La pastura sigue siendo el recurso forrajero más económico,
siempre y cuando se realice una buena implantación, se logre una alta
producción y se utilice de manera eficiente.
Información suministrada por
Ing. Agr. Martín Gange INTA Concepción del Uruguay
Tomada la decisión de hacer una pastura, que representa una
inversión importante, se debe asegurar que dure varios años, pues su costo es
elevado y, sobre todo, un desembolso importante de dinero al momento de la
implantación. Es decir, se debe hacer y mantener bien.
Hacer bien una pastura significa que hay que elegir un buen
lote, donde se hayan controlado las malezas más problemáticas. Para ello la
rotación con agricultura brinda beneficios, siempre y cuando se realicen
cultivos de invierno y verano, tanto con cereales (trigo, maíz y sorgo), como
con oleaginosas (soja, girasol). También se puede rotar con verdeos de invierno
(raigrás y avena) y verano (sorgo forrajero y moha). Una secuencia de cultivos
diversificada permite rotar los herbicidas y tener el lote limpio.
Es imprescindible realizar el laboreo o el barbecho químico
con tiempo para acumular humedad y poder sembrar en fecha adecuada. En años
normales la fecha de siembra para nuestra zona es abril, aunque se puede
extender un poco.
Es fundamental realizar el análisis de suelo, para una
correcta fertilización, asegurar un buen inicio y una buena producción. El
fertilizante químico es uno de los insumos más costosos dentro de la pastura y
debe ser aplicado de acuerdo a las necesidades de las especies. La utilización
de la cama de pollo para abonar las pasturas disminuye notoriamente los costos,
con muy buen resultado para quién dispone de este recurso. Esta práctica tiene
la ventaja de una liberación lenta de fósforo, uno de los nutrientes que generalmente
es deficitario en nuestros suelos arcillosos.
Finalmente hay que utilizar una mezcla forrajera con
especies acordes a las necesidades y posibilidades de manejo. Utilizar varias
especies tiene como ventaja que al menos una de ellas produce forraje, aunque
el año se presente adverso. Por otro lado las pasturas con una o dos especies
(generalmente base alfalfa), permiten adecuar mejor el manejo al crecimiento y
desarrollo de la especie de base.
Para ajustar la densidad de siembra es necesario realizar un
análisis de poder germinativo de la semilla. Es necesario inocular la semilla
de las leguminosas, esto le permite a las plantas captar nitrógeno. Es una
tecnología de bajo costo y alto impacto en la producción.
Lograr una buena implantación y hacer un adecuado manejo de
la pastura se traduce en un mejor aprovechamiento del forraje y una mayor
duración de la pastura.
Fuente: Lic. Marta Iselli – TOMADO DE ENVIO DE PREGON
AGROPECUARIO DE AR
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