Vecinos exóticos: la ciudad recibe reptiles y lobos marinos
Las altas temperaturas atraen a lagartijas y aves
migratorias
En la terraza, en el balcón, en el jardín del fondo, en las
paredes o al borde de la pileta. Son los lugares más frecuentes en donde
aparecen de repente, cuando se enciende una luz, los gecos, una especie de
lagartija que ya vive en varios barrios porteños.
El aumento de las temperaturas y la mayor oferta de
alimentos que aquél genera son los principales motivos que, según los expertos,
explican la expansión de estos reptiles a cada vez más rincones de la Capital.
Variaciones en la población de aves migratorias y la más
frecuente aparición de lobos marinos en el Río de la Plata y el Delta forman
parte del mismo fenómeno.
"En la ciudad existen dos especies de gecos, una con
cabeza más maciza que la otra. Eran vistos con mayor frecuencia en Flores,
Floresta y Chacarita, aunque actualmente pueden haber extendido sus poblaciones
a otros barrios", indicó Julián Faivovich, jefe de la División
Herpetología del Museo de Ciencias Naturales.
Testimonios de vecinos de Parque Chas, Villa Urquiza, Núñez,
Belgrano, Devoto, Villa Luro y las localidades bonaerenses Martínez y Villa
Dominico confirman que es así.
"Vivo en Parque Chas y, sobre todo cuando hace calor,
es habitual que aparezcan estas pequeñas lagartijas. Al principio me sorprendió
verlas, pero después me habitué a ellas y me hice amiga. Son beneficiosas,
porque comen insectos. Al mismo tiempo, son muy asustadizas, así que no hay
motivo para temerles. El problema en casa son los gatos. Tengo tres y
enloquecen cuando las ven, las persiguen y alguna llegó a quedarse sin cola...
Porque cuando las sujetan, se les desprende y ellas se escapan. Después les
vuelve a crecer", contó Nora Gómez, que observó que este año tardaron más
en aparecer, tal vez por las inusuales bajas temperaturas en plena primavera.
Para Mariela Bosqui, que vive en Villa Urquiza, el encuentro
no fue tan amigable: "Estaba regando las plantas y un chorro de agua hizo
salir a dos, que treparon por la pared. Pegué un grito, solté la manguera y
entré a mi casa. Mi fobia a los sapos me hizo ver cualquier cosa. Pero no hacen
nada, lo difícil es agarrarlas", explicó.
Faivovich recordó que estos reptiles llegaron originalmente
con cargamentos provenientes de España y África. Ratificó la percepción vecinal
de que son inofensivos para las personas.
En la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad (APRA)
también coincidieron. "No tenemos números que indiquen aumento en la
población como para declararlos una plaga. Lo que se ve empíricamente es que
están apareciendo en más cantidad de barrios. Creemos que el aumento de las
temperaturas favorece la abundancia de alimentos", indicó Flavia Broffoni,
directora de Estrategias Ambientales del organismo.
El museólogo y naturalista Claudio Bertonatti sostiene que
el cambio climático podría ser una explicación. Sin embargo, destaca que en el
caso de las lagartijas, que son animales exóticos, la población tiene su propia
dinámica.
"El primero de los efectos del cambio en las
temperaturas es que especies de climas tropicales podrían estar expandiendo su
distribución geográfica en climas templados que se van tropicalizando, como
sería nuestro caso. Pero cada especie tiene su esquema de evolución. Por
suerte, los gecos son urbanos; su evolución en ámbitos silvestres podría ser
catastrófica. La convivencia con los humanos es distinta", explicó el
experto.
Camila Grillo convive, pero con dificultades. En su casa de
Villa Devoto tiene una lucha diaria con lagartijas que le ocupan el baño:
"Entran por la venta del baño desde el jardín y mi relación con ellas no
es para nada agradable. Las veo y me paralizo o, mejor dicho, me altero. Cuando
aparecieron en el baño, cerré la puerta, tapé la parte de abajo de la puerta
por las dudas y no entre al baño por unas horas", describió.
Aves y mamíferos
El impacto de los cambios en las temperaturas también
comienza a observarse en otras especies. Uno de los efectos es sobre las aves
migratorias. "Un ave migratoria normalmente elude los inviernos para
buscar comida. Es muy probable que si hay un cambio de clima pueda esperar que
el alimento escasee. Aquí han cambiado las floraciones de todos los árboles; el
ceibo está en flor casi todo el año. Para muchas especies migratorias los
destinos se han tornado inciertos", detalló Bertonatti.
Otro caso que observan los expertos en estas latitudes es la
aparición de los lobos marinos de dos pelos. Si bien esto ocurre desde hace
años, ya que llegan desde los Islotes de Lobos, en Maldonado, Uruguay, podría
estar creciendo la cantidad que se acerca al Río de la Plata.
"En 60 días rescatamos cinco lobitos. Éste es el primer
año que estamos en Tigre haciendo este trabajo y recibimos avisos porque ahora
sabe la gente que puede recurrir a nosotros. Pero no puedo compararlo",
indicó Adrián Giacchino, responsable de la Fundación Félix de Azara, que
rescata y recupera fauna en Delta Terra.
Bertonatti también analizó el caso de los lobos marinos:
"Si esos lobos marinos hoy enfrentan amenazas como la sobrepesca, la
contaminación de los mares, el cambio climático, que afecta la comida que ellos
comen, y hacen que sean más vulnerables a las enfermedades, se trataría de un
impacto más indirecto".
Los expertos indican que todos estos cambios benefician, en
general, a las especies más rústicas, que pueden adaptarse a las nuevas reglas
de juego más fácilmente. "El cambio climático puede producir que la
riqueza natural tienda a simplificarse, a empobrecerse y a ser más uniforme a
nivel mundial", concluyó el naturalista.
Liberan a cuatro
ejemplares
El Zoo de Buenos Aires y la Red de Rescate de Fauna Marina
de la provincia de Buenos Aires liberarán hoy en Mar del Plata cuatro
ejemplares de lobos marinos de dos pelos, que fueron rescatados en aguas del
Río de la Plata y del Paraná de las Palmas durante este año y rehabilitados.
Para devolverlos a su hábitat natural, los ejemplares serán
trasladados en un barco guardacostas de la Prefectura Naval Argentina, que
zarpará desde el puerto de Mar del Plata y navegará unas pocas millas hasta el
lugar indicado para la liberación.
Una población cambiante Claves sobre el derrotero de algunas
especies
PLAYERO ROJIZO Nombre científico: Calidris canutus De dónde son originarios: es un ave
migratoria que vuela desde Alaska hasta la Argentina.
Por qué hay más en Buenos Aires: llegan todos los años en
busca de alimento. Si hay un cambio de clima, el alimento podría escasear y el
destino tornarse incierto.
LOBO MARINO Nombre científico: Arctophoca australis De dónde
son originarios: el lobo marino de dos pelos vive en las aguas frías de América
del Sur. Por qué hay más en Buenos Aires: posiblemente estén afectados por la
sobrepesca, la contaminación de los mares y el impacto del cambio climático en
los alimentos que ingieren.
LAGARTIJA Nombre científico: Gekkonidae De dónde son
originarios: se encuentran en ambientes de clima templado y tropical de todo el
mundo.
Por qué hay más en Buenos Aires: el aumento de la
temperatura junto a la mayor cantidad de alimento disponible pueden ser las
principales razones. POR LAURA ROCHA PARA LA NACION DE AR
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