Cambio climático: la
alimentación, en la mira
El desperdicio y los modos de producción son analizados por
los expertos frente a los escenarios de aumento de la temperatura y cambios en
los regímenes pluviales
Foto:Archivo El sistema alimentario mundial es vulnerable a
los shocks de producción causados por condiciones climáticas extremas y el
riesgo incrementa día a día. Aunque aún queda mucho trabajo por hacer para
reducir la incertidumbre, el análisis preliminar de los datos existentes
sugiere que el riesgo de pérdida total de producción que hoy es de 1 en 100
años, se incrementaría en 1 cada 30 años llegando al 2040.
Así lo sostiene un estudio del Reino Unido y los Estados
Unidos sobre seguridad alimentaria y resiliencia que se discutió en Buenos
Aires la semana pasada. "Se trata de abordar un tema que es complejo. No
es tan sencillo como decirle a una persona que coma menos carne. Lo que
tratamos es de poder determinar de qué forma y con qué grado de inversión la agricultura
puede volverse más sustentable y a la vez accesible a todas las personas",
indicó en diálogo con LA NACION Dave Gustafson, director ejecutivo de Cimsans
(Research Foundation Center for Integrated Modeling of Sustainable Agriculture
and Nutrition Security) .
"Hay muchos estudios que indican que los granos son
sensibles a las altas temperaturas y a las olas de calor, pero también los hay
a las lluvias intensas. Estamos viendo efectos directos del cambio climático en
la agricultura", agregó el experto. Gustafson sostiene que la Argentina,
como productor de materias primas, está en una buena posición a la hora de
producir alimentos. Y que, pese a los escenarios de cambio climático el país
puede seguir siendo proveedor de materias primas. Sin embargo destacó que el
gran desafío es trabajar en lo que se desecha. "Un tercio de lo que se
produce en el planeta se tira. Y es en esto en lo que tenemos que trabajar.
Tenemos que pensar cómo reducir este gasto innecesario.", indicó.
Gustafson se refiere así a la presión que el planeta soporta
a la hora de producir alimentos para la población creciente. El 70% del agua
dulce del mundo se utiliza para la agricultura. Con los escenarios de mayor
cantidad de población, especialmente en las ciudades, la solución se hace más
compleja.
Los compromisos de los países, insuficientes
Cabe recordar que, según los expertos del Panel
Intergubernamental de Lucha contra el Cambio Climático de la ONU (IPCC), la
temperatura promedio global no debería subir por encima de los 2°C como
consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero. El viernes se
conoció un nuevo informe de la ONU, previo a la cumbre que reunirá a 146 países
en París, en poco menos de un mes, en el que da cuenta de que las metas de
reducción de emisiones que han presentado no son suficientes.
Todos juntos, estos planes cubren el 86% de las emisiones
globales de gases de efecto invernadero, lo que supone cuatro veces más del
porcentaje englobado en el primer periodo de compromisos del Protocolo de
Kyoto, el primer tratado del mundo para la reducción de emisiones y que exigía
recortes de emisiones a los países industrializados.
"Las contribuciones INDC (los aportes a los que se
comprometió cada país) tienen la capacidad de limitar el aumento previsto de la
temperatura a unos 2,7 grados centígrados, lo que no es en ningún caso
suficiente, pero sí es mucho menor que los estimados cuatro, cinco o más grados
de calentamiento que muchos han proyectados sin incluir las INDC", dijo
Cristiana Figueres, secretaria ejecutiva del IPCC. La Argentina presentó un
proyecto de reducción del 15% de sus emisiones para 2030, una meta que las ONG
ambientalistas critican por "poco ambiciosa"
. Por laura rocha para la
nación, tomado de la nación de ar
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