Pasado y futuro de las migraciones por cambio climático en
el desierto de Atacama
Hace 13 mil años donde hoy es desierto había agua y
agricultura, hoy en cambio, la región árida se extiende hasta Santiago, con
millones de habitantes
Por Anastasia Gubin - La Gran Época
Asentamiento humano en el desierto de Atacama surgió entre
humedales hace 13.000 años
Director del Museo MNHN defendió patrimonio arqueológico de
Atacama en III Congreso del Futuro
Claudio Latorre, Biólogo de la Universidad Católica, expuso
el “Cambio Climático y Evolución Cultural en el desierto de Atacama”, el 9 de
enero, durante el Congreso del Futuro, desarrollado en Santiago de Chile.
Sus investigaciones se enfocaron especialmente a “entender
cómo las poblaciones han respondido a los ecosistemas áridos en Sudamérica a
los largo de los últimos 50.000 años”. Registros paleobiológicos demuestran que
las culturas en Atacama abandonaron sus casas por los cambios climáticos
cíclicos que se vivieron en los últimos miles de años. (Video)
El máster de la Universidad de Arizona, EE.UU, doctorado en
la Universidad de Chile, señaló que la capital Santiago, hoy también es parte
del gran desierto de Atacama, que se extendió hacia el sur a lo largo de los
años. Destacó la importancia de considerar los cambios climáticos que hoy vive
el hombre, por la industria, sumado a los cambios que aportan los ciclos
naturales, como una manera de aprender a resistir a ellos.
Según nuevos estudios, que ahora están en verificación, después
de un largo período de sequía de los siglos 15, 16 y 17, en el comienzo del
siglo 19, ocurrió uno de los eventos fluviales más grandes en el norte de
Chile, donde las precipitaciones aumentaron considerablemente, y paralelamente
empezó a decaer la población en el altiplano.
En la medida que la población fue abandonando la región
empezó una tendencia a muy largo plazo orientada a la sequía. Generalmente los
documentos históricos, mencionan la expansión de otros pueblos, los
colonizadores, y la Guerra del Pacífico, como parte de las causas sociales, y
no el clima.
“Es cien por ciento natural. Son estos grandes ciclos de
escala centenial, y multicentenial, que también son parte de la escala natural
y que deben preocuparnos, a la vez porque se acoplan al cambio climático
relativo a los humanos”, señaló Latorre, al referirse al calentamiento global
causado por el hombre, y que “seguramente se va a prolongar por un par de
siglos más de acuerdo a las proyecciones que estamos haciendo”.
Las evidencias recogidas corresponden a años de estudio y
datos recogidos en las cuevas de paleo-roedores, estudios de las napas, de los
hielos y del Carbono, en donde participaron numerosos investigadores chilenos.
Cuando se hace un estudio a largo plazo, el biólogo explica
que "la magnitud del tiempo que estamos hablando es difícil de
conceptualizar". Por ejemplo, el Pelagón, un ave gigantesca que habitó el
norte de Chile data de siete millones de años, mientras que los humanos de la
actual civilización, llegaron hace unos 13.000 años, al menos de lo que se
conoce en Atacama,
Respecto al cambio de clima cíclico, Latorre se refirió a
los siglos pasados en que la temperatura era más fresca. “Si nos vamos un poco
más atrás en el tiempo, tenemos la pequeña era del hielo -siglo 13, siglo 19- y
quizás algunos de ustedes no se lo imaginan, pero este mismo edificio (en
Catedral 1158 de Santiago) fue construido en esa época, y quizás por eso no
tiene la configuración que debiera tener”.
Sin embargo, agregó, “si nos vamos un poco más atrás",
entre el siglo 13, "nos habríamos encontrado con un clima un poco similar
al actual”, de los cual destacó, hay muchos documentos históricos y registros,
Entre los principales factores que pueden cambiar el clima,
el biólogo nombró la actividad volcánica y la variabilidad del Sol, con los
ciclos de manchas, pero agregó, incluso “nosotros podemos cambiar esta escala
con toda nuestra actividad económica.
Un aumento de manchas solares se registra cada once años.
Durante la pequeña era glacial otras investigaciones mostraron una
significativa falta de manchas solares durante ese período.
Los últimos 50 mil años denotaron un gran cambio marcado
porque “el planeta salió de un mundo de hielo y pasó al actual mundo glacial,
donde está toda nuestra historia escrita", dijo Latorre.
“Toda nuestra civilización pertenece a este período. Las
tazas de calentamiento durante miles de años van y vienen. No fue un
calentamiento abrupto como se está viviendo ahora”, explicó el biólogo.
