Santiago, Chile, lunes 25 de noviembre de 2013, por Luis
Alberto Gallegos, editorial Boletín GAL.- Como era de esperarse, la COP 19 ha
culminado sin pena ni gloria, sin acuerdos ni documentos ni borradores
significativos en materia de cambio climático. Se veía venir este desenlace.
Los expertos y científicos del IPCC y del mundo académico lo avizoraban; los
jefes de gobierno y decidores de políticas públicas lo intuían -sin ánimo
propio de coraje y audacia-; y la ciudadanía global nuevamente apretaba los
dientes de rabia e impotencia.
Presiones y hegemonismo descarado
Y esta es la segunda vez que los EEUU lo hace. Ya en
diciembre de 2009, en la COP 15 de Copenhague, la administración norteamericana
avergonzó a los líderes de la ONU al
pasar sobre ellos y articular una reunión paralela -en la habitación de un
hotel- con los delegados de las mayores potencias mundiales para hacerles
suscribir un documento alternativo al que se discutía en la plenaria de la
cumbre. Naturalmente, un documento regresivo ante el cambio climático y que, al
intentar que fuera refrendado por la plenaria, se ganó el rechazo inmediato de
los asistentes. La COP 15 culminó en un desastre,
con un cuestionamiento a la capacidad de la ONU de poder garantizar mecanismos
democráticos y transparentes y con severas medidas represivas a las
organizaciones ciudadanas europeas e internacionales que allí se hicieron
presentes.
Ahora, los EEUU nuevamente repite el plato en la COP
19 de Varsovia. Pero ya no con una reunión paralela, sino con un memorando
dirigido a diplomáticos destinados en varias embajadas de países y donde
presionaba para evitar que el capítulo sobre daños y pérdidas del cambio
climático fuera incluido como un nuevo eje para enfrentar el cambio climático,
del mismo modo que el de mitigación y adaptación. Claro, la administración
Obama presionó para ello a fin que las responsabilidades por altas emisiones no
recayeran en los EEUU y, de ese modo, zafarse de culpa alguna y tener que pagar
costos por los daños y pérdidas multimillonarias que el calentamiento global
ocasiona, tal como lo señaló el delegado filipino al denunciar el superciclón Haiyan que
su nación sufrió. Como suele ocurrir, este memorando se filtró a la prensa internacional
y los EEUU nuevamente quedaron al descubierto como una administración no solo
regresiva ante el cambio climático –a pesar de las enormes tragedias que ya ha
sufrido su propia gente por huracanes y sequías-, sino como un actor político
con un estilo de gestión retorcido, antidemocrático y maquiavélico.
Obama y las corporaciones
A pesar que recientemente Obama ha dado la instrucción para
el desarrollo de un plan de acción contra el calentamiento global a través de
su Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), lo cierto es que ese mismo
instructivo tiene pocas posibilidades de concretarse debido a los obstáculos y
presiones que las grandes corporaciones de combustibles fósiles y del propio
partido Republicano ejercen sobre la administración norteamericana.
Por tanto, pretender que los EEUU se puedan sumar hoy,
el próximo año o en el 2015 a acuerdos de recortes sustanciales de emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI), de medidas drásticas de adaptación -sobre
todo al sector agricultura y alimentación- y de apoyo financiero a los países
vulnerables, en riesgo o directamente afectados por tragedias, es una ilusión.
Los poderes fácticos de los EEUU disponen de su propia
estrategia que les conduce a ejercer una especie de poder paralelo al de Obama
y, lo más grave, un poder paralelo y omnímodo al de la ONU y las propias
cumbres climáticas. Tal como se señala en un artículo en esta misma edición,
son 90 las corporaciones económicas que están detrás de este poder global
paralelo que se propone evitar éxitos de todas las COP y administrar las
decisiones políticas climáticas y ambientales hacia la extinción del Planeta.
Las opciones de la ciudadanía ambiental global
En este desalentador escenario, podría inferirse que
es bien poco lo que los pueblos, ciudadanías y naciones del mundo pudieran
hacer. Pero no es así. La historia la hacen los pueblos no los gobernantes ni
los monopolios económicos. Este paradigma vigente de la historia de la
humanidad a veces se nos queda en las tinieblas ante tanta barbarie y
oscurantismo.
En lo concreto, el 2014 es un año decisivo que puede
constituirse en un punto de inflexión crucial de todo este proceso global. La
realización de la COP 20 en diciembre de ese año en Lima, Perú, podría
convertirse en un evento de alteración sustancial de la correlación de fuerzas
dentro de la ONU, de la propia cumbre y de una presencia legítima de la
ciudadanía climática y ambiental global. América Latina no es Europa, ni Lima
es Copenhague ni Varsovia.
Una primera opción es la necesidad de que las
organizaciones ciudadanas presionen a fin de exigir posiciones claras de sus
gobiernos en algunos temas concretos sobre el cambio climático. El primero y
fundamental es el respaldo irrestricto de la cumbre de Lima al conjunto del V
Informe del IPCC –que para diciembre 2014 ya debe haberse publicado en su
integridad-. Sobre esta línea base es posible diseñar una estrategia –de tres
ejes: mitigación, adaptación y daños y perjuicios-, que sea el documento
borrador del futuro Protocolo de París, que en 2015 reemplace al Protocolo de
Kioto.
