La otra historia de
la urea en el puerto Guillermón Moncada
Una lección diferente a la indolencia afrontada hace seis
meses por 4 500 toneladas, acaba de arrojar la extracción de un mayor
cargamento del fertilizante
Autor: Eduardo Palomares Calderón La eficiente extracción de un nuevo arribo
corrobora cuánto puede beneficiarse el país cuando prima la organización de las
partes implicadas. foto: del autor SANTIAGO DE CUBA.— A seis meses de denunciar
Granma los problemas afrontados en el puerto Guillermón Moncada por un
cargamento de urea destinado al Ministerio de la Agricultura y el grupo
AzCuba, la eficiente extracción de un nuevo arribo para esta última entidad
corrobora cuánto puede beneficiarse el país cuando predomina la organización y
voluntad de las partes implicadas. Como
se recordará, en aquella ocasión fueron recibidas 26 935 toneladas del
fertilizante demandado por cultivos priorizados como el arroz, el café y la
caña de azúcar, y transcurridos 115 días aún permanecían más de 4 500 sometidas
a pésimas condiciones de almacenaje, los efectos del sol, el sereno y lluvias
que amenazaban con el arrastre al mar de parte de la sustancia derramada. Tal
odisea concluyó 50 días después de publicada en este diario, dejando pérdidas
ascendentes a cientos de miles de pesos para la Empresa de Suministros y
Transporte Agropecuario del territorio, la de Aseguramiento Logístico del
Azúcar (Azumat), de AzCuba, y el Puerto Guillermón Moncada. “Debido a sus
grandes volúmenes, la difícil manipulación como componente químico agresivo y
las exigencias en su transportación, la urea siempre se demora, pero no tanto
como ahora”, decía entonces Abel Griñán Yero, director de la UEB Almacenes y
Extracción del puerto, sin sospechar que luego sería partícipe del destierro de
negligencias amparadas en esas subjetividades.
UNA HISTORIA
DIFERENTE
Ante los citados antecedentes, nuevamente la entrada de
urea por el mismo sitio y hacia el conocido surco de la agricultura cañera,
despertaba el pasado mes inquietudes sobre el desenlace de las 9 162 toneladas
transportadas desde la República Popular China por el buque Mariana.
“Para nosotros —señaló Mario Sierra Osorio, director adjunto
de la Empresa de Servicios Portuarios del Oriente—, todo se despejó antes del
atraque del barco de tripulación cubana, pues nos visitó previamente el
compañero Omar Irola Valero, director general de la empresa Azumat, para
coordinar los detalles de la extracción por el propio AzCuba y la Empresa de
Transporte Ferroviario.
“Radicada en La Habana —añade—, AzCuba había asumido una
posición muy constructiva frente a los problemas citados, de ahí que en
respuesta confiamos la operación a las brigadas más experimentadas, reforzamos
la fuerza con personal contratado y ubicamos la embarcación en el muelle 30 de
Noviembre, que es la cara de nuestro puerto”.
Tras el arribo, la descarga de los 182 640 sacos por los
“guillermones”, como suelen llamarse sus abnegados estibadores, comenzó a las
8 y 40 minutos de la noche del 15 de octubre, en la variante de tiro directo de
la bodega a los carros de transporte, e interrumpida solo por la presencia de
la lluvia en tres turnos, concluyó a las 2 y 30 de la madrugada del día 25.
¿Récord absoluto, proeza, hazaña? Lo cierto es que no se
conoce en la nación resultado superior o similar en este tipo de componente
químico, por demás mal estibado y endurecido en el fondo de una bodega a altos
grados de temperatura ambiente, donde en su largo periplo soportó el peso de
productos evacuados en otros puertos.
Dada la imposibilidad de describir lo acontecido, baste
reflejar que en un escenario iluminado de día por el sofocante sol y en la
noche por potentes torres de iluminación, desfilaron 281 viajes de camiones y
rastras sencillos y con remolques, 13 casillas de ferrocarril y 50 jaulas
ferroviarias de tiro de caña, con destino a las provincias de Holguín, Granma,
Guantánamo y Santiago de Cuba.
Todo funcionó como un reloj —destacó Griñán Yero—,
tuvieron turnos de siete horas y 20 minutos en que las brigadas de 40 a 50
hombres, llegaron a cargar alrededor de 20 camiones y entre cinco y seis
carros jaulas, lo cual posibilitó que de las 2 000 toneladas previstas a
almacenar durante el proceso de
extracción solo fueran protegidas por lluvias 1 219, las cuales salieron hacia
sus destinos casi al mismo tiempo que el barco.
En resumen, de los seis días, dos horas y 35 minutos de
tiempo operativo programado, la descarga se materializó en cinco días, 15 horas
y un minuto, lo cual considerando además la afectación climatológica arrojó en
tiempo salvado un día y dos horas, que representaron el ingreso de 5 416
dólares por pronto despacho para la economía del país.
“Sin duda —apuntó el director de Operaciones de Azumat,
Jorge Silva Herrera, quien permaneció en Santiago de Cuba—, ha sido una valiosa
experiencia, en que la propuesta al país de adelantar la entrada del
fertilizante al inicio de la zafra, permitió organizar la extracción con el
transporte propio de AzCuba en las provincias que recibirían la urea”.
Debe significarse, que junto a los directivos de Azumat y el
puerto, también estuvieron al tanto de la operación la representante de la
firma exportadora china, Marlene Tarafa Ribas, y por la Empresa Cubana
Importadora de Productos Químicos, el especialista comercial del Grupo de
Fertilizantes, Jorge Pérez.
“Es un resultado que trasciende nuestro puerto —enfatizó
Sierra Osorio—, porque en medio de la tensión reinante por la descarga en
varios buques de arroz, soya, chícharo, sal y otros productos igualmente
inaplazables, solo el sentido de pertenencia y la responsabilidad asumida por
cada una de las partes, podía conducir la urea por el camino de la eficiencia”.
Tomado de la Granma de cuba
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