En los períodos naturales hay otros mecanismos que operan,
especialmente relacionados con los océanos y la atmósfera, que pueden cambiar
rápidamente de un balance a otro. Además destacó la importancia de la variación
de la posición de la Tierra alrededor del Sol, en relación al clima, Hay
variación de la órbita, de los planos de inclinación, además de “una serie de
parámetros que se mueven y oscilan, producto de la atracción gravitacional”. Se
suman a ellos, los cambios de las placas tectónicas que se mueven muy
lentamente.
“El hombre, que salió de África hace 170 mil años atrás, en
el contexto de la última glaciación, el último continente que colonizó fue el
americano. Eso se evidencia en todo”.
“En general las poblaciones americanas tienen mucho menos
variación genética, por ejemplo, que la población asiática, porque son más
recientes. Este proceso culminó alrededor entre 15.000 a 12.000 años atrás”.
Uno de los lugares que llegaron a habitar fue el Desierto de
Atacama, donde hoy hay numerosos sitios arqueológicos que se remontan a 13 mil
y 12 mil años en la costa y 11 a 12 mil en el altiplano.
Sin embargo, “hace poco encontramos en el medio del desierto
el sitio más antiguo en el Norte de Chile”, destacó el investigador, donde hoy
no hay vida.
Las evidencias, entre ellas de las madrigueras paleolíticas
de ratones, demostraron que el clima era con humedales y bajadas de aguas
aluviales. “Llevamos unos 15 años donde hemos colectado este tipo de depósitos,
alrededor de 1.500 depósitos de ratas chinchillas”. Existió en el altiplano el
lago que se secó alrededor de 14 mil años atrás.
Las excavaciones permitieron descubrir un fogón en torno al
cual las personas se reunían, con diferentes restos de flechas, piedras,
conchas de caracoles marinos provenientes de unos 80 kilómetros y obsidiana que
vino de más de 100 kilómetros, en la cordillera. Usaban instrumentos para
lanzar dardos, entre otros. Esto indica que los habitantes se movilizaban
normalmente por Atacama,
El ambiente hace más de 12 mil años no era el desierto que
se vive hoy, sino que había agua fresca y animales para cazar, aclaró Latorre.
En un área tan enorme como es el desierto de Atacama, los arqueólogos esperan
encontrar muchos más sitios.
En el mismo desierto surgió la cultura Chinchorro, conocida
por las primeras momias de técnica avanzada del planeta, con más de cinco mil
años, más antiguas que las egipcias.
Al referirse a la población, los retrató como muy
sedentarios, con cuatro mil años de ocupación, muy bien adaptados a su ambiente.
Aparte de las momias se los conoce por los curiosos anzuelos que desarrollaron.
Si se analiza el clima de la época de los chinchorros, se
observa una gran fase húmeda en la primera etapa de su cultura, que comenzó
hace 8.000 años y culminó de crecer hace unos 6.000 años. Se observó un
incremento de las napas. Más tarde llegó una baja de la población, que luego
aumentó nuevamente. Cuando habitaron estas zonas contaban con una mayor carga
de agua fresca.
El clima de las aguas de los océanos era más fresco, pero
probablemente la corriente del niño influyó después con aguas más cálidas hace
4.000 años y ahí se acabó el estilo de vida de los chinchorro.
Posteriormente el desierto de Atacama se volvió a ocupar con
máximo entre 2.000 y 1.000 años atrás. De esta época se descubrieron terrazas y
canales de regadíos. Había agua y un clima diferente que hoy no existe. Habían
árboles de tamarugos, los cuales fueron preservados de hace 700 años, cuando se
marcó un abandono de esas tierras.
La quebrada del tamarugal, se hallaron los restos de grandes
canales hídricos. Además se detectó una represa de hace 2.500 años atrás, lo
que demuestra que el ser humano en esos tiempos usaba técnicas muy avanzadas,
explicó Latorre, y una represa, significa agua.
“A los largo de todo el fondo de la quebrada eran campos de
cultivo, fundamentalmente de choclos (maíz)”, señaló. Una muestra se encontró
en las madrigueras de los roedores.
El abandono de la quebrada del tamarugal, para Latorre,
probablemente fue climático, y no social. “Es difícil que las personas dejen su
casa”.
“El cambio climático seguirá jugando un rol fundamental
preponderante en todas las sociedades que viven en el desierto, y para mí el
desierto empieza desde Santiago, para el norte. Ahí empieza el Atacama, si bien
en la capital sea difícil percibirlo", dijo el biólogo.
“Un desierto se define como un lugar donde evapora más de lo
que llueve, ciertamente ese es nuestro caso”.
"Las interacciones con el clima pasado son complejas, y
el cambio climático ha facilitado la extensión de especies por todo el planeta,
pero también ha facilitado algunos de los grandes colapsos sociales",
concluyó Latorre, dejando abierto el debate.
TOMADO DE La Gran Época POR SUGERENCIA DE ENVIO DE BOLETIN
GAL DE CHILE
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