Una segunda opción es ejercer el derecho ciudadano
global delPrincipio
10 y lo estipulado en la Agenda 21 de la Cumbre
de Río de Janeiro de 1992, respecto a la participación ciudadana en la
información e incidencia en las políticas públicas ambientales de sus
respectivos gobiernos. Este asunto es fundamental a fin que la ciudadanía
organizada puede disponer de condiciones políticas, financieras y logísticas no
solo para generar espacios de diálogo, organización y participación dentro de
sus respectivos países, sino también para ampliar, garantizar e
institucionalizar los mismos derechos dentro de los espacios y mecanismos de la
COP 20 de Lima, de la COP 21 de París y de las siguientes que organice la ONU.
Caso de Chile
Chile tiene un compromiso global y con la ONU
adquirido el 19 de diciembre de 2009 en la COP
15 o cumbre de Copenhague, consistente en ejecutar la Estrategia
20/20/20. Esta estrategia reside en el compromiso de Chile de reducir en 20%
las emisiones de GEI, en aumentar en 20% las energías renovables no
convencionales (ERNC) y todo ello para el año 2020.
El actual gobierno ha promulgado la Ley 20/25 que
significa aumentar las ERNC en 20% para el año 2025. No obstante, el compromiso
de reducción de emisiones no ha sido asumido por la administración del
presidente Piñera. Al contrario, los diversos proyectos en carpeta de
termoeléctricas a carbón solo conducirían a un incremento notable de las
emisiones a tal punto que la propia Comisión Nacional de Energía (CNE) indica
que, de seguir la actual tendencia y aprobación de proyectos termoeléctricos a
carbón, podríamos cuadriplicar al
2020 las emisiones de GEI, pasando de 0,2% a 0,8% globales.
La nueva y eventual administración de Michelle
Bachelet tendría, por tanto, varios desafíos en esta materia: cumplir con el
compromiso de la Estrategia 20/20/20 que se suscribió durante su anterior
administración en la COP 15 por la entonces ministra de Medio Ambiente Ana Lya
Uriarte y enviar al parlamento un proyecto modificatorio de la Ley 20/25
adaptándola a la estrategia antes señalada.
Además, respecto al Principio 10, le correspondería al
nuevo gobierno generar espacios y mecanismos eficaces de participación
ciudadana ambiental que permitan su incidencia en las propuestas que se
elaboren y diseñen como país para la COP 20 de Lima y la COP 21 de París;
asimismo, le correspondería al próximo gobierno el garantizar el acceso a la
información, organización y asistencia de las organizaciones ciudadanas y
socio-ambientales a las respectivas cumbres climáticas indicadas.
En este sentido, es una buena señal lo señalado por el
Jefe de la Delegación chilena en la COP 19, Waldemar Coutts, Director de Medio
Ambiente y Asuntos Marítimos de la Cancillería, cuando dice:
“En relación al proceso para alcanzar este acuerdo
post-2020, queremos mencionar la importancia de la COP de Lima. Ella se erige
como un hito estratégico de cara a la adopción del nuevo régimen climático en
2015. Como país latinoamericano y miembro de AILAC, al igual que Perú, nuestro
país está comprometido con la COP 20 y con la adopción de un nuevo régimen
climático” (ver nota aparte en esta misma edición).
Ciudadanía climática y ambiental
Consideramos que a las organizaciones socio
ambientales, ciudadanas y de productores de nuestro país, les puede
corresponder un papel de primer orden en este proceso. Se han realizado
movilizaciones, protestas y propuestas respecto a la sequía, heladas y otros
impactos del cambio climático en diversas regiones del país. Y hasta el momento
no han tenido los resultados que permitan enfrentarlos con eficacia.
El Estado no ha contribuido debidamente a informar y
realizar las conexiones respectivas de tales desastres con el calentamiento
global, salvo excepciones honrosas como la Comisión Nacional de Riego (CNR) y la Dirección General de
Aguas (DGA). Por una
simple razón: no generar pánico o atribuir estas situaciones a procesos
temporales y focalizados.
De explicitar estas conexiones, a las autoridades les
correspondería admitir que se trata de un fenómeno no temporal, sino de
décadas, y que no se trata de casos focalizados, sino de un proceso con
incremento de la temperatura de 4°C-5°C en el clima del país, del aumento del
nivel del mar e inundaciones de ciudades costeras hasta 82 cms., del
derretimiento de glaciares que dejaría sin agua al mismo Santiago por la
extinción del glaciar Echaurren, de sequías y desertificación que nos obligaría
a modificar la estructura agropecuaria y/o adaptarla; en fin, en el Plan de Acción Nacional
de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, se explica en
detalle todos estos graves impactos.
Les invitamos a generar procesos de diálogo,
propuestas y asociatividad indispensables para producir un salto cualitativo en
la participación ciudadana ambiental en el próximo 2014. (FIN) TOMADO DE ENVÍO DE BOLETÍN GAL
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