Según el alcalde Samuel Moreno, 478 familias afrontan con dificultad la ola invernal.
Moreno señaló que hasta ahora se han atendido 368 emergencias y los predios que tendrán que ser reubicados alcanza ya los 300.
En la madrugada del jueves el desbordamiento del río Bogotá causó la muerte de unas 300 cabezas de ganado, en cercanías del municipio de Mosquera (Cundinamarca).
En menos de 48 horas, las intensas lluvias que azotan a la capital del país sitiaron a los bogotanos: deslizamientos, inundaciones en las calles y el desbordamiento de dos quebradas y del río Bogotá bloquearon la ciudad en sus cuatro puntos cardinales.
El más trágico de los eventos deja como saldo cuatro personas muertas en Usaquén por un deslizamiento. El encharcamiento de las vías ha restringido o bloqueado las principales vías y ha afectado la movilidad de carros particulares, transporte público, TransMilenio y las obras en ejecución.
Al mediodía de este miércoles, la Empresa de Acueducto de Bogotá registró la lluvia más intensa de este segundo periodo invernal en la ciudad, con una caída de 16 milímetros de agua en sólo 20 minutos.
Técnicamente fue considerada una tormenta, que además estuvo acompañada de descargas eléctricas que asustaron a más de uno.
En el suroccidente, el miércoles a las 2:30 de la madrugada, 240 viviendas y unas 500 personas del conjunto residencial Bosa-San Diego fueron sorprendidas por el desbordamiento de la quebrada Tibanica, que inundó calles y conjuntos residenciales.
Muchas de las familias de los primeros pisos de los edificios perdieron sus pertenencias: electrodomésticos, colchones y muebles quedaron entre las aguas residuales que se desbordaron por el sistema de alcantarillado.
Unos 45 carros quedaron totalmente averiados, pues el agua alcanzó en algunos lugares los 20 centímetros de altura. Los afectados se enfrentaban a las ratas y a los malos olores.
En el sur, en el barrio Brisas del Volador (Ciudad Bolívar) 17 familias habían sido sacadas por la tarde (53 adultos y 47 niños) , tras el derrumbe que sorprendió a sus residentes al amanecer del miércoles y que taponó la vía de acceso al lugar. Cientos de personas tuvieron que caminar hasta una hora para salir del barrio y conseguir transporte.
El intenso aguacero del mediodía reactivó el deslizamiento, que ya se había controlado por la mañana. La vía sigue bloqueada y el conteo de posibles familias afectadas no ha terminado. Muy cerca de ahí, sobre la avenida Boyacá con calle 65 Sur, un deslizamiento bloqueó la vía.
En el nororiente, en el barrio San Luis, vía a La Calera, un derrumbe afectó a cinco personas, que se salvaron gracias a la ayuda de los vecinos y de los bomberos. La vía estuvo con paso restringido durante el día.
En el noroccidente, el desbordamiento del río Bogotá mantiene cerrada la vía Suba- Cota y taponadas las calles 170 y 80, por donde se desvió el tráfico.
'Mi mamá gritó: ¡Nos cayó el barranco!'
Así recuerda Katerine Bejarano la odisea de cómo ella y su familia se salvaron milagrosamente en La Calera. "Ya habían pasado las 9 de la noche cuando el frío obligó a mi mamá, a mis dos hijos y dos hermanos a dormir en la misma habitación, la menos afectada. Eso nos salvó la vida.
"A las 4:15 a.m. el despertador sonó. Era la hora de prepararle el tetero a mi bebé de 8 meses. Después volví a dormir. Pasaron 45 minutos y mi madre ya estaba despierta, se alistaba para ir a trabajar.
"Sus gritos me pusieron de pie. "¡Katerine, Katerine, todo se vino encima. Nos cayó el barranco!", alcancé a escuchar. Mi hermanita despertó, alzó al bebé y se acurrucó junto a la cama. Mi hijo mayor y mi hermano estaban dormidos; entonces, me abalancé sobre ellos y los cubrí.
"Las paredes de la habitación cayeron sobre mí; luego, la tierra nos tapó hasta el cuello. Cuando pude abrir los ojos, mi bebé y mi hermana estaban debajo de la lavadora, que había rodado y quedado de tal manera que sirvió de protección. El ensordecedor ruido terminó: la casa estaba destrozada. Mi hijo quería que lo dejara salir, pero estaba atrapado conmigo.
"La ayuda llegó. Empezaron a quitar las tejas que quedaban, las ramas y los árboles. Los bomberos y la Dpae ayudaron. Fui la última en salir, dos horas después. Temía por la salud de mis hijos y por la mía: no sentía nada de la cintura para abajo.
Milagrosamente, al bebé, a mi mamá y a mi hermana no les pasó nada. A mi hijo mayor, a mi hermano y a mí nos trasladaron a la Fundación Santa Fe. A ellos les dieron de alta, a mí, aún no. No tengo nada roto, pero no siento una pierna".
Tomado de El tiempo.com. de Bogotá Colombia
Foto del Espectador de Bogota
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