Invitados por Confama, sesenta personas, entre ellas
silleteros, sembraron plantas para atraer las aves.
POR JOHN SALDARRIAGA | Al frío ya están acostumbrados. La
leve llovizna tampoco los acobardó. El campo es su placer. Así que en la mañana
mojada y gris del domingo jamás estuvo en riesgo la siembra de árboles en el
Parque Arví.
Con la compañía del Mohán, la Madremonte, el Hojarasquín del
Monte, la bruja, el Patas y el Verraco de Guaca, 60 personas, residentes en
veredas vecinas al parque recreativo Comfama, acudieron al llamado de esta
institución para la siembra. María Emilse Ruiz y Andrés Hincapié Carvajal
estuvieron entre ellas.
Ella es silletera. Más que sus palabras, su indumentaria así
lo contaban: falda larga y negra, blusa blanca y con encajes, pañoleta en la
cabeza, alpargatas... Hace parte de la Corporación que agrupa a estos
campesinos que hacen artesanías con flores y en su casa, situada en la vereda
El Porvenir, suele cultivar plantas de jardín.
Él es un proyecto de silletero que no ha ganado la
oportunidad de cargar un arreglo floral el 7 de agosto, pero confía que este
año sea la primera vez. Estudiante de séptimo grado, residente en la vereda El
Cerro, ayuda a su padre los sábados, los domingos y en las vacaciones en las
labores agrarias. "Tengo un "medio-cultivo" de uchuva",
contó él, vestido de silletero: camisa blanca; pantalón negro; sombrero blanco;
pañoleta alrededor del cuello; carriel; vaina de machete al cinto, pero sin
machete...
"Y también tenés un cultivo de claveles", le
complementó la mujer.
"Es que todavía no les sé muy bien los nombres a todas
las plantas".
Ambos integraron el mismo equipo de sembradores.
Marrabollos, arrayanes, ceibas, silvo-silvos, uvitos,
cedros. "Árboles ornamentales y de reforestación", dijo el
coordinador, Hermes Darío Alba. Algunos de estos árboles, pertenecientes a 10
especies, son nativos de la zona y contribuyen a atraer la fauna, especialmente
aves, que encuentran en ellos semillas.
A los habitantes de Santa Elena les ha preocupado que con el
Parque Arví se comercialice el territorio, se llene de edificios, de negocios y
se acaben los bosques. Al parecer, dijo Hermes, eso no ocurrirá, al menos no
sucederá en una gran porción del territorio.
Con la siembra de ayer, ya son 3.000 los árboles que han
plantado. Es un compromiso con el Ministerio del Medio Ambiente de ir renovando
las arboledas, algunas de las cuales ya están viejas.
"Pero es tan grande el interés de la gente y de Comfama
en la preservación del bosque, que no lo hacemos solo por ese compromiso
jurídico. Seguiremos sembrando árboles, más allá de las cifras obligadas",
agregó Hermes.
Después de la tierra abonada, echaron la tierra amarilla
para terminar de llenar el hueco. Cien árboles más en el inmenso bosque.
Al mediodía, la labor terminó. En una extraña fila salieron
del monte sembradores, empleados, silleteros y esos personajes de la mitología
antioqueña. Estos tal vez se irían a asustar a otra parte.
EN DEFINITIVA
Unas sesenta personas, convocadas por Comfama, se reunieron
en la fría mañana de ayer para sembrar árboles ornamentales y de reforestación
en el bosque del Parque Arví. TOMADOD E EL COLOMBIANO
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