martes, 19 de enero de 2016

RÍO MAGDALENA EN COLOMBIA MUY SECO

 En Tolima imploran para que el Magdalena vuelva a crecer
En Honda, el nivel del río Magdalena se redujo casi un 50 por ciento. FOTO COLPRENSA POR ANTONIO GUZMÁN |
El fenómeno de El Niño también está haciendo estragos en el río Magdalena, afluente que a su paso por el departamento del Tolima está llegando en niveles históricamente bajos.
Ensartando la carnada en los dos anzuelos que adecuó en una improvisada caña de pescar, Nedsol Sánchez espera a que mejore la jornada pesquera que inició desde las 6:00 de la mañana; ya completa poco más de cuatro horas y no ha conseguido lo del diario.
Este huilense, que lleva 15 años visitando Honda (Tolima) en la temporada de subienda del río Magdalena, dice que nunca había visto el nivel del afluente tan bajo, y la culpa, dice, es de las represas que hay río arriba, y por la falta de conciencia de los mismos pescadores, que solo quieren sacar provecho, sin cuidar el afluente.
Pero no solo el problema por el bajo nivel del caudal del Magdalena afecta al pescador del norte del Tolima, pues en la zona oriental los cultivadores y la población en general están temerosos por la sequía. Las atarrayas colgadas y las canoas varadas en lo que ahora son playas en el río, contrastan con el panorama evidenciado en años anteriores, cuando para estos meses (enero y febrero) eran cientos de pescadores y turistas los que aprovechaban la temporada.
Pero ahora unas cuantas personas, entre ellos Nedsol, decidieron apostar a lanzar sus anzuelos en el mermado caudal, donde el día anterior lograron atrapar un bagre de dos arrobas en toda la jornada.
“Hace unos años, con solo un ‘atarrayazo’ sacaba hasta 60 bocachicos, a esta fecha solo sacamos dos o tres; y es lógico, el agua la están represando en el Huila y nosotros mismos no le echamos semillas al río”, señala Sánchez.
Y mientras prepara el anzuelo, cuenta que en los buenos tiempos de subienda, en unas dos horas de trabajo se ganaba hasta 40.000 pesos, “ahora, escasamente tengo para comer; la moral es sacar un bagre como el que un compañero sacó ayer”.
Sin comercio
La vista desde Pachomario, lugar de Honda donde era común ver a los vendedores comerciando el producido, también es desalentadora; ahora un solo hombre mira aterrado cómo ha bajado el nivel del río. “Es impresionante, hace dos años el agua inundó varias casas, ahora se ven solo rocas”, dice.
Los pocos canoeros que desde tempranas horas de la mañana lanzaron sus redes, esperando llenar al menos una caneca, salen de las aguas con desconsuelo y los baldes desocupados; solo esperan que en la noche la suerte cambie y el milagro de la multiplicación de los peces llegue de la misma manera que el agua de a poco va subiendo su nivel, debido a la apertura de El Quimbo.
El pasado 10 de enero, en Flandes se decretó la emergencia debido a que los tubos de la bocatoma no alcanzaban a recolectar el agua del Magdalena para llevarla a la planta de tratamiento; fue necesario habilitar los carrotanques del municipio y de los bomberos para abastecer a la población.
El líquido que capta Usocoello (distrito de riego) para mantener las cosechas de arroz que en este municipio son de al menos 800 hectáreas, fue mínima, lo que obligó a que solicitara a Cortolima un permiso para captar agua de otros afluentes.
La baja del líquido y, por ende del número de peces, también ha impactado los restauranteros de la zona del puente férreo, que aprovechaban la subienda para vender el famoso “viudo de capaz”. Ahora el plato está escaso y a un precio inalcanzable.
El turismo también ha caído, pues las aguas que alcanzaban a tapar hasta la mitad de las escaleras del malecón, donde llegaban las canoas con turistas, hoy es una extensa playa en la que sobresalen los tubos de aguas negras que caen al afluente.
Según el alcalde de Flandes, Juan Pablo Suárez, en una reunión con el comité municipal de Gestión del Riesgo, Cortolima y Usocoello, se ordenó vigilar el nivel y la calidad del agua por la apertura de las compuertas de El Quimbo.
