Los cementerios radioactivos comprometen el futuro de la
Tierra
Ana Sáez Ramirez Ecoportal.net Y a pesar de que todo esto afecta a la
humanidad directamente, es información que se
procura ocultar completamente a la opinión pública, evitando así la
posibilidad de poder realizar una meditada reflexión al respecto. Sin embargo
las consecuencias podrían ser devastadoras para el medio ambiente y para
nuestra salud. Qué duda cabe de que algún día esta bomba explotará generando
una gran catástrofe para las generaciones venideras. Incluso si la humanidad dijera «a partir de
hoy paramos», no conseguiríamos arreglar lo que ya se ha creado.
Los cementerios radioactivos comprometen el futuro de la
Tierra
Si tuviéramos que elegir el refrán más acertado para definir
la situación actual sobre la producción de energía radioactiva y la fórmula
elegida para almacenar sus desechos, sin duda sería aquel que dice: «Ojos que
no ven, corazón que no siente». Verter en los océanos bidones de acero no
constituye de forma alguna un vertedero seguro, y los depósitos excavados en
las profundidades de la tierra tampoco, pues los gases que se acumularían
harían estallar las rocas. Y enviarla al espacio, tal como algunos apuntan,
denota sin lugar a dudas que no se tiene ni idea de cómo solucionar este
problema.
Los peligros que se derivan a largo plazo para la humanidad
son algo imprevisibles. Si actualmente alguien afirma que estas instalaciones
son limpias, querrá decir que las emisiones de CO2 son bajas, claro está
comparadas con una planta de producción de carbón. Sin embargo los verdaderos
peligros que conlleva la producción de energía nuclear se barren bajo la
alfombra.
No existe ningún depósito definitivo para los combustibles
radioactivos. Hay lugares de almacenamiento provisional, pero ningún lugar de
depósito definitivo. Es decir que no se sabe qué hacer con semejante cantidad
de radioactividad. En el Atlántico-Norte se demarcó un área de unos 700
kilómetros cuadrados como lugar de depósito de basura nuclear, que se utilizó
hasta el año 1982. La mayoría de la basura radioactiva procede de Gran Bretaña,
con más de cien mil contenedores, de los Estados Unidos con 34.000 y de Suiza
con 7.400, siendo la basura Suiza la más peligrosa. Además se vertieron miles
de contenedores con basura radioactiva al Mar del Norte, 9000 barras de
combustible nuclear calcinadas, más de 100 submarinos atómicos, barcos de
guerra etc.
En el libro «Origen y
formación de las enfermedades», de la editorial Vida Universal y que fue
publicado hace casi 30 años, podemos encontrar qué dice al respecto la profecía
para el tiempo actual, dada a través de Gabriele de Würzburg. Allí encontramos
el siguiente párrafo: «Por una ocurrencia se construyeron las armas atómicas y
los reactores atómicos. El agua refrigerante contaminada de los reactores
atómicos fluye a los lagos y ríos, luego
al mar. El resultado final es una contaminación sin precedentes de toda la
Tierra: mueren plantas y animales, o bien los animales cambian sus genes y las
plantas sus características. El agua se transforma en un pantano y los montones
de basura en incubadoras de los llamados parásitos, virus y bacteria dañinas.
Las enfermedades del tiempo venidero se basarán en su mayor parte en daños
radioactivos que habrá que atribuir a la contaminación atómica del aire, de la
tierra, de los lagos, ríos y mares. Los mismos alimentos y todo lo que el ser
humano ingiere, también medicamentos y medicinas naturales estarán con el paso
del tiempo contaminados. La nueva era se iniciará con la purificación de la
Tierra, debido a que ésta en todos sus ámbitos estará ensuciada y contaminada
por la radioactividad. Todo será renovado. Los hornos de la Tierra son los
mares que se calientan debido a la irradiación atómica. La Tierra es la plancha
de la cocina de los mares. Ella hará que muchas cosas hiervan. Aumentará la
actividad volcánica y los cascos polares se derretirán».
Una vez más las advertencias procedentes del mundo divino
fueron desoídas, incluso en la época en que se publicó este libro se oyeron
risas y burlas sobre las mismas. Hoy día sin embargo cobran más sentido que
nunca, pues lo manifestado se hace realidad y los mismos científicos confirman
lo que en aquella época muchos no quisieron creer.
Radio Santec www.radio-santec.com
tomado de envio en red foroba nota : deberian enviarlos al espacio rumbo al sol
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