La guerra financiera
contra Cuba
Una vez más presentará Cuba ante la Asamblea General de la
ONU la resolución sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico,
comercial y financiero de Estados Unidos contra el país
Autor: Paula Martínez Alonso | Mañana 28 de octubre, por
vigésimo tercera ocasión, se presentará ante la Asamblea General de las
Naciones Unidas la resolución Necesidad de poner fin al bloqueo económico,
comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.
Como ha sido el caso en los últimos años, la abrumadora mayoría de los Estados
miembros de la ONU con toda certeza reafirmarán su apoyo a esta resolución, y
ratificarán así el aislamiento internacional total de la política de guerra
económica del Gobierno de Estados Unidos contra nuestro país. A pesar del
rechazo universal a esta política inhumana y de creciente alcance
extraterritorial, que rebasa el marco de las relaciones bilaterales y provoca
graves afectaciones no solo a Cuba y su pueblo, sino también a entidades y
ciudadanos de terceros países, incluyendo norteamericanos, y del fracaso rotundo
de su propósito declarado de provocar el derrocamiento del gobierno y doblegar
a la nación cubana, el Gobierno de Estados Unidos no solo ha mantenido intacto
el bloqueo, sino que lo ha recrudecido, particularmente en el área financiera.
Desde los primeros años de la Revolución, las finanzas
externas cubanas fueron uno de los principales blancos de la política de
asfixia económica del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Entre las
primeras medidas en esta esfera estuvieron la denegación de préstamos, el
congelamiento de todos los activos y de los fondos depositados en bancos
norteamericanos por ciudadanos y entidades cubanas, la prohibición del uso del
dólar estadounidense en nuestras operaciones financieras, la suspensión de las
inversiones estadounidenses y los intentos de impedir las extranjeras, y la
oposición de Estados Unidos al otorgamiento de asistencia y facilidades
crediticias a Cuba por parte de las instituciones financieras internacionales. En
fecha tan temprana como el 1ro. de julio de 1959, la Oficina de Asuntos
Económicos Regionales del Departamento de Estado, al referirse a las
perspectivas económicas de Cuba y las propuestas de acciones de Estados
Unidos, afirmaba que “…existen otras armas en el arsenal de la guerra económica:
prohibición de préstamos públicos o privados, tratamiento comercial
discriminatorio, desaliento a la inversión e impedimento de las
transacciones financieras”. La Operación Mangosta de 1962, vasto plan de
acciones subversivas y terroristas dirigido a desestabilizar a Cuba, también
incluyó medidas en el ámbito económico-financiero, bajo el supuesto de que “la
Revolución podía ser debilitada y destruida si el flujo de dólares hacia el
país se interrumpía a través de la pérdida de las líneas de crédito”.
El arma financiera, que ha sido un componente permanente del
bloqueo desde hace 55 años, se ha convertido en los últimos años en uno de los
instrumentos predilectos de la política exterior de Estados Unidos. El actual
gobierno norteamericano ha defendido la utilización de esta herramienta para
asegurar la primacía de Estados Unidos y su involucramiento en los asuntos
mundiales, no necesariamente a través del poderío militar. Como resultado, las
sanciones financieras contra diversos países, incluyendo Cuba, se han estado
aplicando más agresivamente y se han perfeccionado los mecanismos para su
implementación. En el caso de nuestro país, las acciones de Estados Unidos en
el sector financiero se sustentan, además, en la injusta e insostenible
inclusión de Cuba, por 35 años, en la lista de “Estados patrocinadores del
terrorismo internacional”, decisión políticamente motivada e infundada que
ofende profundamente al pueblo cubano. Desde el año 2010 hasta la fecha, se han
registrado alrededor de 130 acciones del bloqueo contra Cuba que han tenido
manifestaciones extraterritoriales, de las cuales 81 califican como actos de
persecución financiera. Se han incrementado exponencialmente las multas
impuestas por el Gobierno de Estados Unidos contra entidades
estadounidenses y extranjeras, en su mayoría bancos, por realizar transacciones
con Cuba y otros países sujetos a sanciones. En los últimos diez años, el monto
total de estas penalidades asciende a la cifra astronómica de 11 638 millones
615 979 USD. Como consecuencia, importantes bancos europeos y estadounidenses
se han visto obligados a entregar a las arcas del gobierno y de instituciones
estaduales norteamericanas miles de millones de dólares por supuestas
violaciones de los regímenes de sanciones unilaterales de Estados Unidos contra
Cuba y otros países, que tienen la particularidad de ser las únicas
legislaciones nacionales con un ámbito de aplicación en terceros Estados,
incluidos sus propios aliados. El acoso a las operaciones bancarias cubanas,
que se ha convertido en una verdadera guerra financiera de Estados Unidos
contra Cuba, impone grandes obstáculos al desarrollo de nuestro país. Todas las
esferas de la vida económica y social cubanas han sido golpeadas, desde la
obstaculización de transferencias para la adquisición de equipos para el
tratamiento del cáncer en pacientes pediátricos hasta los pagos de aranceles
consulares por parte de ciudadanos cubanos residentes en el exterior. Estas
medidas han llegado al extremo de afectar a las misiones diplomáticas cubanas,
incluyendo la Sección de Intereses de Cuba en Washington, que desde el mes de
febrero del presente año carece de servicios bancarios para cumplir sus
funciones habituales y prestar servicios consulares normales, con el impacto
negativo que ello tiene en las visitas familiares y los viajes entre los dos
países. El fortalecimiento del cerco financiero contra Cuba evidencia que el
Gobierno de Estados Unidos no ha renunciado al bloqueo como uno de los pilares
de su política de hostilidad hacia nuestro país. Confirma también que, tras más
de cinco décadas, continúa vigente la filosofía que llevó a la imposición de
esta política cruel, dirigida, al decir del subsecretario de Estado para
Asuntos Interamericanos, Lester Mallory, en abril de 1960, a fomentar el
“desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades
económicas…”, a “negarle dinero y suministros a Cuba…a fin de causar hambre,
desesperación y el derrocamiento del gobierno”. La guerra económica y financiera
que el Gobierno de Estados Unidos insiste en mantener contra Cuba, constituye
una flagrante violación de la soberanía de los Estados, las normas del libre
comercio y del Derecho Internacional, en abierto desafío al sentir de la
mayoría abrumadora de las naciones del mundo y de sectores de la sociedad
estadounidense cada día más amplios, que reclaman el fin del bloqueo económico,
financiero y comercial más implacable y prolongado que se haya aplicado
jamás contra país alguno TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA
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