Cómo Finlandia dejó
de ser el país del mundo donde más gente moría porque le fallaba el corazón
El gobierno le asignó a un médico de 27 años con un máster
en Ciencias Sociales la tarea de resolver
la situación
A principios de los 70, una de las regiones de Finlandia le
pidió ayuda urgente al gobierno pues las muertes de los hombres locales por
problemas del corazón se habían convertido en algo cotidiano.
A principios de los 70, una de las regiones de Finlandia le
pidió ayuda urgente al gobierno pues las muertes de los hombres locales por
problemas del corazón se habían convertido en algo cotidiano.. Foto: Archivo
"Cuando le preguntaban a la gente si sufría de
enfermedad coronaria, respondían 'aún no'".Así ilustró la dimensión del
problema que Finlandia enfrentó en los años 70 Vesa Korpelainen, gerente
ejecutivo del Centro para la salud pública de Carelia del Norte, una región en
la frontera con Rusia.
Por aquellos años, los ingredientes favoritos de los
norcarelios -así como de todos los finlandeses- eran la mantequilla, la leche
entera, salchichas y sal.
Además, uno de sus hobbies era fumar.
Eso contribuyó a que Finlandia tuviera la tasa más alta de
incidencia de muertes por enfermedades cardíacas del mundo. Y en Carelia del
Norte era 40% más alta que en el resto del país.
Fue entonces que el gobierno le asignó a un médico de 27
años con un máster en Ciencias Sociales la tarea de resolver la situación.
Se llamaba Pekka Puska y lo nombraron Director General del
Instituto Nacional de Salud Pública de Finlandia.
En menos de dos generaciones, la reducción en la mortalidad
fue dramática y el estilo de vida de los finlandeses se tornó en un modelo para
el mundo.
El precio de la
celebración
El reto era inmenso.
En Carelia del Norte, donde vivían 180.000 personas,
llegaron a haber mil ataques al corazón al año, la mitad de las víctimas eran
hombres menores de 65 años y 40% eran fatales.
Eso a pesar de que la mayoría de los hombres eran madereros
o granjeros, trabajos físicamente activos.
¿Qué había ocurrido?
En parte, la II Guerra Mundial.
Muchos la pasaron al borde de la inanición.
Así que cuando llegó a su fin, en 1945, celebraron dándose
gusto con leche cremosa, mantequilla abundante, carnes suculentas y esos
cigarrillos que no habían podido comprar por tanto tiempo.
Las frutas y los vegetales casi dejaron de ser parte del
menú.
¿Cómo se logra un
cambio a gran escala?
En 1972, cuando Stevie Wonder sonaba por todas partes y
Francis Ford Coppola hacía historia en la pantalla grande con "El
Padrino", en Finlandia "había mucho sufrimiento", recuerda
Puska, en conversación con la BBC.
"El equipo que trabajaba conmigo había participado en
las protestas que hubo en las universidades europeas y estábamos dispuestos a
cambiar el sistema; en este caso, cambiar la salud pública, así que nos pusimos
a trabajar".
Empezaron en donde la situación era peor: ese lugar tan
remoto y bello que su paisaje inspiró al compositor finlandés Jean Sibelius a
escribir la Suite Karelia... y uno de los lugares más malsanos del planeta.
"Era un área relativamente pobre, en la que la gente
tenía vacas que le daban leche y productos lácteos. Pensaban que el trabajo que
hacían era muy duro, así que debían consumir mucha grasa", explica Puska.
De por sí, eso no es un problema. Lo que pasaba era que
habían dejado de comer otras cosas.
"Los hombres en esa época solían decir que los
vegetales eran para los conejos, no para verdaderos machos: no se podía
trabajar duro comiendo vegetales".
Lo revolucionario fue que ese equipo de jóvenes radicales
entendieron que para enfrentar el problema no podían centrarse en una sola
cosa. Tenían que transformar todo el sistema.
Así que la provincia
se puso a dieta
Convencieron a políticos y profesores, trabajaron con grupos
comunitarios y medios de comunicación y entraron en los hogares con un mensaje
de cambio uniendo fuerzas con un grupo cuya influencia era enorme.
"Había una organización nacional de esposas (la
Organización Marta) muy sólida y trabajamos muy de cerca con ellas. El mensaje
tenía que ser positivo: nada de 'no debes comer grasa o sal' sino 'disfruta de
la comida buena para la salud de tu corazón'".
"La salud debe ser positiva", declara Puska.
Las estrategias eran
diversas, para atacar por todos los flancos.
Con "las Martas" cambiaron las recetas de platos
tradicionales para volverlos más sanos.
Ni siquiera el a veces llamado "plato nacional de
Finlandia", el estofado careliano -que se hacía friendo en mantequilla
pedazos de carne y con mucha sal- se salvó. Si buscas la receta hoy,
probablemente dirá que uses aceite de oliva o ningún tipo de grasa, más
verduras y poca sal.
La reafirmación
positiva también era importante.
Cuando los restaurantes reducían el uso de sal, ponían la
que no habían usado en frascos a la vista de los comensales.
Había competencias de reducción de colesterol entre pueblos,
en las que "la gente entraba en las casas de otros para revisar las
neveras y comprobar que tenían vegetales en ellas", señala Puska.
En una especie de reality show, el equipo de doctores le
hacían seguimiento a personas en riesgo que estaban dejando de fumar o
cambiando sus hábitos alimenticios. Las cifras de audiencia eran considerables.
En 1977, el proyecto piloto de Carelia del Norte se extendió
a toda la nación.
Para cambiar la alimentación, tienes que cambiar la comida
A escala más grande, con el respaldo del gobierno, pudieron
replantear las prácticas agrarias de la nación.
"El gran problema eran las frutas, pues en ese clima helado
hay pocas posibilidades de cultivar frutas. Pero nos dimos cuenta de que sí se
podía tener muchas y deliciosas bayas, que son buenas para la salud".
"Con la ayuda de los ministerios de Agricultura y de
Comercio lanzamos el Proyecto Bayas, para impulsar a los granjeros lácteos a
cultivar frutas".
Hubo cooperación,
pero también oposición.
En lo que ahora se conoce como "las guerras de la
grasa", fueron retados por uno de los más poderosos de los protagonistas
en la economía finlandesa.
"La industria láctea se resistió con vehemencia pues
consideraban que la iniciativa iba en contra de sus intereses. Pero
eventualmente, más y más compañías empezaron a abordarnos trayendo productos
que se ajustaban al programa", recuerda Puska.
¿El resultado de este
pionero experimento?
Para ser precisos, citemos a la Organización Mundial de la
Salud:
"Los niveles de los factores de riesgo de la población
se han reducido en gran medida, en consecuencia, la tasa de mortalidad por
enfermedad coronaria ajustada por edad entre 30-64 años de edad de la población
masculina se ha reducido de 1970 a 1995 por un 73% en Carelia del Norte y el
65% en toda Finlandia".
"También se demostraron cambios muy favorables con
respecto al cáncer y todas las causas de mortalidad y la salud general de la
población".
Hoy en día, es 80% más bajo. Y llevan años con un aumento en
la tasa de obesidad de 0%.
No sorprende que el mundo se interesó. Políticos y
funcionarios viajaron de otros países para enterarse de cómo lo habían logrado.
Pero, ¿qué aconsejaría el director de tan exitoso programa a
los que no han logrado controlar el problema?
"En términos de dieta, en muchos lugares la discusión
es muy confusa. Hay muchos intereses creados. Lo que la gente necesita es
acciones firmes basadas en evidencia sólida", responde Pekka Puska. TOMADO
DE LA NACION DE AR
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