viernes, 27 de noviembre de 2015

PERDIDA DE BOSQUES EN COLOMBIA

 Deforestación: a cambiar paradigmas
El Ministerio de Ambiente y el Ideam presentaron la evaluación de la pérdida de bosques en el año 2014. Según el estudio, dicha pérdida fue de 140.356 hectáreas, lo que representa, con respecto a 2013, un aumento de 120.934 hectáreas deforestadas.
De esta forma, entre estos dos años, la superficie total cubierta en bosque natural del país se redujo al pasar de 59.133.636 hectáreas a 58.964.543.
Esto significa que en nuestro país, rico en bosques naturales y biodiversidad, infortunadamente se continúa destruyendo el patrimonio ambiental y natural, con las adversas consecuencias que ello implica para todos.
Pareciera que no aprendemos aún las nefastas lecciones para la humanidad y el planeta que se derivan de la destrucción de la riqueza natural. Los efectos del calentamiento global y del cambio climático están relacionados con la destrucción de los bosques.
Por culpa de la deforestación, se ve cómo han aumentado las tragedias producidas por las inundaciones o la erosión de los suelos. Igualmente, por cuenta de dicho fenómeno, son muchas las fuentes de agua que se han secado o que se han visto fuertemente afectadas, lo que a su vez tiene repercusiones en el acceso al agua de muchas poblaciones.
Infortunadamente, en Colombia todavía existen poderosos incentivos que llevan a destruir el bosque, bien para la utilización ilegal de la madera o para dedicar los suelos a actividades agrícolas o ganaderas.
La normatividad en materia ambiental y la capacidad para hacerla respetar, especialmente en lo que tiene que ver con el cuidado y la preservación de los bosques, han sido poco eficaces. En ello las corporaciones autónomas regionales tienen responsabilidad, pues no han cumplido a cabalidad con la misión y las funciones asignadas.
Asimismo, la falta de valoración social y de cultura ambiental por parte de la población hace que no haya mayor interés colectivo por la conservación de la riqueza natural.
Finalmente, y como lo establece el estudio de marras, los nuevos enemigos de los bosques son: la minería ilegal, que actúa especialmente en ecosistemas frágiles, como los del Chocó y la Amazonia, y los cultivos ilícitos, que afectan diversas regiones del país.
De esta forma, y con el propósito de acabar con la deforestación y garantizar el uso del suelo según su vocación, el país debe ajustar los diversos mecanismos institucionales y económicos existentes y poner en marcha las medidas necesarias para que estos actúen
con eficacia.
Entre los mecanismos institucionales que deben fortalecerse está el ordenamiento del suelo. Entre los económicos se encuentran el aumento del impuesto predial, el aseguramiento de los derechos de propiedad y de uso del suelo y la ampliación y el fortalecimiento del pago por servicios ambientales.
De otra parte, el país ha hecho muy poco por promover la reforestación comercial. Según el Ministerio de Agricultura, el país tiene un potencial de 14 millones de hectáreas, el que se aprovecha de forma mínima.

La deforestación nos pone el reto de dejar atrás la cultura del hacha y la colonización y avanzar en la del desarrollo sostenible. Está en nosotros decidir qué ruta seguimos. JUAN JOSÉ PERFETTI DEL CORRAL - TOMADO DE EL COLOMBIANO 

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