RECLAMOS QUE PERSISTEN
La lluvia se llevó gran parte del suelo que rellenaron en
el Caridi
Los vecinos reubicados, que volvieron a vivir en el barrio
después de la creciente, advierten que los “viejos problemas” del escurrimiento
del agua no se resolvió. Cada precipitación, además, se lleva una parte del
relleno con que se elevó el terreno.
La creciente del Paraná, en agosto, puso de manifiesto la
problemática compleja de quienes habitan la costa del río, en el barrio Caridi,
justo donde termina la Costanera Sur. Pese a las advertencias sobre lo
“inundable” de esas tierras, las familias que se asentaron en esa parte de la
ciudad se establecieron, hasta que el agua arrasó con lo poco que tenían. Y
fueron evacuados primero a una escuela, y luego al ex Regimiento 9, en donde
permanecieron varios meses hasta que la inundación se retiró.
A fines de septiembre, cuando finalmente pudieron volver, se
dispuso el relleno del terreno, de modo que ante una nueva embestida del Paraná,
la zona no volviera a inundarse. El trabajo se completaría con desagües y
canalizaciones, que permitieran además el escurrimiento contenido del agua de
lluvia desde la zona elevada hacia el río, de manera de evitar el aluvión de
agua y barro desde la zona elevada hacia abajo.
En ese momento también recibieron por parte del Gobierno
provincial lo que se conoce como “cortes de rancho”, es decir, casillas de
madera, que fueron a reemplazar las construcciones con palos y chapas que
habitaban antes. Además se distribuyeron 500 ladrillos por familia, y se tendió
una conexión de luz eléctrica hasta el asentamiento.
Ahora, las copiosas lluvias de la semana pasada, volvieron a
reavivar los reclamos de los pobladores. “No se hizo la barrera ni ninguna
contención, entonces cada vez que llueve toda la tierra que rellenaron se
escurre. Al menos harían falta unos cuatro camiones de tierra para completar
las grietas que se están abriendo en el suelo”, relataron a época los vecinos.
“Pensamos presentar cartas a funcionarios del Gobierno, porque los trabajos no
se terminaron. Tampoco se entubaron los desagües, así que el agua escurre hacia
dentro de las casas como antes”, explicaron.
La parte más baja del asentamiento sirve de fuente laboral.
La greda y el barro terminan siendo la materia prima que utilizan los
habitantes para fabricar ladrillos, y así ganarse el sustento.
Según anticiparon, este lunes buscarían elevar sus pedidos y
reclamos a autoridades provinciales y municipales.
“Necesitamos ayuda”
Noelia tiene tres hijos pequeños. Fue una de las mujeres
que, durante los meses de inundación, fueron evacuadas estando con un estado de
embarazo avanzado. Selene, la mas pequeña de sus tres hijos, nació durante ese
período, y a los pocos días de llegar al mundo, fue internada en terapia
intensiva y diagnosticada con “apnea”.
“Nosotros nos arreglamos como pudimos con lo que nos dieron.
El material que nos entregaron usamos para hacer baños, que antes no teníamos.
Los que pudieron ampliaron las casitas porque son todas de una sola habitación.
Pero desde que nos instalamos las condiciones no mejoraron mucho”, relató. “El
suelo se empieza a escurrir y cada vez que llueve baja el agua y no se puede
evitar que ingrese a las casas. Tenemos que levantar las cosas, y a los
chicos”, señaló. Noelia es mamá soltera, de tres pequeños niños. Subsiste con
el ingreso de la Asignación Universal, y aunque querría trabajar, no puede
dejar a su bebé. “Necesitamos ayuda”, sintetizó tomado de epoca de ctes ar
NOTA: LA VULNERABILIDAD AL CAMBIO CLIMÁTICO SE NOTA TODOS LOS DÍAS, YA NO HAY TIEMPO PARA LA IMPROVISACIÓN
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