Sacarle provecho al
arsenal de inventivas
El doctor Sergio Rodríguez Morales, director del Instituto
de Investigaciones en Viandas Tropicales (Inivit), aseveró en entrevista con
Granma que en la ciencia y la innovación tecnológica están las mayores reservas
para incrementar los rendimientos agrícolas en el país Autor: Ángel Freddy
Pérez Cabrera
Los bancos de germoplasma con que cuenta el INIVIT están entre
los mayores de América Latina. Foto: del autor
VILLA CLARA.— En Cuba, cuando se trata el tema de la
producción de alimentos, todos quieren opinar. Unos preguntan por qué si se ha
entregado tanta tierra, y por lógica debe haber mayor producción, los precios
continúan tan elevados.
Otros cuestionan la manera en que son comercializados los
productos, y los más audaces hasta se atreven a sugerir fórmulas para mejorar
los rendimientos agrícolas.
Aprovechando la presencia del doctor Sergio Rodríguez
Morales en el III Simposio Internacional, Inivit 2015, que analizó las vías
para elevar la producción agropecuaria en el país a través de la aplicación de
la ciencia y la técnica, Granma fue a su encuentro para conocer los criterios
de este prestigioso investigador, quien también es miembro del Consejo de
Estado, acerca de esos y otros asuntos.
—¿Por qué después de tantos eventos, conferencias y
simposios e inventivas, la ciencia aún no logra el impacto requerido en la
agricultura?
—Creo que tienes razón. Nosotros experimentamos una gran
insatisfacción al ver que tenemos resultados muy evidentes en la producción de
semillas, la creación de nuevos clones y el desarrollo de tecnologías, entre
otros logros, sin embargo en muchos lugares aún no se aplica. Pienso que debemos
cambiar la manera en que hemos actuado hasta el presente. Es el momento de
diseñar nuevas ideas para transmitirles a los productores el concepto de que la
instrumentación de la ciencia y la técnica no solo repercutirán en el aumento
de la producción, sino que también implicará mayores beneficios económicos.
—Algunos expresan que la agricultura lleva muchos recursos y
mientras estos no aparezcan jamás podremos hablar de incrementar los
rendimientos.
—Craso error. Hoy los precios de los insumos se han
duplicado y Cuba no es un país rico como para darse el lujo de comprar
fertilizantes, semillas, pesticidas y otros productos en cantidades ilimitadas.
Tengo la convicción de que la principal reserva para incrementar los
rendimientos y bajar los precios de la comida, está en la aplicación de las
innovaciones. Hoy tenemos un inmenso arsenal de inventivas promovidas por los
centros científicos dedicados al tema, las cuales no siempre resultan
aprovechadas con la debida celeridad.
—A su juicio ¿cuáles son las principales barreras que lo
impiden?
—Primero, no hemos logrado concretar una adecuada labor
extensionista, que contribuya a divulgar y promocionar tales adelantos; y
segundo, debemos continuar incentivando la integración de los principales
centros científicos, además de acercar estos a los productores.
“También pienso que a esta tarea deben sumarse con mayor
rigor los esfuerzos de la ANAP, de las asambleas de las cooperativas, los
medios de comunicación, las delegaciones municipales y provinciales de la
agricultura y todo aquel que pueda contribuir a generalizar los resultados
científicos”.
—¿Pudiera ilustrar con algunos ejemplos lo que puede
significar esa generalización?
—Mira, si uno trasplanta una postura de fruta bomba que
tenga de 12 a 15 centímetros y otra que tiene entre 25 y 30 centímetros, verá
que con la primera obtendrá un 30 % más de rendimiento, lo cual se traducirá
también en más dinero, utilizando iguales insumos.
El fomento del cultivo de la malanga es una de las
prioridades de la prestigiosa institución
Villaclareña. Foto: del autor
“En el caso de la yuca sucede igual. Si un productor utiliza
para sembrar las estacas que están debajo de la primera ramificación, es decir
un tallo primario, y no las ubicadas en la segunda o tercera bifurcación, puede
perder hasta 5 000 pesos por hectárea, atendiendo a la diferencia en
rendimiento de las dos últimas respecto a la primera, además de dilapidar
tiempo y recursos. Y así sucede con el boniato, el maíz, el frijol y otras
producciones donde son empleadas semillas de mala calidad”.
—Otro reto de los científicos en la actualidad es la
búsqueda de variedades más tolerantes al cambio climático. ¿Cómo se ha
preparado el Inivit para enfrentar ese fenómeno?
—Ese resulta un tema trascendental. Para la ciencia
constituye un desafío buscar alternativas para mitigar los efectos del cambio
climático. En ese sentido, el Inivit lleva años trabajando el asunto, con
resultados muy halagüeños.
“Así por ejemplo, hemos desarrollado varios clones de yuca,
como el 65-2013 que resulta más tolerante a la sequía, al igual que el plátano
burro PB- 2012; en cambio hay otros como el clon de yuca Inivit Y 93-4 que
soporta mejor el exceso de humedad, así como algunos clones de malanga
xantosoma del grupo blanco, más flexibles a la carencia de lluvias que las del
grupo morado.
“Aclaro que no todo se puede resolver con nuevas variedades,
pues también debe emplearse la fitotecnia. De esta manera, si usted no pone la
yuca o los tubérculos en un cantero, cuando llega el exceso de lluvia aparecen
las pudriciones”.
—En materia de ciencia, los guajiros suelen expresar: vista
hace fe. ¿Qué quieren decir con esa frase?
—Muy sencillo, que hasta que no estén convencidos de la
efectividad de las propuestas científicas, no creen en ellas. Por eso
insistimos en crear el movimiento de productores líderes dentro del propio
movimiento campesino o de productores de las empresas estatales, de modo que
sean ellos quienes primero reciban el asesoramiento de los investigadores y
todo el apoyo desde el punto de vista material, de modo que se conviertan en
abanderados de la aplicación de la ciencia en la agricultura.
“Como ves, los dilemas en este terreno son inmensos, pero
soy optimista en cuanto a su solución. Aunque se ha avanzado un gran trecho,
ahora se requiere andar con mayor celeridad para satisfacer la creciente
demanda de alimentos y evitar que continúe la importación de productos que
podemos producir aquí”. TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA
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