Ingenio chino:
alocadas ideas contra la contaminación
Lluvia artificial y gigantescas aspiradoras, entre los
insólitos inventos
Por William Wan | The
Washington Post
Turistas chinos con barbijos, en un contaminado día en la
plaza Tiananmen de Pekín. Foto: AP - PEKÍN.- En China el problema del esmog es
tan grave que los funcionarios están planeando "lavar" el aire con
lluvia artificial o "chupar" la contaminación con gigantescas
aspiradoras.
El gobierno de Shanghai ya provee a sus agentes de policía
de barbijos con mini filtros para la nariz. Y, a espaldas del gobierno, ha
surgido una industria artesanal de fabricación de dispositivos
anticontaminación, algunos de ellos muy prácticos, y otros que son más bien
alocados manifiestos artísticos.
Hay una bicicleta que limpia el aire mientras uno pedalea, y
un espectro cada vez más amplio de máquinas purificadoras de tipo "hágalo
usted mismo", desde inventos simples pegados con cinta de embalar hasta
modelos de elaborada ingeniería.
A grandes males... remedios de-sesperados. "Es una
respuesta natural cuando uno enfrenta un problema de esta magnitud", dijo
Gong Zhiqiang, un ingeniero de Pekín que pasa las noches perfeccionando sus
diseños de filtros de aire. Después de que subió sus prototipos a la Web, en 2012,
le empezaron a llover pedidos de instrucciones. La obsesión por la calidad del
aire, según Gong, se ha convertido en un pasatiempo nacional.
La urgente búsqueda de paliativos para morigerar la
contaminación se debe no sólo a la creciente presencia del tema en los medios,
sino también a que desde hace unos años la ciudadanía puede acceder a las
mediciones en tiempo real de la mugre que respira.
La atmósfera de las ciudades chinas se encuentra entre las
más contaminadas del mundo. Por lo general, la bruma es tan espesa que obtura
el sol. En ciudades como Harbin, en el noreste de China, en un mal día no se ve
ni la vereda de enfrente. En los aeropuertos, los problemas para aterrizar son
moneda corriente. Un estudio publicado en la revista médica inglesa Lancet afirma
que en 2010 se produjeron 1,2 millones de muertes prematuras a causa del mal
aire.
Otros países han frenado la contaminación limitando la
emisión de gases de fábricas y automóviles. Los líderes chinos no han querido
sacrificar el crecimiento económico, y las industrias controladas por el Estado
chino han usado su influencia en la economía para resistir regulaciones más
estrictas.
Así que la gente se ocupó de buscar ideas más novedosas. En
la ciudad occidental de Lanzhou -que según la OMS tiene el peor aire de China-,
los funcionarios han propuesto cavar hondonadas en los montes circundantes. En
años recientes, ya otros habían hablado de aplanar las montañas, directamente.
Pero como son ideas que requieren montañas de dinero, quedaron en ideas.
Y ya en el extremo fantástico de la cosa, un artista
holandés está diseñando una descomunal aspiradora electrostática. El
dispositivo utiliza un cable electrificado para atraer las partículas de esmog.
La empresa del artista afirma que ya han ensayado con éxito los prototipos.
"No curará el esmog a gran escala, pero al menos podremos recordarle a la
gente cómo es el aire puro", dijo el artista Daan Roosegaarde, quien
agregó que el alcalde de Pekín ha mostrado interés en el invento.
Pero lo que ha concitado más atención en las últimas semanas
es la confirmación de que el gobierno chino está investigando el uso de lluvia
artificial para "enjuagar" el aire de sus partículas en suspensión.
Un documento divulgado por la Administración Meteorológica
China en noviembre afirma que para 2015 todas las oficinas del clima del país
deberían ser capaces de utilizar lluvia artificial para limpiar el esmog. Poco
después, en un encuentro cerrado, el vicealcalde de Pekín les dijo a sus
subordinados que la ciudad está evaluando ese método, según un medio de prensa
del gobierno.
En más de un sentido, la idea no debería sorprendernos.
Debido a su escasez crónica de agua, China ha invertido fuertemente en lluvia
artificial desde fines de la década de 1950. El país se jacta de poseer la
maquinaria de lluvia más poderosa del planeta, con 6902 cañones de artillería
siembra-nubes, 7034 lanzacohetes de químicos, más de 50 aviones y 47.700
empleados destinados a la tarea, según cálculos gubernamentales de 2012.
Esa infraestructura impresionante es famosa por haber sido
desplegada en Pekín para asegurar un cielo despejado para la ceremonia de
apertura de los Juegos Olímpicos de 2008.
Pero aplicarle lluvia artificial al esmog es una idea
relativamente nueva. Según los pocos científicos dispuestos a hablar, así como
a partir de las explicaciones dadas por los medios estatales, esa tecnología
implica el uso de cohetes, cañones o aviones para sembrar las nubes con
catalizadores como hielo seco, yoduro de plata y sal. Esas sustancias potencian
el proceso natural de formación de lluvia de las nubes.
En teoría, la precipitación resultante recoge las partículas
contaminantes del aire a través de un proceso de "deposición húmeda".
Pero, según muchos expertos, es un plan con muchas fallas. Para empezar, para
que el proceso de siembra de nubes funcione, deben darse las condiciones de
humedad adecuadas. Además, debe determinarse cuál es el punto más contaminado
de una gran ciudad, y la lluvia puede ser intermitente y difícil de dirigir.
"Es complicado. Acá los científicos ni siquiera se
ponen de acuerdo sobre la real cantidad de lluvia que produce la siembra de
nubes", dijo Wang Shaowu, jubilado profesor de meteorología de la
Universidad de Pekín.
Después está el tema de los efectos colaterales indeseados.
Sea cual sea el químico que se siembra en el aire, termina cayendo, dice Zhao
Lijian, experto en contaminación de la Fundación Energía, una organización sin
fines de lucro que promueve las energías renovables.
La única solución real para los problemas de contaminación
en China, insisten Zhao y otros científicos, es reducir la emisión de gases de
sus plantas de energía, sus fábricas y sus autos.
Pero eso es muy difícil: China depende enormemente de sus
plantas de energía eléctrica proveniente de la combustión de carbón. También
implicaría meterse con las industrias del Estado, que siempre han resistido los
controles medioambientales.
EL AÑO DEL CABALLO, CON POCA PIROTECNIA
China dio la bienvenida ayer al año del caballo con
celebraciones moderadas. La población obedeció los pedidos del gobierno, que,
preocupado por la contaminación, recomendó usar menos fuegos artificiales.
El año nuevo chino suele ser un día en el que se lanzan
fuegos artificiales y petardos, que se cree traen buena suerte. Pero su uso
deja una capa de humo durante horas en el cielo y, dada la contaminación que
afecta a gran parte del país, esta vez el despliegue fue más modesto.
Medios estatales informaron que las ventas habían caído y
algunos residentes dijeron que no comprarían tanto este año.
"Esto no es bueno para el medio ambiente, no es bueno
para el aire", dijo un vecino llamado Lao Song. "El año pasado gasté
alrededor de 300 yuanes (50 dólares) en fuegos artificiales, pero este año sólo
gasté alrededor de 100 yuanes", agregó.
Traducción de Jaime Arrambide – TOMADO DE LA NACION DE AR
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