Más consumo interno
en 2015, clave para que crezca economía Analistas advierten que las
turbulencias internacionales enredan las perspectivas de crecimiento del
Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia para el próximo año. POR JUAN FERNANDO ROJAS T.
A diferencia de los mensajes de optimismo del Gobierno
frente al buen momento que pasa la economía colombiana, con una expansión de su
Producto Interno Bruto (PIB) a una de las tasas más altas del mundo, para los
analistas hay señales internacionales preocupantes que ensombrecen el panorama
de cara a 2015 y anclan, aún más, el crecimiento al comportamiento de la
demanda interna. "No es que Colombia esté brillando por su desempeño
económico, solo está aguantando, mientras otros países vecinos y de referencia
se han venido abajo", advierte Sergio Clavijo Vergara, presidente de la
Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), uno de los principales
centros de investigaciones económicas del país. Por eso él dice que si tuviera
en este momento que revisar las optimistas perspectivas de crecimiento
económico del país para 2015, no dudaría en reducirlas de 4,3 por ciento a solo
un 4,0. Eso está por debajo del 4,5 por ciento que proyecta el ministro de
Hacienda, Mauricio Cárdenas, y a niveles de lo registrado en 2012 y 2010. En
términos generales, la probable corrección del pronóstico de Anif se explicaría
por las turbulencias externas que se avizoran en frentes sensibles para
Colombia. Los vientos en contra
En primer lugar, la descolgada de los precios
internacionales del petróleo, principal producto de exportación, por la menor
demanda y la sobreoferta desde países como Emiratos Árabes e Irán, que se
niegan a reducir sus planes de producción. "Colombia depende
extremadamente de las ventas del crudo, que entre julio y este mes han caído
cerca del 25 por ciento en el nivel de precios, lo que no solo afecta las
ventas externas, sino las rentas del Gobierno", precisa Leonardo Villar
Gómez, director de Fedesarrollo, el otro tanque de pensamiento económico del
sector privado. De hecho, de la
producción y venta de petróleo depende una quinta parte de los ingresos
corrientes de la Nación. Unas menores ventas de las petroleras, con la estatal
Ecopetrol a la cabeza, significarán bajos recaudos en impuestos, que no
alcanzan a compensar la reciente devaluación del peso frente al dólar (ver
gráficos). Asimismo, esto incidirá en lo proyectado por
el Gobierno en su Marco
Fiscal de Mediano Plazo y ahondará más el hueco presupuestal que se quiere
conjurar con una nueva reforma tributaria
Y a esa coyuntura del sector se agrega la menor demanda de
crudo desde Estados Unidos, principal socio comercial de Colombia. La
revolución energética emprendida en el país del norte ha incrementado en 80 por
ciento la producción diaria de barriles de petróleo respecto de 2008, por la
vía de explotar yacimientos no convencionales (shale-oil y shale-gas ).También
hacen un flaco favor a las ya retraídas exportaciones colombianas, con y sin
combustibles, la prolongada y lenta recuperación de Estados Unidos, cuyo PIB
crecería solo un 3 por ciento en 2015, según Anif. De igual manera, inquieta el
anémico desempeño de la zona Euro, destino de productos mineros, agrícolas y
manufacturados colombianos, que el próximo año lograría expandir su PIB en
apenas 1,8 por ciento, según proyecciones internacionales. Y a esto se suma una
marcada desaceleración de las economías emergentes, especialmente en América Latina,
con un promedio de variación del PIB que rondaría un exiguo 2,5 por ciento. Por
último, con unas exportaciones cayendo (-2,6 por ciento a julio pasado) y las
importaciones creciendo (8,1 por ciento), sube el déficit de cuenta corriente
del país (4,4 por ciento del PIB, a junio), que hasta ahora se ha financiado
por la vía de la inversión extranjera directa (IED). Pero esa posibilidad no
será para siempre y ya se comienza a ver la reducción de flujos de inversión de
portafolio que llegaron en los últimos meses a los 1.000 millones de dólares y
desde el mes pasado rondan los 200 millones: "la perspectiva a futuro es
que se reduzca más ese monto", agrega Villar. Habrá que esperar, entre
otros aspectos, la reacción en los mercados de capitales por las inyecciones de
euros y yenes que plantean los bancos centrales del Viejo Continente y Japón.
Andrés Pardo Amézquita, director de investigaciones económicas de
Corficolombiana, prevé varios años con una tasa de cambio ascendente,
"pero a la mitad del camino puede haber caídas importantes", señala. Con
un contexto externo tan enredado, habrá que esperar cómo se desenvuelve Estados
Unidos y qué tanto lo afecta la coyuntura de sus pares industrializados y el
menor crecimiento de China. Los vientos
de cola
En todo caso, Colombia tiene varias cartas que pueden
contrarrestar, en alguna medida, el ensombrecido entorno global. Para Carlos
Gustavo Cano, codirector del Banco de la República, "el desempeño de la
economía en 2015 dependerá en mayor medida del crecimiento del consumo
interno". Esto será definitivo, desde el lado de la oferta, para tener un
desempeño más favorable del PIB de sectores como comercio, construcción,
financiero, transporte y servicios. Así se podría acompasar los embates que
desde tiempo atrás enfrentan actividades nacionales con crecientes costos de
producción como minería —por bajos precios—, industriales —menor demanda
externa y baja productividad—, y el agro —vía cambios climáticos e
importaciones—. Juana Téllez, economista Jefe de Bbva Colombia, indica que un
crecimiento basado principalmente en la demanda interna, va de la mano de
compensación de los menores precios del petróleo con la devaluación, que se
mantenga la inversión de portafolio en bonos de deuda pública (TES) y se
financie vía inversión externa el déficit entre exportaciones e importaciones. "Colombia
tiene un estabilizador sano que es la flexibilidad cambiaria. Además se puede
usar con una tasa de inflación controlada y cerca de su rango meta (3 por
ciento), mientras se aprecia una fortaleza en el sistema financiero y un bajo
endeudamiento en el exterior frente a otros países latinoamericanos",
considera Téllez. También las encuestas con que Fedesarrollo le toma el pulso a
industriales, comerciantes y consumidores colombianos se mantienen en terreno
positivo. Particularmente revelan una recuperación de la confianza del sector
manufacturero en lo corrido de 2014.
Aunque esta positiva tendencia podría verse afectada por la
sobrecarga de impuestos que tendrán las personas jurídicas con la reforma
tributaria que discute el Congreso y con que espera el Gobierno tapar un hueco
fiscal de 12,5 billones de pesos en el Presupuesto General de la Nación para el
año entrante. En ese sentido, emergen dos temores para el próximo año. En
primer lugar, que se "espante", como dice Clavijo, la inversión
extranjera directa, por cuenta de una mayor tasa efectiva de impuestos a renta,
utilidades y patrimonio que puede llegar a ser de ente 42 y 45 por ciento. Lo segundo, es que desde el frente fiscal,
advierte Fedesarrollo, los recursos de más que recaude el Gobierno no alcancen
para atender las necesidades fiscales en materia de pensiones, educación, salud
e infraestructura, con énfasis en las obligaciones del Gobierno en el
billonario plan de vías de cuarta generación en proceso de adjudicación. Tomado
de el colombiano
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