Somos una especie muy arrogante que se abrogó el derecho de
hacer con el planeta lo que le da la gana. Para sobrevivir tendremos que vivir
más humildemente dice Poveda. FOTO Julio C. Herrera No es solo el cambio climático. Este, más la
deforestación, tienen efectos nocivos y serios.
La situación es más difícil por el bajo nivel en investigación,
la reducida inversión en ciencia y tecnología, dice Germán Poveda Jaramillo,
profesor de la Universidad Nacional y miembro del Panel Intergubernamental
sobre el Cambio Climático.
Una de las voces más calificadas para hablar del tema.
¿Sí se le está dando la importancia que merece?
“No. Muy poquito y muy tarde. No solo en la arena
internacional sino en la nacional. Aquí hablan mucho de que están haciendo
mucho sobre el cambio climático, pero es muy poquito, entre otras porque la
ciencia y la investigación que se está haciendo es muy poca.
Hay muchas incertidumbres con respecto a los escenarios y a
los procesos que gobiernan la dinámica de fenómenos como la lluvia. Sacar
conclusiones hacia el futuro, qué va a pasar con escenarios de cambio climático
en Colombia es muy temprano.
Para los caudales de los ríos hace 20 años encontramos están
disminuyendo. El año pasado, con una pupila, Alejandra Carmona, volvimos a
hacer ese tipo de análisis con todas las series que habíamos cogido y
actualizamos con metodologías más potentes cómo han seguido esas tendencias y
volvimos a encontrar los mismos resultados: las lluvias aumentan en unas zonas,
en otras disminuyen. Identificamos de nuevo, que los caudales de los
principales ríos están disminuyendo: Magdalena, Cauca, Atrato, los del centro
del país. No hemos estudiado la Amazonia y la Orinoquia porque allí no hay
registros muy largos”.
¿Es por el cambio climático?
“No es producto solo del cambio climático. Es una
combinación de cambio climático y deforestación, que tiene implicaciones muy
fuertes en la regulación del ciclo hidrológico.
Me preocupa porque sobre la deforestación no se hace casi
énfasis en estos términos. La deforestación produce efectos locales muy
evidentes, además de contribuir al calentamiento global. Cuando los bosques
evapotranspiran agua enfrían la atmósfera, son un aire acondicionado natural
fantástico, si se corta el bosque es como si se apagara ese aire y ese proceso
de enfriamiento que ya no sucede aumenta la temperatura. Los caudales disminuyen
porque se perturba el ciclo hidrológico en las cuencas. El caudal depende de la
lluvia que cae en ella, de la evaporación, y del agua en el suelo. Si las
temperaturas están cambiando cambia la evaporación, cambian los procesos de
lluvias, cambia la humedad del suelo, eso produce que pueda haber menos
caudales en esa cuenca.
El 50% de las lluvias sobre nuestras cuencas tropicales
procede de la evaporación del bosque local. El efecto cambio climático más
deforestación hace que esos caudales promedios de largo plazo estén
disminuyendo, del 10 al 15% en los últimos 30, 40 años”.
¿Qué otras consecuencias tiene esa situación?
“Los Andes tropicales han sido identificados por los
ecólogos serios como el sitio más crítico para la biodiversidad en el mundo.
Nosotros sacamos pecho cuando decimos que Colombia es uno de los países
megabiodiversos del mundo, y es verdad pero nunca decimos que Los Andes
tropicales es el sitio de la Tierra donde más rápidamente estamos matando la
biodiversidad por deforestación, por cambios en los usos del suelo. Es una
amenaza no solo para el desarrollo sostenible sino para el desarrollo
económico. Si a Colombia todavía le queda una esperanza de ser potencia
económica es por esa razón, por los secretos que hay escondidos en el bosque
tropical nuestro en términos de moléculas, patentes, resinas, colorantes,
bioingeniería, biomimética, odorizantes, polímeros. Hay que ir al bosque
natural a experimentar, a traer esos productos, a entender las moléculas y a
agregarles valor para producir nuevas cosas”.
