El 80 por ciento de la cosecha de miel de abeja que se
produce a nivel nacional se perdió. El factor determinante fue la falta de lluvias,
que eliminó la producción de flores en el campo, primordial para la captación
de néctar.
Marcial Mejía Tercero, uno de los principales productores de
miel del departamento de Chinandega, asegura que la drástica disminución de la
producción se deja sentir en los resultados de lo que anualmente se exporta
hacia el mercado alemán.
“Si en años anteriores exportamos 100 barriles, el año
pasado solo logramos enviar 20”, dijo Mejía, quien explica que las cooperativas
y los individuales, a nivel nacional, se organizan anualmente para enviar la
cosecha al exterior, pero que el año pasado por el mal invierno, se redujo al 20 por ciento de
lo que se saca para afuera.
Las pérdidas se generalizaron en todos los países del área
centroamericana, según concluyeron los representantes del XIII Congreso
Centroamericano y del Caribe de los Productores Apícolas, que se reunieron en
Nicaragua, y donde coincidieron en que el cambio climático perjudicó,
especialmente a ese sector productivo del país.
“La recomendación más oportuna es que los gobiernos
centroamericanos promocionen el tema de la reforestación del bosque. Nosotros
somos los más interesados en que la medida se aplique porque con árboles hay
flores, con flores hay néctar y como consecuencia hay miel de abeja”, indicó.
Para los apicultores de occidente, es importante detener los
despales. La campaña de reforestación les beneficia, así como el cambio de
comportamiento de las labores agrícolas.
“Si el campesino, el pequeño productor cambiara sus cultivos
tradicionales por el de ajonjolí, por ejemplo, sería muy positivo para nuestro
sector. Es un cultivo que genera ganancias y la tierra descansa”, ejemplificó
Mejía.
En Chinandega existen pequeñas cooperativas en el sector
rural de El Viejo. La producción no es abundante, pero se extrae miel orgánica,
que es muy apetecida en el mercado europeo.
“Escuché que hay interés de sembrar en Chinandega el
girasol, es un cultivo amigable con el medioambiente y los apicultores de la
localidad podríamos colaborar y hacer alianzas, porque mientras ellos necesitan
la abeja para polinizar, nosotros aprovechamos para vender ese servicio”,
explicó el apicultor.
De esa experiencia de polinización, ya hay buenos resultados
en cultivos como la sandía o el melón, que usaron este método para cosechar las
frutas y enviarlas al mercado americano.
Aunque no existe censo sobre la cantidad de colmenas que
existen en el departamento, los productores aseguran que por los temblores
recientes se dañaron unas 500 cajas en Chinandega, que es otro factor que se
suma a las dificultades de la apicultura local.
Tomado de nuevo diario de Nicaragua
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