Deserción educativa es “alarmante” en el área
A la par con el neurálgico tema de la deserción escolar, el
Programa ¿Cómo Vamos? analizó otros indicadores educativos tales como:
cobertura, capacidad de atención a los más pobres y analfabetismo. Por
considerarlo de interés para nuestros lectores, presentamos algunos de esos
puntos. Veamos:
El Programa ¿Cómo Vamos?, tras analizar los resultados en el
área de la Educación del informe de ‘Calidad de Vida’ de los habitantes del
área metropolitana, les hizo una especial recomendación a las autoridades: “Hay
que prestarle mucha atención a la deserción escolar”.
Si bien es cierto que abundan los estudios sobre este
asunto, con el más reciente diagnóstico se puede aprender bastante para el
diseño de estrategias dirigidas a atenuar o a eliminar en la región este
neurálgico fenómeno.
Las cifras del Programa son contundentes: en los colegios
públicos del área, entre los grados 0 y 11, la tasa de deserción está muy lejos
de las recomendaciones oficiales.
Para citar solo el ejemplo de Bucaramanga, aquí ese
indicador refleja una tasa de 4,4, cuando el Plan Nacional para la Niñez y la
Adolescencia establece que debería estar por debajo de 2,0.
El diagnóstico informó que son factores críticos para la
deserción, las difíciles condiciones económicas por las que atraviesan los
padres de los alumnos.
De igual forma, los conflictos de los hogares con el
establecimiento educativo, la violencia intrafamiliar, los padres que le dan
poca importancia a la educación y no motivan a sus hijos para el estudio,
también son causantes de la deserción.
¿Qué hacer ante esto?
Se les proponen a las autoridades fijar estrategias de
convivencia.
También incide en la deserción el hecho de que los
establecimientos educativos estén situados en lugares inseguros, en zonas de
desastres o estén alejados de las casas de los menores.
La falta de docentes es otro factor crítico, causante de
deserción; y para ello se propone una estrategia de “fortalecer la oferta”.
VOZ DEL EXPERTO
Según Gonzalo Ordóñez, docente de la Escuela de Educación de
la UIS y miembro de la Fundación Participar, “en el tema de la deserción el
número de niños que abandonaron la escuela durante el año 2012 evidencia un
problema muy grave”.
De acuerdo con él, “es necesario investigar y sistematizar
las causas de esa deserción y, sobre todo, atacar el problema con estrategias
que podrían ser similares a las utilizadas por las universidades colombianas”.
Por otro lado, en el tema de la cobertura, según el experto,
“el sistema educativo sigue siendo selectivo y excluyente, ya que continúan las
grandes brechas entre los niños que ingresan y los jóvenes que egresan de la
educación media”.
A su juicio, “es necesario aprender de los programas
exitosos que subsidian la asistencia a la escuela de los niños en situación de
vulnerabilidad, condicionada a los resultados académicos”.
En el tema de la atención a la primera infancia, la franja
de 0 a 5 años es la edad crítica para el desarrollo de la inteligencia, los
afectos y la ciudadanía: “los niños en situación vulnerable de primera infancia
deben ser una prioridad de las políticas educativas. Los programas de atención
integral a la primera infancia garantizan el éxito académico a largo plazo”.
En lo que tiene que ver con el analfabetismo, argumenta
Ordóñez, “es necesario realizar mayores esfuerzos para la superación de este
problema ya que las acciones hasta ahora emprendidas tienen baja cobertura”.
Él aborda el tema de la calidad educativa y aconseja que
para el Grado 11 no debería seguir invirtiéndose dinero oficial en el tema del
‘pre-icfes’.
Finalmente recomienda que, “se deben organizar programas de
formación docente a mediano plazo, en alianza con universidades y sector
productivo, para desarrollar en los profesores el pensamiento matemático, la
competencia comunicativa y la lengua extranjera”.
TOMADO DE LA VANGUARDIA DE Colombia
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