Transfusión y
donación de sangre
Cada año, cerca de cinco millones de personas
que viven en los Estados Unidos reciben transfusiones sanguíneas que les salvan
la vida.
Durante una transfusión, usted recibe sangre completa o
partes de la sangre, tales como:
Glóbulos rojos: células que transportan oxígeno hacia y
desde los tejidos y órganos
Plaquetas: células que pueden utilizarse para controlar las
hemorragias
Plasma: parte líquida de la sangre que ayuda a la
coagulación. Se puede necesitar cuando una persona tiene quemaduras graves,
falla del hígado o una infección severa.
La mayoría de las transfusiones se realiza sin problemas.
Algunos agentes infecciosos, como el HIV, pueden sobrevivir en la sangre e
infectar a la persona que está recibiendo la transfusión. Para mantener la
sangre segura, los bancos de sangre analizan la sangre donada. El riesgo de
contraer un virus a raíz de una transfusión es bajo.
A veces, es posible obtener una transfusión de su propia
sangre. Durante una cirugía es posible perder sangre y necesitar reemplazarla.
Si usted va a tener una cirugía que puede programar por adelantado, su doctor
puede preguntarle si usted desea usar su propia sangre en lugar de una donada.
Si es así, será necesario que le saquen sangre una o más veces antes de la
cirugía. Un banco de sangre almacenará su sangre para su uso.
NIH: Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la
Sangre – TOMADO DE ENVIO DE MIDILINEPLUS DE EEUU
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