Crear corredores de crecimiento a través del Sahel y otras regiones
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En algunas comunidades rurales de África, las mujeres pueden
pasar hasta 8 horas al día buscando agua. El cambio climático agrava los
problemas con el agua, provocando que las precipitaciones sean menos estables y
exacerbando el riesgo de inundaciones y sequías. El Banco Mundial invertirá en
actividades para mejorar la recolección de agua en las tierras áridas de África
con el fin de mejorar los medios de subsistencia de la población local.
Las temperaturas están aumentando en el Sahel 1,5 veces
más rápido que el promedio mundial, y alrededor del 80 % de las tierras
agrícolas ha perdido en cierta medida su productividad natural. En
conjunto, estos factores disminuyen la disponibilidad de tierras para la
producción de alimentos o el pastoreo, agotan el agua y aumentan la
vulnerabilidad de las personas que viven en la región.
A estos problemas hay que agregar la pandemia de
COVID-19 que podría sumir en la pobreza extrema a 40 millones de personas
en África al sur del Sahara, eliminando cinco años de avances en la lucha
contra la pobreza. Solo en el Sahel, más de 17 millones de habitantes
sufren de inseguridad alimentaria.
A pesar de todas estas estadísticas desalentadoras, hay
motivos para tener esperanza. Las tierras degradadas pueden volver a ser productivas, el agua
se puede ahorrar o reponer, transformando la vida de las personas y creando
oportunidades de empleo.
Por ello, en la Cumbre One Planet celebrada hoy, el Banco Mundial anunció que invertirá más de USD 5000 millones
entre 2020 y 2025 en 11 países del Sahel, la región del Lago
Chad y el Cuerno de África, abarcando desde Senegal hasta Djibouti. El
financiamiento contribuirá a recuperar paisajes degradados, mejorar la
productividad agrícola, aumentar la infraestructura resiliente al cambio
climático y reforzar los medios de subsistencia y el empleo. Con este apoyo,
esperamos crear corredores de crecimiento y transformar las vidas de millones
de personas.
En 2012, el Banco Mundial puso en marcha el Programa del
Sahel y África Occidental en Respaldo de la Gran Muralla Verde (SAWAP), una
iniciativa panafricana que aspira a recuperar 100 millones de hectáreas de
terreno y crear 10 millones de empleos ecológicos para 2030. Con
financiamiento de más de USD 1000 millones proporcionado por el Banco
Mundial y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, SAWAP logró la gestión
sostenible de 1,6 millones de hectáreas, beneficiando a más de
19 millones de personas
En el futuro, centraremos nuestros esfuerzos en proyectos
que sabemos que reforzarán los medios de subsistencia y la resiliencia. A
través de nuestras experiencias en el Sahel, hemos aprendido algunas lecciones
sobre cómo maximizar los resultados.
Debemos ampliar las prácticas agroforestales para
mejorar la fertilidad del suelo, proporcionar forraje para el ganado y mejorar
los microclimas. En Níger, las actividades gestionadas por los agricultores
para regenerar árboles y otras plantas nativas de manera natural dieron como
resultado granjas con una alta densidad de árboles y una mayor producción de
cereales, proporcionando a las familias más alimentos y excedentes que pueden
vender.
Debemos proteger y reponer el agua para
recoger y concentrar la escorrentía en las áreas cultivadas. En Burkina Faso,
por ejemplo, los esfuerzos de recarga de los niveles de agua subterránea
permiten a los agricultores crear huertos, mejorando la seguridad alimentaria e
incluso permitiéndoles vender cualquier excedente.
Debemos combatir la erosión y prepararnos para los
desastres naturales, que son cada vez más comunes a medida que el cambio
climático afecta los patrones climáticos. En Nigeria, unos 2,6 millones de
personas obtienen beneficios del Proyecto de Prevención de la Erosión y Gestión
de Cuencas Hidrográficas por un monto de USD 900 millones, que
fortalece la preparación del país para responder a los peligros naturales y los
riesgos climáticos y combatir la erosión. Como resultado, 16 estados
mejoraron los mapas de riesgo de erosión y prepararon mejores planes para la
gestión de las cuencas hidrográficas, se instalaron 75 estaciones
hidrometeorológicas que proporcionan datos para la planificación integrada de
cuencas hidrográficas y se restauraron vastas extensiones de quebradas
afectadas por la erosión.
Debemos fortalecer la seguridad de la tenencia de la
tierra, una condición necesaria para alentar a los usuarios de tierras a
administrar sus terrenos de manera sostenible. En Etiopía, además de la
restauración de suelos en gran escala, se emitieron certificados de tierras a
más de 360 200 hogares, muchos encabezados por mujeres. Esta cifra
incluye a unos 10 000 jóvenes sin tierras que recibieron certificados
a cambio de restaurar terrenos comunales degradados, alentando así a este grupo
de la población a aumentar la productividad del suelo y conservar la tierra y
el agua.
Con los más de USD 5000 millones que planeamos
invertir hasta 2025, ejecutaremos más de 60 proyectos usando un enfoque
múltiple para ayudar a fortalecer la acción climática comunitaria en Burkina
Faso; el desarrollo de habilidades entre los jóvenes en el Chad; el espíritu
emprendedor de las mujeres en Djibouti; la agricultura y la ganadería en
Mauritania; la seguridad hídrica en Níger; el acceso a la electricidad en
Etiopía, y la tenencia de la tierra en Senegal, por mencionar algunos casos.
Restaurar los paisajes y los medios de subsistencia en las
tierras secas de África es generar esperanza, y uniremos fuerzas con las
comunidades, los países y los asociados para hacerlo realidad.
https://www.linkedin.com/in/simeon-ehui-16380012/ twitter.com/intent/follow?screen_name=@simeonehui
Director regional de Desarrollo Sostenible en la región de
África
https://www.linkedin.com/in/maria-sarraf-3030945/
Gerente del Departamento de Prácticas Mundiales de Medio
Ambiente, Recursos Naturales y Economía Azul en África occidental
TOMADO DE ENVIO DEL BANCO MUNDIAL
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