Cómo será el nuevo
escenario de la agricultura argentina
Cambios en retenciones, ROE y dólar. En una nota escrita
para Clarín Rural, el CEO de Los Grobo se formula y responde cinco preguntas
para entender lo que se viene.
El presidente
Mauricio Macri, cuando anunció en diciembre, en Pergamino, el fin de las
retenciones al trigo, el maíz, el girasol, la carne y las economías regiones,
además de una baja de 35% a 30% para las de la soja.
Por Horacio Busanello (*) Especial para Clarín Rural
1- Algunos
afirman que el agro es el sector más beneficiado por las medidas del gobierno.
¿Bajó realmente el aporte al fisco de los productores, luego de la reducción de
las retenciones? La eliminación de las retenciones al trigo, maíz, girasol y
otros cultivos, así como la reducción en 5 puntos porcentuales en el caso de la
soja, no ha reducido prácticamente el ingreso de retenciones al tesoro nacional
para la cosecha 2015/16, considerando la actual cotización del dólar cercana a
los 14 pesos. Una cosecha de soja cercana a 60 millones de toneladas y la
exportación de sus granos y derivados compensa, con el actual tipo de cambio,
la eliminación/baja del resto de las retenciones. El dólar futuro para
abril/junio se ubica más cerca de los 15 pesos. Y cada peso que se modifique el
tipo de cambio versus el dólar significa unos 20.000 millones de pesos de
ingresos adicionales que, a grandes trazos, se traducirán en 10.000 millones de
recaudación fiscal por retenciones e impuesto a las ganancias. Se trata de una
presión fiscal enorme, del 50%, que a medida que se regularicen las cuentas
públicas se espera que se reduzca gradualmente a lo largo de los próximos años.
2- 2-
¿Qué impacto tienen las medidas tomadas por el gobierno con relación al agro? La
recuperación en la transparencia y fluidez del mercado a través de la
eliminación de los ROE, así como el cambio en el régimen de retenciones y el
sinceramiento del tipo de cambio, han puesto en marcha nuevamente a uno de los
sectores más dinámicos de la economía argentina.Es importante destacar que la
eliminación de los ROE implicará volver a los antiguos flujos de caja que se
generaban en el primer trimestre de cada año con el trigo y en el segundo trimestre
con el maíz. Esto implicará una caja disponible para el productor, que antes
estaba a la espera de las decisiones del funcionario de turno del gobierno.
La producción agropecuaria local se ha estancado en los
últimos años, al tiempo que los precios externos han bajado por la abundante
oferta internacional. La buena noticia es que la demanda sigue fuerte y
sostenida impulsada por China, y esto es una gran diferencia con respecto a los
otros commodities.
3- ¿Qué significa la vuelta de Argentina en forma plena al
mercado internacional? ¿Pueden bajar más los precios de los granos? La vuelta
de Argentina al mercado mundial de trigo y maíz es una señal negativa para los
precios internacionales, pero también marca la necesidad de recorrer nuevas
avenidas de crecimiento en el camino del valor agregado. En este contexto, el
primer escalón de crecimiento rentable es invertir para aumentar la eficiencia
productiva y producir más kilos por hectárea. Durante los últimos años, el
productor local ha realizado planteos defensivos para minimizar la inversión
por hectárea, aún a costa de bajos rendimientos. Esta situación cambiará
rápidamente y veremos un mayor uso de tecnología en semillas, inoculantes,
defensivos agrícolas, fertilizantes, sembradoras, camionetas, maquinaria e
implementos agrícolas, tractores, camiones, etc.A lo largo del 2016 veremos
cómo el sector agroindustrial comienza a transformarse en uno de los motores
del crecimiento del país. La caída de precios se puede compensar con un aumento
de la producción de 20 millones de toneladas para la campaña 16/17, cuyo logro
está al alcance de la mano. El segundo escalón es avanzar en la cadena de valor
y transformar el grano en carnes, lácteos, harinas, aceites y otros productos
con mayor valor agregado. No podemos pensar en transformar toda la producción
de granos, pero sería suicida seguir regalando los mercados donde tenemos
oportunidad de expresar nuestras ventajas competitivas. Finalmente, el último
tramo de la avenida de crecimiento es pensar en el escalón más preciado del
valor agregado, que es la construcción y difusión de marcas con identidad y
reconocimiento internacional. Recorrer estas avenidas de crecimiento requiere
de un cambio en la mentalidad agroindustrial local, que otros países han
transitado desde hace mucho tiempo. Ahora, se levantaron las barreras para que
Argentina pueda hacerlo también.
4- ¿Qué hace falta para que la Argentina recorra otra vez el
camino del crecimiento y entre en los mercados donde hoy no está presente? Debemos
recordar que Argentina sufre la competencia desleal de quienes subsidian la
producción agropecuaria, tanto en Estados Unidos como en Europa, sin olvidar
que Brasil no solo ha devaluado su moneda más que nuestro país sino que
subsidia y promueve el crédito agrícola. En pocas palabras, el sector agroindustrial argentino no
solo ha sido reprimido durante los últimos 10 años con reglas que atentaron
contra su crecimiento y desarrollo, sino que pudo soportar la competencia
desleal de otros países. El solo hecho de haber liberado al sector del
mencionado yugo lo potenciará y dinamizará. Sin embargo, es clave el desarrollo
de un mercado de capitales y de crédito para financiar el crecimiento a tasas
razonables. A largo plazo, es importante el planteo de negociaciones
supranacionales para que otros países vayan desarmando sus políticas de
subsidios. Esto no obsta para que comencemos a pensar seriamente en conquistar
mercados en los que nuestra presencia es mínima o nula.
5- ¿Cuál es el aumento que se puede esperar en el área
agrícola para el próximo año?
Según el último informe PAS (Panorama Agrícola Semanal) de
la Bolsa de Cereales, el área para la campaña 2015/16 para los grandes cultivos
se puede resumir en 20.100.000 hectáreas de soja, 2.850.000 millones de
hectáreas de maíz, 1.450.000 de girasol y 3.700.000 de trigo. Pero las áreas de
los principales cultivos sufrirán cambios acordes con los estímulos
introducidos por el nuevo gobierno. El trigo aumentará aproximadamente un 50%,
a 5,5 millones de hectáreas; el maíz cerca de un 30%, a 3,7 millones de
hectáreas; el girasol entre un 20% y un 30% (entre 1,7 y 1,9 millones de
hectáreas) y la soja se reducirá aproximadamente en un millón de hectáreas.Hay
que aclarar que todavía existen dudas sobre sobre la viabilidad económica de la
soja y el maíz en el norte, en zonas alejadas del puerto, debido a la
incertidumbre sobre el costo futuro de los fletes, aún a pesar de todas las
mejoras recibidas.Cada productor deberá hacer sus números y decidir qué hacer,
pero es indudable que el cambio generado ha sido muy positivo. * Nota de la
Redacción: el autor es CEO del Grupo Los Grobo.
Tomado de clarín de ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario