La ONU admite que son lentas las negociaciones sobre el
clima
"Preocupa que sean a ritmo tan lento", explicó la
secretaria ejecutiva Christiana Figueres, que remarcó la oportunidad que se
tiene de salvar el planeta
Por Víctor Ingrassia
La secretaria ejecutiva del clima de la ONU, encabezó las
negociaciones en Doha, Qatar. Foto: AP
Los resultados de la XVIII Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el cambio climático que tuvo lugar recientemente en Doha, Qatar,
dejaron muy claro el panorama sobre el nivel de compromisos que tienen los
países para frenar el calentamiento mundial para las próximas décadas: las
negociaciones internacionales avanzan sin pausa en la dirección correcta, pero
resulta preocupante que sea a un ritmo tan lento.
A esta conclusión arribó la propia secretaria ejecutiva de
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)
Christiana Figueres, que por medio de un comunicado general explicó por qué es
"necesario y posible llegar a un acuerdo universal" sobre el cambio
climático, y por qué se puede "migrar de la política de la culpabilidad a
la política de la oportunidad".
Según explica la experta, en el núcleo de estas
negociaciones está nada más y nada menos que la transformación energética más
difícil que el mundo haya visto jamás. "En el pasado, las transiciones
energéticas han sido muy largas. La leña era la primera fuente de energía de la
humanidad y no fue desplazada por el carbón hasta el siglo XVIII. Con la
aceleración del avance tecnológico, solo tuvo que pasar un siglo para que el
petróleo reemplazase al carbón como principal fuente de energía en todo el
mundo", aclara Figueres, refiriéndose a que el uso de combustibles fósiles
agrava las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
"La ciencia nos dice que las emisiones mundiales de GEI
deben llegar a su punto máximo esta década y a partir de entonces disminuir
rápidamente. Lo que es más importante, la llegada al nivel máximo de emisiones
globales debe ocurrir pronto si queremos reducir los costes humanos. Los
fenómenos meteorológicos extremos que se producen en todas las regiones del
mundo demuestran ampliamente los crecientes costes humanos, sobre todo para los
más vulnerables", indicó Figueres.
Así, remarca que "la ONU es la única plataforma que
garantiza a todos los países, grandes o pequeños, acceso a un proceso mundial
de toma de decisiones".
Acuerdo global
"La transición hacia las bajas emisiones de carbono
requiere una participación global porque el cambio climático ya ha afectado a
todos y cada uno de los países y porque es necesario guiar deliberadamente un
cambio global acelerado. Es más, la escala y el ritmo del desarrollo económico
impulsado por la tecnología y el libre movimiento de capital hacen que la
participación global sea esencial. Las economías con bajas emisiones de hoy en
día, incluso las que tienen bajas emisiones per cápita, pueden convertirse y se
convertirán en economías con altas emisiones del mañana más rápidamente de lo
que nunca ha sido posible a no ser que sean apoyadas y alentadas adecuadamente
a forjarse futuros de energía limpia para ellas mismas", resume la
experta.
Durante las dos últimas Conferencia Mundiales de Cambio
Climático en Cancún y Durban, se realizaron importantes avances, pero no suficientes.
En Doha 37 países (todos los miembros de la Unión Europea, Australia, Belarús,
Croacia, Islandia, Kazajistán, Noruega, Suiza y Ucrania) adoptaron metas
jurídicamente vinculantes de reducción de las emisiones que a lo largo de los
próximos 8 años los llevarán colectivamente a un nivel de emisiones un 18%
inferior a los niveles de referencia de 1990.
Además, todos los países confirmaron su determinación de
llegar a un acuerdo aplicable a todos y basado en los últimos avances de la
ciencia en diciembre de 2015 como muy tarde.
"Los gobiernos se están dirigiendo claramente hacia una
gran transformación, pero todavía no han demostrado su intención mediante una
implementación contundente e inmediata de lo que ya se ha prometido. Los
gobiernos deben y pueden acelerar las acciones para afrontar el cambio
climático, no por razones altruistas, sino por el interés nacional",
remarcó Figueres.
Una aclaración importante que hace la entendida es que la
ONU es el marco para tomar decisiones mundiales, pero no es el impulsor de las
decisiones nacionales, ya que los intereses nacionales en la sostenibilidad de
los recursos, la estabilidad y la competitividad son los impulsores de las
acciones para afrontar el cambio climático.
En este cambio que la ONU a través de Figueres intenta
concientizar, se destaca que en 2011 un total de 118 países tenían legislación
aplicable al cambio climático o metas de energía renovable, es decir, más del
doble que en 2005.
Además, en 2010 a las energías renovables les correspondía un
20,3% de la electricidad generada en todo el mundo, frente a un 3,4% en 2006.
La inversión en energía limpia ha sobrepasado los mil millones de dólares y se
espera que aumente hasta casi 400.000 millones de dólares anualmente.
"Los signos de movimiento hacia bajos niveles de
emisiones se pueden ver por todas partes, pero aún son insuficientes. Las bajas
emisiones de carbono deben ser pronto la norma, no la novedad.
Los gobiernos han trazado la trayectoria, pero avanzan muy
despacio. Ninguno lo hace a su máximo potencial. Ni ellos ni nadie. El sector
privado puede y debe avanzar con más determinación. El sector financiero puede
y debe invertir con más agresividad. La tecnología puede y debe avanzar más
rápido. Nadie está exento de responsabilidad, y todos tenemos la oportunidad de
contribuir a la solución", expresó Figueres.
Y concluyó: "Necesitamos el máximo esfuerzo por parte
de todos. Necesitamos dejar atrás la mentalidad ganador-perdedor y cooperar en
pos de un objetivo compartido urgente. Necesitamos esfuerzos que se refuercen
mutuamente para acelerar el impulso hacia una economía con bajas emisiones.
Juntos podemos migrar de la política de la culpabilidad a la política de la
oportunidad"..
Tomado de diario La Nacion de Argentina
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