¿En dónde más se están viendo los problemas?
“Las series de malaria siguen teniendo tendencias crecientes
fuertes que no descartaría que fuera por cambio climático porque las
temperaturas están aumentando en todas partes del país y el aumento favorece
las enfermedades transmitidas por mosquitos. Vemos una incidencia de El Niño en
las epidemias de dengue, es patentico, correlaciones altísimas; lo mismo
estamos descubriendo para leishmaniasis.
Qué decir de los glaciares que se han seguido derritiendo.
No creo que en la próxima década, porque se resisten, pero en un par de décadas
no tendremos nieve. Tiene implicaciones para la integridad de los ecosistemas
de páramo debajo de la línea de nieve y si colapsan los glaciares es muy
probable que colapsen los páramos, que son tremendamente frágiles con muchos
servicios ecosistémicos. Si colapsan pueden tener efecto dominó de ahí hacia
abajo en suministro de agua. Además los glaciares tienen un valor icónico
alto”.
¿Qué va a pasar? “Tenemos retos muy grandes, amenazas muy grandes,
vulnerabilidad muy grande y la solución a esos problemas solo puede ser con
base en conocimiento científico y creo que lo que estamos atrasados en ponernos
al día en generar ese conocimiento de punta para entender bien estas dinámicas.
La única manera para salir del atraso, de la dependencia, es creando ciencia y
conocimiento, innovaciones tecnológicas nuestras, con ciencia nuestra, aplicada
a la realidad nuestra. Sobre eso hay poca decisión política de fondo para
mejorar la inversión.
¿Quiere decir entonces que no se está actuando? “Como dicen los gringos too little too late. Santos saldrá a
decir, o el Ministerio de fulano, dice tenemos un plan fantástico de adaptación
y mitigación, tenemos unos programas maravillosos, y yo digo: muéstreme la
ciencia sobre la cual están apoyadas esas decisiones... de una precariedad, y
creo que sé de esa ciencia, del calentamiento global, del cambio climático...
va uno a ver los estudios sobre los cuales se están tomando decisiones y son de
una precariedad...
El año pasado salió un estudio de la Cepal, Planeación
Nacional y el BID cuantificando el valor económico de los efectos del cambio
climático sobre Colombia, que cada año es 0.49% del PIB y me puse a estudiarlo
y es de una precariedad, incluso el informe económico que es de una miopía:
evalúa unos pocos sectores y con unas hipótesis económicas que digo uy esto es
muy peligroso.
Si la ciencia en la cual están basadas esas decisiones es
bien precaria, qué podemos esperar de las decisiones...”. POLÉMICA EL PIB NO
VALORA LA NATURALEZA
“Es que lo acaba de decir el Papa, la economía es muy deshonesta
con el medio ambiente. La economía nuestra valora una hectárea de papa o dos
vacas, pero no valora el bosque y los servicios ecosistémicos que presta, de
secuestro de carbono; la evapotranspiración; alberga la biodiversidad; el
sistema económico nuestro no valora como debería valorar esos servicios que
presta la naturaleza y por tanto le importa un bledo deforestar. Esa ignorancia
de los procesos ecológicos y los servicios ecosistemas que prestan los bosques
dada la economía nuestra que se basa en maximizar el PIB, es un error; hay
cosas que este no considera, como indicador de desarrollo se queda muy corto.
El agotamiento de los recursos naturales exacerba el PIB pero no tiene en
cuenta que es el agotamiento de un recurso que es finito”.
RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ Los temas de la ciencia, la
astronomía y el medio ambiente con énfasis en cambio climático son mis campos
de acción periodística. Con vocación por el mundo de los pequeños felinos y la
defensa animal. TOMADO DE EL COLOMBIANO
No hay comentarios:
Publicar un comentario