Concordia, entre el
agua y la solidaridad Los inundados tardarán entre 3 y 5 meses en volver a sus
casas Silvina
CONCORDIA.- Con el inicio del nuevo año comenzó también aquí
la programación de la "vuelta a casa" para los inundados que debieron
dejar su hogar. Si bien los pronósticos prevén algunas lluvias, todos prefieren
imaginar lo mejor: que las nuevas crecidas no superarán las marcas ya
registradas y que el agua comenzará a retirarse. Un proceso que, se sabe,
llevaría entre tres y cinco meses, por lo que hasta entonces gran parte de los
10.000 evacuados no podrán volver a sus hogares. Además, la gente de la ciudad
ya da por perdida la temporada de verano completa para la actividad comercial
de la zona del puerto. "Es una situación muy compleja porque cayó mucha
agua durante mucho tiempo y en una época no habitual", sintetizó a LA
NACION Walter Kleiman, presidente del Centro de Comercio e Industria de
Concordia. "Los propietarios de comercios que están cerca del río ya están
habituados a las crecientes y se preparan colocando a uno o dos metros de
altura mesas, sillas, heladeras, freezers o las maquinarias. De esa forma el
agua invade los locales, pero no llega a los muebles y equipos. Esta vez el
agua llegó al techo y perdieron todo", dijo.
Ivan y Valentín miran su casa, bajo el agua, en el barrio
Nebell
Ivan y Valentín miran su casa, bajo el agua, en el barrio
Nebell.Foto:Emiliano Lasalvia
La cantidad de comercios afectados y el impacto económico de
este fenómeno aún no fueron estimados por ese centro de comercio. Tampoco por
la municipalidad. "No podemos saber el grado de destrucción provocado por
el agua porque nunca tuvimos una crecida como ésta. Recorrí la zona en bote y
vi el deck de un restaurante flotando a la altura de la copa de una palmera.
Realmente da temor ver la fuerza de la correntada sobre los techos de los
locales y casas. Y da mucha tristeza", admitió Armando Gay, que en
diciembre pasado, después de siete años, dejó la conducción de un ente mixto de
gestión de la costanera de Concordia para asumir la viceintendencia que ganó el
Frente para la Victoria. "Hasta ahora no hay certeza sobre cómo seguirá el
río. Se esperan varias crecidas más hasta marzo. Es decir que los negocios
estarán bajo el agua todo el verano", agregó. A las pérdidas de los muros,
muebles y equipamientos se suma también el lucro cesante por la falta de
actividad durante estos meses de temporada alta. "No tenemos un censo de
los comercios instalados en esa zona, pero estimamos en unos doscientos los que
fueron afectados, que incluyen restaurantes, autoservicios, quioscos y fotocopiadoras.
En esta época se organizaban despedidas y festejos por el fin de año en esos
locales", se lamentó Kleiman. De hecho, en estos días no se vivió en las
calles de esta ciudad el clima festivo típico de fin de año. A la falta de
turistas se agregaron celebraciones familiares discretas y sin tantos fuegos
artificiales ni bullicio como ocurría otros años. "La cena de fin de año
fue pollo a la parrilla, que hicimos con los alimentos que nos dieron. En total
éramos 55 personas, las nueve familias que estamos viviendo desde antes de la
Navidad en este galpón", contó a LA NACION Alejandro Sánchez, de 42 años,
ayer a la mañana, mientras tomaba mate con su esposa, Rosana. Sus hijos, de 8 y
5 años, jugaban con Evangelina Maidana, suboficial de la policía entrerriana
destinada por estos días a uno de los 38 centros de evacuados que, según
Alejandro Ferrando, subsecretario de Salud local, están funcionando en
escuelas, espacios del Ejército y otras instituciones. Es la cuarta vez que a
los Sánchez se les inunda la casa prefabricada, que ahora, están seguros,
perderán por completo. "Por suerte pudimos sacar los muebles y nuestras
cosas", dijo Rosana. La de ellos fue una salida "a pie seco",
como la llaman los sanitaristas. Esto significa que al no haber entrado en
contacto con el agua del río mezclada con la de basurales o cloacas no corren
riesgo de contraer enfermedades. Los que sí se mojaron, sea porque tuvieron que
evacuarse o porque ayudaron a otros a hacerlo, fueron vacunados para prevenir
brotes de hepatitis A o leptospirosis. "Hay 25 médicos que visitan los
centros de evacuados para asistirlos y acompañarlos en los tratamientos que
puedan tener por otras enfermedades, y también hay otro equipo que está
visitando a los autoevacuados para indicarles las vacunas", informó
Ferrando, que también coordina un comité de salud creado a raíz de la
emergencia hídrica, desde donde también se está planificando la repetición de
esas vacunas para el momento del regreso a los hogares. "Además, estamos
desarrollando actividades de contención psicológica que ayude a los
damnificados en este momento, cuando tienen que convivir con otras personas que
no conocen, y cuando vuelvan a sus casas también los acompañaremos",
anticipó. Sin playas ni posibilidades de pesca -uno de los atractivos de
Concordia para el turismo deportivo internacional- hasta que no baje el río,
comerciantes y funcionarios ven con preocupación la retracción de los turistas.
"Tenemos 5000 plazas hoteleras intactas. No hay hoteles en Concordia
debajo del agua. Los complejos termales y los parques acuáticos siguen
funcionando. No se suspenderá la maratón de Reyes ni los carnavales", dijo
Kleiman. Y agregó: "Les pedimos a los turistas que vengan, porque ellos
pueden ayudar con sus visitas a la reactivación de la zona". Tomado de la nación
de ar
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