Las vacas Holando Argentina que producen el 95% de la leche
de nuestro país, imperan en las grandes cuencas lecheras argentinas que se
encuentran en las provincias de Santa Fe, Córdoba,
Buenos Aires, Entre Ríos y
La Pampa.
Por: Juan Carlos Giménez Ramírez
La Holando Argentino deriva de la raza Holstein, la que fue
introducida en nuestro país desde Holanda en 1880 por iniciativa del presidente
Julio Argentino Roca; dicho ganado fue ubicado en distintas zonas de las
provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, con la intención de explotarse
tanto para la producción de leche como de carne.
Como consecuencia de los avances alcanzados, diez años
después, un buen número de reproductores de la raza son presentados en la
Exposición Nacional de la Sociedad Rural Argentina, enviados por el mismísimo
gobierno holandés.
La aceptación que los Holstein fueron ganando y, la
inquietud de los productores argentinos por el mejoramiento de sus planteles
determinaron consecutivas importaciones; así es como ya no sólo llegaron
ejemplares de Holanda, sino que también se introdujeron reproductores de
Alemania y Estados Unidos. Con dichas corrientes de sangre se realizaron
múltiples cruzamientos y selecciones, arrojando como resultado la creación de
la nueva raza Holando Argentino en 1925, esencialmente
destinada a la
producción lechera.
Por las condiciones climáticas naturales y las
características de suelos, el territorio argentino es propicio para la
ganadería en general y la producción lechera en particular. Si a ello se le
suma el constante mejoramiento genético incorporado a la raza, la consecuencia
es que en ambientes tan adecuados, el ganado Holando Argentino muestre
ejemplares bien definidos, con una excelente conversión del alimento, y por
ende el tambero obtenga los mejores resultados posibles.
Las vacas Holando Argentina que producen el 95% de la leche
de nuestro país, imperan en las grandes cuencas lecheras argentinas que se
encuentran en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos y
La Pampa. Allí por ser las zonas más productivas, en virtud de fertilidad,
clima y aptitud forrajera, logran expresar todo su potencial; no obstante, se
notan progresos destacables en distritos como Salta, Tucumán, Formosa,
Catamarca y Mendoza.
En Uruguay también es la raza lechera predominante,
concentrándose principalmente en los departamentos de Florida, San José y
Colonia.
Cabe destacar que desde 1944, los criadores se agrupan en la
Asociación Criadores de Holando Argentino “ACHA”, entidad cuyos propósitos son
el fomento de la raza, proporcionando la apoyatura técnica correspondiente a
tal efecto.
En cuanto a su alimentación, cabe decir que entre el 60 y el
70% de sus dietas está compuesta por forrajes, ya sea en consumo directo de las
pasturas consociadas con base alfalfa y verdeos invernales, o conservados en
forma de henos o silajes; el resto se completa con granos, especialmente maíz,
y
subproductos balanceados.
El ganado Holando Argentino es comparativamente grande, los
toros rondan a la cruz 160 centímetros, en tanto las vacas promedian los 145
cm, los toros oscilan entre 900 y 1.100 kilos, en tanto las vacas en plenitud
van de los 600 a 700 kilos. Los terneros nacen alrededor de 38 a 42 kilos. Las
vaquillonas son entoradas entre los 13 y 15 meses. Se considera que la primera
parición habitualmente se da entre los 24 y 26 meses de edad. La gestación es
aproximadamente de nueve meses. Estimándose la vida productiva de las hembras
de 5 a 6 años.
El cuerpo presenta un esqueleto fuerte, huesos chatos,
aspecto anguloso, capas musculares poco
desarrolladas
La cabeza más bien grande, bien proporcionada, ojos grandes
y brillosos, orejas levantadas. Hocico fuerte, con ollares grandes y abiertos;
frente ancha; cuernos medianos
Poseen piel fina, el pelaje overo negro bien definido, con
manchas negras repartidas en el cuerpo y extremidades blancas. Indistintamente
pueden ser con predominio del negro y otros muy blancos. Ocasionalmente los hay
con manchas negras en las extremidades.
Las vacas cuentan con ubres de gran capacidad y buena forma,
son de textura suave libre de grasa, bien implantadas y nivelada. Proporcionada
en sus medidas. Los pezones son uniformes, ubicados perpendiculares.
Las patas son fuertes y bien separadas, de huesos planos,
fuertes y anchos, con tendones bien definidos. Las pezuñas son cortas y
redondeadas, con talón profundo y dedos levemente separados.
Corresponde señalar que la Holando Argentina es la raza
lechera por excelencia, que si bien presenta un bajo tenor de grasa butirosa,
es la que ostenta una mayor producción de leche que a la postre le confiere más
productividad.
(Especialmente
redactado para Pregón Agropecuario) tomado de envio de pregon agropecuario de
ar
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