“Ahora la vigilancia es con el agua que empieza a llegar al río, pues debido a que el líquido ha estado tanto tiempo represado, puede estar contaminado y sin oxígeno suficiente para conservar la vida en el caudal. Las directivas del distrito de riego declararon la emergencia en los cultivos de Flandes, y estaremos alerta para que los arroceros no sufran las consecuencias; Cortolima les otorgó un permiso especial para captar agua de otro afluente y así contrarrestar los problemas de los cultivadores”, dice el mandatario.
¿Se puede tomar?
Además de Flandes, Purificación también capta agua del Magdalena para su consumo. Aunque el alcalde local, Diego Hernán Murillo, asegura que hasta el momento no han tenido problemas con la bocatoma, está preocupado porque varias quebradas que llevan agua a los acueductos veredales están secas.
“En octubre se secaron unas quebradas desde las que se extrae el agua para la vereda Buenavista y como ese acueducto es comunitario y trabaja por gravedad, tenemos racionamientos de cerca de 20 horas; para que las personas no se queden sin agua, nos hemos visto en la obligación de suministrarles por tres horas diarias”.
Respecto al ingreso de agua proveniente de la represa de El Quimbo, el alcalde afirma que fue necesario cerrar por unas horas la bocatoma, debido a los altos niveles de turbiedad.
A Natagaima, el primero de los 14 municipios por donde inicia su recorrido el río grande de la Magdalena en el Tolima, se desplazó una comisión especial de Cortolima para monitorear la calidad del agua.
De acuerdo con el informe, la comisión estuvo en la vereda Golondrinas, sitio donde el Magdalena inicia su cauce por este departamento: “Allí los técnicos de la subdirección de Calidad Ambiental determinaron que el caudal es de 146,9 metros cúbicos por segundo. Nivel bajo, entre el 30 y 40 por ciento del caudal normal. También se hizo monitoreo de calidad del agua que en un informe preliminar salió bien, pues está suficientemente oxigenada”.
En Honda, la entidad ambiental se mostró preocupada, luego de la medición del caudal. “Comparando con la serie histórica de datos de la estación del Ideam, se tiene que el caudal medido corresponde a un 23,18 por ciento del caudal medio mensual multianual para enero y un 35,43 por ciento del caudal mínimo multianual para el mismo mes. Cortolima destaca que las cuencas tolimenses están suministrando cerca de 80 metros cúbicos al Magdalena, una cifra muy baja comparada con las de años anteriores, toda vez que en Honda el río puede llevar mil metros cúbicos. Otro afluente al que la entidad le hizo seguimiento fue al río La China, en Lérida, donde también se registró una reducción del 52 por ciento.
En un comunicado conjunto, emitido por los cinco distritos de riego que funcionan en el Tolima, se declaró la emergencia hídrica, económica y social, debido a la sequía, hecho que los obligaría a reducir las áreas de siembra.
Los ríos Recio, Coello, Cucuana, Luisa y Saldaña, que aportan agua al Magdalena y a los distritos de riego de Usocoello, Asorrecio, Asoprado, Usoguamo y Usosaldaña, registraron niveles históricos en sus cuencas, así como temperaturas de más de 40 grados centígrados. Con ese panorama en Tolima muchos pobladores oran para que las lluvias regresen. Lo importante, añaden, es volver a valorar al Magdalena, que por años trajo vida y hoy se muere lentamente .

TEMPERATURAS SUPERAN NIVELES  Debido a la crítica situación por las altas temperaturas que se vienen presentando, en el departamento del Tolima las autoridades regionales insisten en solicitar a la ciudadanía que ahorre agua. Además, adelantan campañas preventivas para que no se generen incendios forestales en una región que es bastante árida. Todos los organismos de socorro de la región están en alerta. TOMADO DE EL COLOMBIANO 

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