jueves, 5 de julio de 2012

TERMOELECTRICAS DE CHILE

 Un gran movimiento ciudadano se gestó en torno a la instalación de la termoeléctrica Barracones en la localidad de Punta de Choros, Coquimbo, contigua a una reserva marina, lo que de implementarse hubiese causado un impacto severo en términos ecológicos, económicos y en la salud de la población del lugar.
Este episodio estuvo marcado por una presión sin precedentes de figuras de la televisión, políticos de diversos partidos, organizaciones sociales y ambientales, y de sectores que usualmente no participan de estas causas, que lograron que el proyecto aprobado por la COREMA de esa región, fuera desestimado por la máxima autoridad del país.
Los medios de comunicación también destinaron amplios espacios para informar sobre las movilización ciudadana, a pesar de que no cubren otros conflictos de similar magnitud como los generados por otras centrales termoeléctricas tanto en el sur como en el norte de nuestro país. Así es el caso de lo que ocurre en Coronel y Talcahuano actualmente.
A pesar de que el presidente Sebastián Piñera, saltándose la institucionalidad ambiental, ordenara relocalizar este proyecto, una generadora de este tipo continúa siendo un problema. No se trata solo de la protección de la diversidad ecológica y marina, sino que de la protección de la vida de las comunidades humanas que usualmente circundan estos emprendimientos.
Las termoeléctricas no son solo empresas generadoras de energía eléctrica en base al carbón que impactan sobre el ambiente natural  -es decir, no es un problema netamente conservacionista- sino que afectan a las comunidades humanas que viven en torno a estos complejos causando diversas enfermedades como cáncer y respiratorias.
Además, es relevante identificar plenamente a los responsables. En el caso de la Termoeléctrica Barracones se trata de la empresa franco-belga Suez Energy, la cual se desliga de su responsabilidad apelando a la aprobación del proyecto por una débil institucionalidad ambiental, la cual permite actualmente una serie de proyectos de estas características en el país.
En la actualidad, lejos de globalizar el problemas de las termoeléctricas, y señalar que es un problema netamente conservacionista o que contribuye al calentamiento global, será más que nunca necesario localizar e identificar exactamente dónde se ubican los proyectos y cuáles son sus impactos ambientales y sociales.
OTROS PROYECTOS EN CONFLICTO
Es importante identificar otros daños que están provocando las termoeléctricas en nuestro país de manera específica y establecer las responsabilidades frente a la instalación de estos complejos de generación eléctrica que causan tanto daño.
En la provincia de Puchuncaví, específicamente en Ventanas, se ubica un lugar denominado “Zona Saturada”, que posee al menos dos proyectos termoeléctricos funcionando.
Este mega complejo energético debería llamar  la atención de la ciudadanía, debido a la saturación de la zona de compuestos tóxicos y venenosos que causan tremendos problemas para la vida silvestre y a su población.
La contaminación ambiental produce que el aire, suelos y el agua estén llenos de tóxicos en este lugar, provocan enfermedades como cáncer y diversas afecciones que todos los días son registrados en los consultorios de una comuna como Los Maitenes, cercana a Ventanas.
Las múltiples acciones de entidades corporativas y gubernamentales por privilegiar estos complejos contaminantes quedó en evidencia con la instalación de la Termoeléctrica Campiche;  la comunidad logró frenarla en un primer momento, pero que mediante las estrategia del cambio de uso de suelo,  está actualmente funcionando.
Enviado sugerido por Boletín GAL

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