El subterráneo de Lima que nunca se construyó A inicios de los 70 se realizó un estudio para construir un
metro en Lima. Sin embargo, Morales Bermúdez lo desechó en 1975 (Foto referencial:
Archivo Histórico El Comercio) Manuel Marticorena Está por inaugurarse oficialmente el
segundo tramo de la Línea 1 del Metro de Lima y a fines de marzo se concesionó
la construcción de la Línea 2 (que irá de Ate al Callao) que garantizará un
transporte masivo y más fluido en la capital. Como en otras obras, Lima arranca
tarde con este tipo de infraestructuras respecto a varias capitales de
Latinoamérica como Buenos Aires, Santiago de Chile, México y Sao Paulo. Lo llamativo es que proyectos existieron,
pero la falta de decisión política de muchas autoridades los encarpetaron y
prefirieron soluciones de corto plazo para tranquilizar a las tribunas. El
historiador Neydo Hidalgo, quien escribió el libro "Los tranvías de Lima", indica que
hubo estudios precursores sobre la necesidad de que Lima tuviera un metro (tren
subterráneo).
Si se hubiera concretado al menos uno de esos estudios, la
capital tendría en este momento cuatro líneas que permitirían un transporte más
veloz y cómodo que viajar en esas cápsulas bautizadas como combis.
UNA PROYECCIÓN AL FUTURO
La historia del metro que nunca se hizo, parte de un estudio
encargado por la Municipalidad de Lima a la consultora sueca Trafikkonsult Ab
en 1965. Dicho estudio ya adelantaba que sería imposible satisfacer la creciente
demanda de transporte de Lima solo por medios de superficie y priorizaba la
construcción de un metro.Además, tomaba como referencia el desarrollo que Lima
iba a tener hacia 1985 (sin tomar en cuenta la considerable migración que
recibiría luego la capital). Según Hidalgo, este estudio mostró que Lima
tendría cargas de tráfico tan pesadas que no daban opción a otras alternativas
de transporte. ¿Futurólogos? No. Trafikkonsult Ab había tomado los ejemplos de
desarrollo de varias ciudades europeas, cuyos ritmos de crecimiento eran
vertiginosos. En ese sentido, recomendó la construcción de tres líneas de
subterráneos radiales que debían recorrer 67,5 kilometros. ¿El costo? Ascendía
en ese entonces a US$3,6 millones por kilómetro. Lo que equivaldría a US$243
millones. La primera línea partiría de Chorrillos al Centro de Lima. Teniendo
en mente este proyecto, hacia 1972 se realizó una licitación para el desarrollo
de un estudio de factibilidad para construir el metro de Lima. El concurso fue
ganado por el consorcio peruano-alemán denominado Metrolima (formado por
Electrowatt Ingenieros Consultores SA y Lahmeyer International GmbH) que
realizó trabajos de campo y análisis. Al respecto, los ingenieros hicieron
frecuentes recorridos en helicóptero por la ciudad para determinar las mejores
rutas y las dimensiones.
UN PLAN RECHAZADO
En 1973, Metrolima presentó el Estudio de Factibilidad
Técnico Económico y Anteproyecto del Sistema de Transporte Rápido Masivo de
Pasajeros en el Área Metropolitana Lima-Callao, el que fue aprobado por el
gobierno de ese entonces.
Según esta empresa, se requerían cuatro líneas. La primera
de ellas debió comenzarse a construir en 1974 y gradualmente deberían
implementarse las siguientes líneas subterráneas. Todo el sistema concluiría a
más tardar en el 2000.
La primera línea iba desde Comas a Villa El Salvador con una
extensión de 36,8 kilómetros; la segunda debía unir San Borja con Maranga (una
distancia de 13,1 kilómetros). La tercera partía desde el Rímac y debía llegar
a San Isidro (7,4 kilómetros); finalmente la cuarta línea salía de La Victoria
y llegaba a Carmen de la Legua (11,1 kilómetros). Todas las rutas suponían un
recorrido de 70 kilómetros con un costo promedio de construcción de US$11
millones por kilómetro.
Según el plan de Metrolima, en 1981 debería entrar en
funcionamiento la primera línea, o al menos debería estar edificado el tramo
Rímac - San Juan de Miraflores, y culminarse toda la ruta (desde Comas a Villa
El Salvador) en 1985. Para el 2000, Lima debería tener funcionando los cuatros
trenes que prioritariamente irían por el subsuelo.
Parte de la ingeniería consideraba, por ejemplo, que una
línea del metro cruzara por debajo del río Rímac. Además se aprovecharía la
parte central del zanjón (que hoy utiliza el Metropolitano).
Según cuenta Hidalgo, había tanto entusiasmo en estos
proyectos que en 1974 fabricantes ferroviarios de la República Federal Alemana,
Unión Soviética, Japón y Francia tenían interés en participar en la
construcción del metro de Lima.
Sin embargo, el presidente Morales Bermúdez, al asumir el mando
en 1975, postergó el proyecto por considerarlo costoso, con lo que apagó la
ilusión visionaria de tener un sistema que solucionara los problemas futuros de
transporte de Lima.
EL METRO INCONCLUSO
La siguiente historia del Metro de Lima comenzó con en 1986
con el presidente Alan García en 1986. El plan incluía el recorrido desde Villa
El Salvador (VES) hasta Comas, recorriendo aproximadamente 33 kilómetros, la
obra se encargó al Consorcio Tralima, que consideró adecuado la construcción de
un metro con un viaducto elevado.
Lamentablemente sólo se construyeron 9,2 kilómetros entre
VES y el puente Atocongo (San Juan de Miraflores) recorriendo apenas tres
distritos. Aun así la obra se inauguró inútilmente en 1990. La obra fue
retomada en el 2009 y desde la historia ya es conocida.
No se trata de llorar sobre leche derramada, sino de
considerar propuestas agresivas en pro del desarrollo de la ciudad, 60 años
después (seis generaciones luego) Lima tiene un sistema de transportes mucho
más moderno (aunque insuficiente). De las autoridades depende escuchar las
voces y los proyectos que necesitarán las próximas generaciones y que desde ya
se deben empezar a construir. TOMADO DE EL COMERCIO DE PERU
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