El actual gobierno de Sarawak está planeando construir doce represas hidroeléctricas, que desplazarán a decenas de miles de personas e inundarán grandes extensiones de bosque tropical. Si bien son presentadas como fuentes de energía limpia, en los países tropicales las represas hidroeléctricas tienen un impacto devastador sobre nuestro clima, debido a los gases de efecto invernadero provenientes de la descomposición de la masa de vegetación que queda sumergida cuando se inunda una gran extensión de bosque.
Las autoridades afirman que la energía generada por las represas será utilizada por los lugareños, pero eso es una mentira descarada. Por sí sola, la única represa ya construida produce el doble de la energía que consume todo el Estado en las horas pico. En realidad, la energía beneficiará sobre todo a las industrias contaminantes, como la fundición de aluminio perteneciente al gigante australiano Rio Tinto; el medio ambiente se degradará aún más, y el dinero saldrá del país.
La represa de Baram es una de las 12 que las autoridades de Sarawak planean construir luego de terminada la represa de Bakun. Se trata de una represa de 162 metros de altura, que inundará una zona de bosque tropical de 412 km2 (41.200 hectáreas) y al menos 26 aldeas indígenas, provocando el desplazamiento forzoso de cerca de 20.000 nativos de la región.
La represa proyectada haría estragos en la cultura de los Kenyah, los Kayan y los Penan del curso superior del Baram, uno de los grandes ríos del bosque tropical de Borneo. Muchas de las aldeas quedarían sumergidas y simplemente dejarían de existir. También las comunidades tradicionales que se encuentran río abajo se enfrentarían a cambios radicales y a la contaminación del ecosistema fluvial, que afectaría el transporte sobre el río, la pesca, la irrigación y el acceso al agua potable.
La represa de Baram y las otras represas proyectadas no cumplen al menos 6 de las 7 condiciones fijadas por la Comisión Mundial sobre Represas (WCD): Conseguir la aceptación pública, Evaluación exhaustiva de opciones, Consideración de las represas existentes, Conservar los ríos y los medios de subsistencia, Reconocer derechos y compartir beneficios, Asegurar el cumplimiento, Compartir los ríos para la paz, el desarrollo y la seguridad.
La represa de Murum ya está en obra y, probablemente, la de Baram y las demás serán construidas a continuación. Los habitantes autóctonos están siendo desplazados, en nombre del “desarrollo” y de los “servicios públicos gratuitos”. El gobierno no ha cumplido lo que prometió a numerosos habitantes desplazados de Batang Ai y de Bakun, que se ven privados de sus derechos fundamentales.
Se ha iniciado una campaña internacional para ejercer presión contra las represas de Sarawak, por medio de una petición en la que se solicita a las autoridades de Malasia que detengan inmediatamente el proyecto, dado que tendría dramáticas consecuencias sociales y ambientales.
Para firmar la petición, hacerlo en: http://www.avaaz.org/en/petition/STOP_BARAM_DAM_SAVE_
SARAWAK_FOREST_AND_RIVER/?foSoedb&pv=7
Artículo basado en información enviada por Cecelia Agnes Ling, correo electrónico: cecelia_ai@yahoo.com
Tomado de Movimiento Mundial por los Bosques
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