domingo, 3 de enero de 2016

EL CERRADO , UN BIOMA DESCUIDADO EN BRASIL

El "Cerrado" brasilero, un bioma desconocido y descuidado
Cambio climático.Entre el Amazonas y la Mata Atlántica, hay otro ecosistema del que no se habla,
pero que es clave para Brasil.
Foto el armadillo, una de las especies emblemáticas del Cerrado o Caatinga
Entre la Amazonia y el Bosque Atlántico, donde se concentra más del 70% de la población brasileña, se encuentra un bioma importante y descuidado a partes iguales. De los dos millones de kilómetros cuadrados que ocupa el Cerrado, un área superior a la de gran parte de Europa Occidental, sólo se tienen estimaciones desfasadas y recuentos inexactos sobre la tasa de deforestación y el número de especies que se encuentran exclusivamente en esta zona. Sin embargo, en los próximos meses podrían suplirse estas carencias. La semana pasada se dio el primer paso, cuando el Banco de Desarrollo Interamericano (BDI) y el Servicio Forestal Brasileño (SFB) anunciaron una inversión de 16,5 millones de dólares para crear un inventario y un sistema informático sobre la diversidad ecológica y el uso del terreno en la región.
Además de registrar y catalogar las especies, se espera que contribuya a que el Gobierno federal cumpla una antigua promesa: implantar un sistema para supervisar la deforestación sobre el bioma en tiempo real, mediante la tecnología que ya se encuentra disponible en la Amazonia. El último examen oficial de la destrucción del Cerrado se llevó a cabo entre 2009 y 2010 y reveló que 6.200 kilómetros cuadrados de vegetación se habían sustituido por tierra arrasada, pastizales y agroindustrias.
“Durante mucho tiempo, los brasileños han considerado el Cerrado como un ecosistema inferior, porque carecía de la exuberancia de los bosques”, lamenta Rodrigo Medeiros, vicepresidente de Conservación Internacional en Brasil. “Hasta ahora, solo el 8% del bioma se ha incluido en zonas de conservación. El Gobierno se ha comprometido a aumentar el porcentaje al 17%”.
Thiago Mendes, especialista brasileño en cambio climático del BDI señala cómo la apariencia poco llamativa del bioma lo ha relegado a un segundo plano.
“El Cerrado nunca se ha tenido tan en cuenta como la Amazonia. Su protección no es tan popular y creo que eso ha afectado a su gestión”, explica. “Pero estamos sufriendo una crisis hídrica y necesitamos mantener nuestras centrales hidroeléctricas. Sin ellas estará en peligro el desarrollo económico del país. Por este motivo, la protección del Cerrado es una reivindicación medioambiental pero también es una medida necesaria para garantizar nuestra productividad”.
Mendes advierte sobre la interpretación errónea de la función ecológica del Cerrado. Durante más de 70 años, el bioma se ha considerado un gran espacio subdesarrollado lleno de maleza que podría eliminarse sin causar daños a las distintas actividades económicas.
“Brasil dispone de más de 50 millones de hectáreas de pastizales degradados, el 70% de ellos en el Cerrado”, comenta Mendes. “Existen mecanismos para mejorar nuestra productividad y crear nuevas empresas sin que aumente la deforestación”.
“La agricultura es importante, no sólo desde un punto de vista económico, sino también en lo que respecta a la seguridad alimentaria. ¿Queremos convertirnos en el principal productor de soja del mundo a costa de destrozar nuestros ecosistemas?”, plantea Medeiros.
Los nuevos datos sobre las especies en peligro de extinción y los distintos usos del terreno estarán respaldados por las estimaciones sobre las reservas forestales de carbono. De este modo, podrá conocerse la función del Cerrado en las emisiones de carbono de Brasil.
Bernardo Baeta Neves Strassburg, director ejecutivo del Instituto Internacional de Sostenibilidad, coordinó una serie de estudios para demostrar que la erradicación de la deforestación en biomas forestales como la Amazonia no basta para contener las emisiones de gases de efecto invernadero. En su opinión, es necesario ampliar esta acción a regiones menos frondosas, como el Cerrado.
“Hasta el 55% de las emisiones de carbono que ahorramos al evitar la deforestación se compensan con el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero en otros biomas, como en el Cerrado”, revela Strassburg, que también es profesor en el Departamento de Geografía y Medio Ambiente en PUC-Rio. “Por desgracia, no disponemos de financiación para realizar investigaciones científicas en la región”.
Strassburg cree que la búsqueda de plantas medicinales podría generar un mercado prometedor en el Cerrado en los próximos años.
”La nueva ley sobre el acceso a la herencia genética podría ayudar a descubrir nuevos compuestos para la producción de fármacos”, afirma. “Sin embargo, por ahora tenemos que tratar con un bioma totalmente expuesto a la actividad clandestina. La destrucción de dos tercios del Cerrado podría quedar totalmente impune”.
El BDI también especula sobre cómo el nuevo servicio ofrecerá datos socioeconómicos sobre el uso local de productos y servicios del bosque por parte de las poblaciones rurales, así como sobre su percepción sobre la importancia de esos recursos en el Cerrado.
“Tenemos una inmensa deuda social con los sertanejos, una población que no ha gozado de unas condiciones favorables para el desarrollo”, afirma Medeiros. “El cultivo no debe excluir socialmente. Debe tener en cuenta a los pequeños y medianos agricultores, así como a las grandes empresas agroindustriales”.
Este articulo forma parte de Climate Publishers Network; el original fue publicado en Globo:


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