Más protección para
las aves salvajes en Villa Gesell
Para proteger a la monjita dominica y a los gavilanes de la
zona, la Reserva Natural Municipal Faro Querandí será declarada Área Importante
para la Conservación de las AvesEl faro Querandí, un clásico de Villa
Gesell.Foto:Archivo
El riesgo de extinción de la monjita dominica y de los
gavilanes podrá resolverse en meses cuando la Reserva Natural Municipal Faro
Querandí sea declarada Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA),
lo que mejorará la protección de esos animales en la costa del municipio
bonarense de Villa Gesell, polo clave de observación de aves del país, informó
hoy la organización Aves Argentinas. La zona cuenta con dos áreas AICA vecinas
-la estancia Medeland y la zona de Mar Chiquita- por lo que las áreas de
protección se unificarán de hecho y la región, ideal para ver en su hábitat
natural a las aves, mejoraría en todo sentido tanto para los pájaros como para
los vecinos y el turismo que disfruta de esa actividad no invasiva. Los
requisitos para que la Reserva del Faro Querandí área sea considerada AICA ya
casi están cumplidos puesto que la bellísima monjita dominica, ave blanca y
negra, y los gavilanes planeador, mixto y ceniciento, se encuentran allí mejor
que en los campos con soja donde se arroja glifosato para evitar yuyos. Como
los gavilanes anidan en tierra, el veneno contra las plantas los afecta de
manera directa, por lo que no sorprende el aumento de su número en la reserva
de pastizales y dunas, junto al mar, donde deslumbran con su planeo perfecto
sobre las olas o la arena. El Faro y las 5775 hectáreas que lo rodean y que
constituyen la reserva de dunas más grande de América del Sur, fueron
declarados Reserva Municipal en 1996 para conservar la flora y fauna del lugar.
Inaugurado en 1922 sobre la playa, a unos 5 km de Mar Azul y a 35 km de Villa
Gesell, el Faro fue la primera construcción que hubo en esos terrenos y debe su
nombre a las incursiones que hacían los indios querandíes hace varios siglos.
Subiendo sus 276 escalones puede apreciarse la reserva en su total magnitud. Allí
no está permitido cazar pero sí pescar respetando la legislación vigente y a
ésta se la puede practicar tanto desde la orilla como embarcado, en busca de
corvina, pejerrey, gatuzo, brótola, cazón y pescadilla. Para hacer el avistaje
de aves conviene sumarse a algunas de las excursiones en 4x4 que salen del
centro de la ciudad, ya que otro tipo de automóvil podría quedarse atascado en
la arena. Francisco González Taboas, de Aves Argentinas, explicó a Télam, que
"una vez reunida la información sobre las especies en riesgo y el resto de
la comunidad, más el análisis de la importancia de la región para una especie y
el resto de la población, se eleva un informe a BirdLife International". Si
la organización internacional proteccionista coincide con la mirada de los
argentinos, el tema se resuelve en meses y de esa manera Argentina pasaría a
tener 277 áreas AICA en su territorio, más del 12 % del total. El especialista
detalló que "esa zona es muy importante por varias especies, además de la
lagartija de las dunas, por la monjita dominica, una especie de pastizal
amenazada, al igual que el playerito canela, un ave migratoria que llega a
nuestro país desde Alaska y Canadá". "Son aves de pastizales, que es
precisamente, uno de los ambientes más amenazados de nuestro país, a causa de
la expansión de la frontera agrícola", dijo el experto. "Extender el
AICA hacia el mar daría más visibilidad a la Reserva para poder realizar
mayores acciones de conservación. En la playa también se encuentran aves
playeras amenazadas, como la gaviota cangrejera, el playero rojizo o el
gaviotín golondrina, estos últimos también migradores de larga distancia",
contó. "Además, la Reserva Natural Querandí, la zona de los pastizales
costeros y las dunas de la provincia de Buenos Aires albergan mucha otra fauna,
que aunque no esté amenazada, es importante desde el punto de vista turístico y
educativo, como los gavilanes planeadores y cenicientos y el pecho
colorado", explicó. Los gavilanes encuentran su mejor hábitat en la parte
de pastizales, para anidar en tierra y cazar, ya que pese a su carácter
depredador no son pescadores, y pocas veces atacan en la playa. En la Reserva
Querandí también se encuentran las lagartijas de la dunas y de Wiegmann, el
zorro gris, el peludo, la ranita del zarzal; entre las aves, el ostrero común,
el verdón, el tucu tucu y el playerito rabadillla blanca; y entre las plantas,
el plumerillo, la orquídea de los bajos, la margarita de las dunas y la adesmia
incana. El avistaje de aves es una actividad que no requiere ser ornitólogo
para desarrollarla ya que muchos aficionados la practican y se organizan en
clubes que realizan viajes y excursiones con un libro sobre las especies del
país, llamado guía de aves, un largavista y una cámara de fotos o de video. Las
276 zonas AICA del país son ideales para la observación y en lugares como la
Reserva Ecológica o los Bosques de Ezeiza, se ven halcones como el taguató,
aguiluchos y gavilanes. Esos lugares son visitados semana a semana por
avistadores cuyo número supera los 30.000 en el país. TOMADO DE LA NACION DE AR
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