Estados Unidos admite que dejará de ser la potencia
hegemónica en 2030
EJBLASCO
En un informe del Consejo Nacional de Inteligencia prevé un
escenario multipolar en 2030, con China como primera potencia económica
El mundo en el año
2030
Lo que los politólogos ya venían advirtiendo ahora ha sido
confirmado por las previsiones de la propia Inteligencia de Estados Unidos: la
hegemonía estadounidense en el mundo tiene los años contados. El informe
«Tendencias Globales 2030», elaborado por el Consejo Nacional de Inteligencia
de EE.UU., en el que está integrado la CIA, apunta que en un plazo de quince o
veinte años la escena internacional habrá dado paso a un mundo multipolar, en
el que Washington seguirá teniendo cierto liderazgo, pero no dominio. Será
«primero entre iguales».
Antes del horizonte 2030, China habrá sobrepasado a EE.UU.
como primera potencia económica (Estados Unidos será «número dos» en la
economía, por extraño que le parezca a un mundo acostumbrado al fuelle
económico del Tío Sam); pero el coloso asiático no se encaramará en el
privilegiado lugar en el que han estado los estadounidenses desde la
descomposición de la URSS. Tampoco se pasará a un mundo bipolar -un mano a mano
entre EE.UU y China- sino que habrá una constelación de potencias mayores, que
difícilmente actuarán como un bloque, entre las que seguirá sobresaliendo el
país de las barras y estrellas.
«No es probable que ninguna otra potencia alcance la misma
panoplia de poder», indica el informe. Además, precisa que el volumen del PIB
en el que se adelantará China, lo que formalmente pondrá a los chinos al frente
del ránking económico, no es el único medidor de una superpotencia. EE.UU.
seguirá liderando, por ejemplo, en materia de nuevas tecnologías. Además,
estará en condiciones de actuar como «equilibrador» que asegure la estabilidad
regional en el sureste asiático en caso de tensiones, como hizo en Europa.
Clase media
La tabla de
clasificación entre las potencias, en realidad, es solo una pequeña parte del
estudio, que presenta otras importantes tendencias. La clase media, por primera
vez, será el sector económico y social más importante de la «vasta mayoría» de
países en todo el mundo (crecerá de 1.000 millones a 3.000 millones, superando
la población empobrecida), lo que contribuirá a «acelerar sustancialmente» el
poder del individuo. Eso llevará a una mayor difusión de poder, concretado en
«networks informales» y una nueva era de democratización
La inteligenecia estadounidense ve «improbable» un
enfrentamiento armado entre Estados Unidos y China, por más que una China
democrática también podría ser más nacionalista, y considera que las zonas de
más conflicto serán Oriente Próximo y el Sureste asiático (la modernización
llevará a más tensión). Las nuevas oportunidades energéticas en muchos países
quitarán mercado a Rusia, lo que podría debilitarla y empujarla a mayor
agresión.
El informe resume las
transformaciones que se van a producir en los próximos veinte años en un elenco
de «cambios tectónicos»: casi en todas partes del mundo en desarrollo las
clases medias se expandirán sustancialmente tanto en números absolutos como en
porcentaje, con mayor acceso a educación y sanidad. Asia sobrepasará a
Norteamérica y Europa juntas en términos de poder global; China sola adelantará
a EEUU como la mayor economía poco antes de 2030.
El envejecimiento de la población ya no será solo un
problema de Occidente; también en muchas otras sociedades la población juvenil
se reducirá. El proceso de urbanización se acelerará; Africa reemplazará
gradualmente a Asia como la región con mayor índice de urbanización.
Los individuos
tendrán más acceso a tecnologías letales
La demanda de
alimentos, agua y energía crecerá aproximadamente un 35%, 40% y 50%
respectivamente; será un riesgo mayor para Africa y Oriente Próximo, pero
también dejará vulnerables a China e India. Estados Unidos estará en
condiciones de haber alcanzado la independencia energética gracias al
desarrollo del «fracking».
El mayor poder de
individuos y pequeños grupos que generará la extensión de la clase media y la
más grande autonomía personal también tendrá su lado negativo: les capacitará
para tener más acceso a «tecnologías letales y desbaratadoras» (capacidad de
ataques con precisión, ciberataques y bioterrorismo), permitiéndoles perpetrar
violencia a gran escala, algo que antes era monopolio de los estados. De todos
modos, para 2030 se habrá acabado el «terrorismo islamista» que hoy conocemos.
Enviado en red foroba tomado de abc de es
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