ciclo hidrológico.
Me preocupa porque sobre la deforestación no se hace casi énfasis en estos términos. La deforestación produce efectos locales muy evidentes, además de contribuir al calentamiento global. Cuando los bosques evapotranspiran agua enfrían la atmósfera, son un aire acondicionado natural fantástico, si se corta el bosque es como si se apagara ese aire y ese proceso de enfriamiento que ya no sucede aumenta la temperatura. Los caudales disminuyen porque se perturba el ciclo hidrológico en las cuencas. El caudal depende de la lluvia que cae en ella, de la evaporación, y del agua en el suelo. Si las temperaturas están cambiando cambia la evaporación, cambian los procesos de lluvias, cambia la humedad del suelo, eso produce que pueda haber menos caudales en esa cuenca.
El 50% de las lluvias sobre nuestras cuencas tropicales procede de la evaporación del bosque local. El efecto cambio climático más deforestación hace que esos caudales promedios de largo plazo estén disminuyendo, del 10 al 15% en los últimos 30, 40 años”.
¿Qué otras consecuencias tiene esa situación?
“Los Andes tropicales han sido identificados por los ecólogos serios como el sitio más crítico para la biodiversidad en el mundo. Nosotros sacamos pecho cuando decimos que Colombia es uno de los países megabiodiversos del mundo, y es verdad pero nunca decimos que Los Andes tropicales es el sitio de la Tierra donde más rápidamente estamos matando la biodiversidad por deforestación, por cambios en los usos del suelo. Es una amenaza no solo para el desarrollo sostenible sino para el desarrollo económico. Si a Colombia todavía le queda una esperanza de ser potencia económica es por esa razón, por los secretos que hay escondidos en el bosque tropical nuestro en términos de moléculas, patentes, resinas, colorantes, bioingeniería, biomimética, odorizantes, polímeros. Hay que ir al bosque natural a experimentar, a traer esos productos, a entender las moléculas y a agregarles valor para producir nuevas cosas”.
¿En dónde más se están viendo los problemas?
“Las series de malaria siguen teniendo tendencias crecientes fuertes que no descartaría que fuera por cambio climático porque las temperaturas están aumentando en todas partes del país y el aumento favorece las enfermedades transmitidas por mosquitos. Vemos una incidencia de El Niño en las epidemias de dengue, es patentico, correlaciones altísimas; lo mismo estamos descubriendo para leishmaniasis.
Qué decir de los glaciares que se han seguido derritiendo. No creo que en la próxima década, porque se resisten, pero en un par de décadas no tendremos nieve. Tiene implicaciones para la integridad de los ecosistemas de páramo debajo de la línea de nieve y si colapsan los glaciares es muy probable que colapsen los páramos, que son tremendamente frágiles con muchos servicios ecosistémicos. Si colapsan pueden tener efecto dominó de ahí hacia abajo en suministro de agua. Además los glaciares tienen un valor icónico alto”.
¿Qué va a pasar? “Tenemos retos muy grandes, amenazas muy grandes, vulnerabilidad muy grande y la solución a esos problemas solo puede ser con base en conocimiento científico y creo que lo que estamos atrasados en ponernos al día en generar ese conocimiento de punta para entender bien estas dinámicas. La única manera para salir del atraso, de la dependencia, es creando ciencia y conocimiento, innovaciones tecnológicas nuestras, con ciencia nuestra, aplicada a la realidad nuestra. Sobre eso hay poca decisión política de fondo para mejorar la inversión.
¿Quiere decir entonces que no se está actuando? “Como dicen los gringos too little too late. Santos saldrá a decir, o el Ministerio de fulano, dice tenemos un plan fantástico de adaptación y mitigación, tenemos unos programas maravillosos, y yo digo: muéstreme la ciencia sobre la cual están apoyadas esas decisiones... de una precariedad, y creo que sé de esa ciencia, del calentamiento global, del cambio climático... va uno a ver los estudios sobre los cuales se están tomando decisiones y son de una precariedad...
El año pasado salió un estudio de la Cepal, Planeación Nacional y el BID cuantificando el valor económico de los efectos del cambio climático sobre Colombia, que cada año es 0.49% del PIB y me puse a estudiarlo y es de una precariedad, incluso el informe económico que es de una miopía: evalúa unos pocos sectores y con unas hipótesis económicas que digo uy esto es muy peligroso.
Si la ciencia en la cual están basadas esas decisiones es bien precaria, qué podemos esperar de las decisiones...”. POLÉMICA EL PIB NO VALORA LA NATURALEZA
“Es que lo acaba de decir el Papa, la economía es muy deshonesta con el medio ambiente. La economía nuestra valora una hectárea de papa o dos vacas, pero no valora el bosque y los servicios ecosistémicos que presta, de secuestro de carbono; la evapotranspiración; alberga la biodiversidad; el sistema económico nuestro no valora como debería valorar esos servicios que presta la naturaleza y por tanto le importa un bledo deforestar. Esa ignorancia de los procesos ecológicos y los servicios ecosistemas que prestan los bosques dada la economía nuestra que se basa en maximizar el PIB, es un error; hay cosas que este no considera, como indicador de desarrollo se queda muy corto. El agotamiento de los recursos naturales exacerba el PIB pero no tiene en cuenta que es el agotamiento de un recurso que es finito”.

RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ Los temas de la ciencia, la astronomía y el medio ambiente con énfasis en cambio climático son mis campos de acción periodística. Con vocación por el mundo de los pequeños felinos y la defensa animal.  TOMADO DE EL COLOMBIANO 

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