miércoles, 18 de noviembre de 2015

TERRORISMO PUEDE OCUPAR ESPACIOS CIUDADANOS EN LA COP 21 ?

 ESPECIAL: CIUDADANÍA GLOBAL SE MOVILIZA POR UNA COP 21 EN PAZ Y EXITOSA  
Santiago, Chile, miércoles 18 de noviembre de 2015, por Luis Alberto Gallegos, editorial Boletín GAL.-  Los efectos de los atentados perpetrados en París están recién mostrándose. A nivel global Francia ha bombardeado la capital Raqqa del Estado Islámico (EI), Rusia promete hacer lo mismo, 17 países reunidos en Viena acuerdan acelerar fin de la guerra de Siria, gobierno francés propone pacto internacional contra el EI, entre otras medidas. El escenario que se visualiza podría entenderse perfectamente como una alta polarización de las confrontaciones de alcances insospechables.
 A nivel local el gobierno francés ha cerrado fronteras aún sin suspender el Tratado de Schengen (libre paso por la UE), decidió virtualmente militarizar la vida del país y reclutar a 5.000 nuevos agentes policiales.
 Respecto a la Cumbre de Cambio Climático Francia ha decidido no postergar la COP 21 pero sí modificar sustancialmente su realización: se mantiene hasta ahora la asistencia de los mandatarios de gobiernos y Estados aunque probablemente se organice un riguroso y hermético sistema de seguridad en torno a ellos; se realizarán solosesiones cerradas de los negociadores en la sede de Le Bourget; se suspenden las actividades paralelas en esta sede que estaban destinadas a presentaciones ciudadanas; se prohíben las manifestaciones sociales en las calles de París, como la programada para el domingo 29 de noviembre; y se cancelan los eventos culturales y artísticos programados en torno a la COP 21.
 Es decir, el gobierno francés ha sometido a la COP 21 al silencio absoluto. Ojalá que los medios de comunicación no sufran restricciones en el desarrollo de sus labores periodísticas.
 Se está cumpliendo al pie de la letra lo que el Presidente Francois Hollande señaló: Francia está en guerra.
 Pero, ¿qué significa estar en guerra en este particular conflicto contra el Estado Islámico?
 Ya no estamos en la Francia de 1914 con la estrategia de guerra de posiciones que le permitió al Mariscal Joseph Joffre detener el avance alemán, estamos en 2015 donde el nuevo enemigo es experto en combinar la guerra de posiciones –las que controla en Siria- con la de movimientos que despliega en Europa y otros países del mundo, mediante ataques como los que hemos visto ahora en París. El EI ha modernizado su concepto de guerra superando la noción clásica de Oriente de sostener guerras de movimiento. Ahora combina ambas prácticas.
 Por tanto, es probable que -aunque no somos expertos ni aprendices en temas militares-, lo obvio podría ser enfrentar al EI con ambas modalidades: ataque a susposiciones y resistencia a sus movimientos. ¿Qué significaría esto en las actuales circunstancias?
 Francia ya desplegó sus bombardeos a las posiciones del EI en Siria y es posible que otros países le sigan. ¿Y qué hace Francia en la esfera de los movimientos?  Hasta el momento por las normativas e instrucciones del gobierno es no solo silenciar la COP 21 sino despoblar París en lo inmediato y hasta que este evento culmine. ¿Es acertada esta estrategia? No lo sabremos sino hasta ver sus resultados. Pero sí nos entra la duda de si de pronto el gobierno del Presidente Hollande está dejando de lado un aspecto clave que debiera estar incluida en su estrategia contra el EI: el pueblo democrático francés y la ciudadanía climática global.
 Esta lucha por una COP 21 en Paz y Exitosa no solo es de Francia ni tan solo de la ONU, es de todos los pueblos del mundo. Y ellos esperan estar presentes, participar y apoyar activamente acuerdos que eviten que la temperatura del Planeta aumente 2°C.
 El principal aliado del gobierno francés y de los organizadores de la COP 21 es la ciudadanía organizada a la que se le debiera permitir manifestarse dentro de la sede de Le Bourget y en las calles parisinas. Es más, el mejor aliado político para enfrentar en las calles al autoritarismo y fanatismo del EI es nuestra gente organizada. La sociedad civil no es ingenua, ni desorganizada, ni improvisada. Tiene a cuestas miles de luchas socio ambientales y maneja experticia que ha adquirido en todo el globo. No la menospreciemos ni la subvaloremos. Apoyémosla, cuidémosla, protejámosla y promovamos su accionar en este contexto concreto.
 Además, uno de los objetivos del EI es precisamente desactivar el accionar de la población, aterrorizarla, encerrarla en sus cuatro paredes. Por tanto, impedir o reprimir las manifestaciones ciudadanas en esta COP 21 sería exactamente caer en el juego del EI. Estaríamos pisando el palito. Ojalá, que de no modificar estas disposiciones represivas, no tengamos que lamentarnos de por qué no salimos a la calle a luchar por los derechos universales a un Planeta sustentable y limpio.
 Por cierto, quienes tienen la última palabra en esta materia y crucial decisión de participación ciudadana son las propias organizaciones climáticas. Hasta el momento, por lo que podemos disponer de acceso público, las más representativas de la lucha contra el cambio climático no se han pronunciado sobre este tema.

 El gobierno francés tiene hoy la oportunidad de ganarse un enorme y gran aliado en su lucha contra el terrorismo y a favor de unos acuerdos exitosos en la COP 21 respaldando la acción ciudadana climática en París. Que no la tire por la borda. Hay riesgos, por cierto. Nadie los niega. Pero, ¿qué lucha histórica por la Vida y la sobrevivencia de nuestra Humanidad y nuestro Planeta no lo ha tenido? Francia lo sabe porque es parte de su historia como Nación. FIN. TOMADO DE ENVIO DE BOLETIN GAL DE CHILE 

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