lunes, 4 de noviembre de 2013

POLÍTICA ENERGÉTICA PARA PARAGUAY

 Política energética Posteado por Oscar Tuma (h)
El sector eléctrico en nuestro país, es el pilar del desarrollo económico y social y por ende, de la disminución de la pobreza. Por ello, resulta imprescindible que el Paraguay disponga de una Política Energética sustentable de largo plazo o al menos hasta el año 2023, cuando se renegocie el Anexo C del Tratado de Itaipu, para que nuestro principal valor estratégico sea optimizado.
Ante la ausencia de la Política Energética, se generan las dudas, parches o proyectos de leyes que apuntan a solucionar algunos temas específicos, pero que no consideran en perspectiva la situación actual en forma global, ni plantean  soluciones eficientes ligadas a las directrices del Gobierno Central.
 Casos como Rio Tinto, Telemenia, Marco Regulatorio o Fortalecimiento del Sector Eléctrico; tienen sus adherentes y detractores, cada uno con sus propios objetivos e intereses; pero es ahí donde el Estado debe hacer prevalecer el interés general sobre el particular, sean ellos; empresarios, periodistas, sindicalistas o  grupos de políticos que volvieron a la llanura.
La participación del sector privado nacional en las obras y servicios públicos no es algo nuevo; las obras viales son realizadas por empresas constructoras paraguayas, con sus pros y contras.
En el sector eléctrico, quizás la ANDE es un ejemplo de cómo el sector privado participa activamente con el sector público, desde la provisión de materiales y de servicios, hasta la  construcción de infraestructura como las líneas de transmisión de 220 kV; pero justamente son ellos , en muchos casos, los que originan inconvenientes que repercuten en el servicio de la Estatal, debido a disputas en las licitaciones que retrasan las tareas planificadas o pedido de coimas a los usuarios de parte de los contratistas.
Todo esto nos indica que ni el monopolio estatal, ni una alianza publica privada y menos una privatización de determinados servicios, garantizan la eficiencia por si mismo; sino todo pasa por quienes son los encargados de controlar el proceso y hacia donde se debe orientar los esfuerzos.
De esta manera, el éxito o el fracaso de las Instituciones Públicas no es un problema de modelo de empresa sino de las personas que se encuentran al frente de las Instituciones Públicas, como lo que sucede con PETROPAR, INC o ACEPAR . Las gestiones de las principales autoridades deben ser con capacidad y honestidad y sus malas gestiones no deben quedar impunes y menos premiadas con otros cargos.
El capital privado siempre apuntara a lograr beneficios y es lógico que así sea y la responsabilidad del Estado es utilizar los recursos de los mismos donde se requiera para mejorar la infraestructura; direccionando hacia obras nuevas y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y no ceder  ante las propuestas de concesiones o utilización de las obras existentes para solamente obtener beneficios sin aportar un valor agregado.
En el sector eléctrico, las necesidades de obras nuevas, mejoramiento de redes precarias en zonas aisladas y fortalecer a la ANDE son imperativos y no puede quedar al libre albedrio del capital privado.

De todo lo expuesto, antes de aplicar una Ley de Alianza Publica Privada en el sector eléctrico, primero se debe consensuar una Política Energética de largo plazo, de otra manera  se repetirán los fracasos de dicha Ley en otros países y el costo será muy elevado para nuestro país y no disponemos de margen de error. Tomado de abc de Paraguay 

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