Bolivia negociará gas
con Brasil en nuevo contexto Por July Rojas Medrano - El gasoducto
Bolivia-Brasil que transporta el energético boliviano. - Los Tiempos Foto | El
reto principal del Gobierno boliviano ante la
nueva gestión de la reelecta
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, es demostrar reservas de gas para renovar
el actual contrato después de 2019. Además, es posible una revisión del precio
con mayor presión del empresariado brasileño por una reducción.
Para los presidentes reelectos de Brasil y Bolivia, Dilma
Roussef y Evo Morales, respectivamente, el principal tema en la agenda
bilateral será la negociación del nuevo contrato de compraventa de gas natural,
en vista de que el actual fenece en 2019; sin embargo, para Morales el reto
será demostrar que tiene suficientes reservas que garanticen la provisión por
otros 20 años y tratar de que el costo no caiga demasiado.
“Ese es el tema fundamental
para el Gobierno, garantizar un nuevo contrato con Brasil de largo
plazo, para lo cual es una obligación de Bolivia demostrarle al Brasil que
tiene suficientes reservas de gas para venderle por otros 20 años”, afirmó el
analista económico y expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Armando
Méndez.
En la misma línea el analista y docente universitario Pablo
Cuba dijo que las negociaciones por el lado de la presidenta Roussef van a
apuntar a renovar el contrato actual porque Brasil precisa el energético
boliviano; pero a la vez también “necesita salir de la crisis en la que está
actualmente, (Rousseff está) condicionada por la recesión y porque necesita
abaratar costos para poder dinamizar su sector productivo y la única forma es
abaratando costos, costos de energía, entre ellos el costo del gas natural”. La
presión será más fuerte para Rousseff y la negociación más dura para Morales
considerando que hace algunos meses que los empresarios brasileños piden que su
Gobierno negocie un precio más competitivo para el gas que importa de Bolivia.
“Brasil necesita tener las condiciones para ser capaz de renegociar (el
contrato) para que los precios puedan bajar”, dijo el ejecutivo de Gas Energy,
Marco Tavares, citado por la revista brasileña Valor en agosto pasado. Tavares se
refería a las reservas del pre-sal y las expectativas relacionadas con la
subasta de áreas de explotación de gas no convencional, con las que el Gobierno
de Brasil busca aumentar el suministro de gas natural, “lo que le daría
músculo” para ganar la pulseta a Bolivia. Cuba agregó que, considerando las
observaciones del sector empresarial brasileño, Bolivia tiene que “tratar de
mantener por lo menos los precios mínimos que se están dando en los mercados
internacionales, porque en este momento tenemos un precio mayor, más favorable por acuerdos anteriores; pero
que han sido ya observados”. Méndez aseguró que “la única forma de que Bolivia
maneje eso es vendiendo más volumen a un precio menor de tal manera que su
ingreso petrolero no caiga”. En el futuro inmediato los analistas no avizoran
cambios pues el precio y volumen de venta de gas están fijados por contrato.
Para el analista económico Alberto Bonadona hay dos temas
pendientes que sin ser económicos tienen incidencia, uno es el narcotráfico y
el otro son las distantes relaciones entre los presidentes de Bolivia y Brasil. Sobre el narcotráfico, dijo que es
una preocupación de Brasil porque se conoce que la droga que sale de Bolivia y
Perú tiene a ese país como destino. Respecto a la “fría” relación entre ambos
países dijo que se debe a factores, en su mayoría, políticos – TOMADO DE LOS
TIEMPOS DE BOLIVIA
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