¿Qué hacer con ocho
millones de plásticos que van a parar al mar?
Las playas de Necoclí, afectadas por las basuras que llegan
al mar. FOTO DONALDO ZULUAGA Ocho millones de toneladas de plásticos van a
parar a los océanos cada año, algo que embarga una de las mayores
preocupaciones sobre los ecosistemas marinos y la vida que albergan. Acelerar
la descomposición de estos materiales es uno de los tres proyectos de
investigación en los que participan estudiantes de la Universidad de Antioquia
en la región de Urabá.
Bajo la dirección del profesor Juan Pablo Gallo Ramírez, los
estudiantes de Ingeniería Oceanográfica, Oceanografía y Ecología de Zonas
Costeras del semillero del grupo de Biomateriales Avanzados y Medicina
Regenerativa —Bmar— están enfocados en remediar situaciones problemáticas de la
región. Trabajan además en la generación de energía a partir de microorganismos
de aguas residuales y en la desalinización del agua de mar.
Con el proyecto que utiliza los microorganismos “se busca
aprovechar las grandes cantidades de aguas residuales que tiene el municipio de
Turbo para utilizarlas en la generación de energía”.
Es una iniciativa a la que se vincularon tres estudiantes de
Ingeniería Oceanográfica y una de Ecología de zonas costeras. Se encuentra en
proceso de evaluación, debido a que fue presentado en la última convocatoria de
proyectos de extensión.
De ser aprobado en el primer año se estaría diseñando el
dispositivo y luego se vincularía la población estudiantil del grado 11 de la
Normal de Turbo a través de una feria de la ciencia, a fin de que fomenten su
espíritu investigativo y lo apliquen en beneficio de la región.
El proyecto se desarrolla en colaboración con la profesora
Lucía Atehortúa, directora del Grupo de Biodiversidad, Biotecnología y
Bioindustria de la Universidad.
La propuesta para ayudar a degradar los plásticos se basa en
el uso de microorganismos y los rayos ultravioleta provenientes de la luz solar
y cuenta con el apoyo del ecólogo Fabio Castañeda, quien trabajaba el tema.
Para Annie Kelly Posada, estudiante de Ingeniería
Oceanográfica “la experiencia ha sido muy chévere porque me estoy
familiarizando con este tipo de cosas y ahí es donde uno se da cuenta de que
debe poner mucho de su parte si quiere lograr grandes cambios. En un futuro y
si le ponemos empeño, vamos a suplir muchas necesidades de la región. Si lo
logramos sería un buen aporte a la comunidad.”
“Lo más importante es que son proyectos pensados en el
beneficio de la comunidad”, dice Wilmar Mosquera estudiante de sexto semestre
del mismo programa académico.
NO HAY QUÉ HACER CON LAS BASURAS
En Nuquí, a orillas del Pacífico chocoano, no hay un relleno
sanitario donde botar las basuras. Los desechos son enterrados en las playas y
cuando hay crecientes o tormentas el mar saca esa basura que termina por
contaminar el ecosistema marino. Volquetas cargadas hasta con tres toneladas de
basura arrojan sus cargas en la arena hasta dos veces por semana. Codechocó, la
autoridad ambiental del departamento, abrió un proceso contra este municipio,
responsable del manejo de los residuos sólidos, con el argumento de que la
empresa de aseo pone en grave riesgo ambiental estas áreas protegidas. RAMIRO
VELÁSQUEZ GÓMEZ Los temas de la ciencia, la astronomía y el medio
ambiente con
énfasis en cambio climático son mis campos de acción periodística. Con vocación
por el mundo de los pequeños felinos y la defensa animal. TOMADO DE EL
COLOMBIANO
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