Riachuelo:
científicos argentinos crearon un sistema para sanearlo
Lograron depurar el agua de uno de los afluentes más
contaminados; disminuyó la materia orgánica e inorgánica y aparecieron peces;
el Estado respondió que apostará a controlar las industrias
La desembocadura del contaminado Riachuelo, con la
característica Vuelta de Rocha, en La Boca. Foto: Gentileza FARN
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Un grupo de científicos argentinos creó un sistema para
sanear las aguas del Riachuelo. Con una combinación específica de enzimas y
bacterias, lograron limpiar parte de uno de los afluentes más contaminados, el
arroyo del Rey, en Lomas de Zamora. Fue una prueba piloto convocada y aprobada
por la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), el ente estatal
tripartito que debe sanear el curso de agua, pero su avance está trabado dentro
del organismo.
Liderados por el investigador y auditor ambiental Sergio
Raúl Ferrari, los profesionales que trabajaron en el hallazgo habían comenzado
la tarea mucho antes de la convocatoria de la Acumar. "Para todos los que
trabajamos con el agua, el Riachuelo es el máximo objetivo", confesó
Ferrari a LA NACION.
El equipo -también integrado por los ingenieros Alberto
Gauna, Andrés Aymonino, Ángel Alberto García y María Soledad Ali- se había
concentrado en crear una planta de biorremediación, hasta entonces instalada en
un laboratorio, para encontrar cómo revertir la contaminación de esas aguas.
Ferrari explicó: "Íbamos todos los lunes a sacar agua del Riachuelo. Es un
agua muy difícil porque hay más de 1000 industrias que vuelcan desechos
indiscriminadamente. Cuando hay un solo efluente, es tratable. Cuando mezclás
dos, se empieza a complicar. Cuando tenés 3000, es casi imposible". Pero
para ellos no lo fue: consiguieron armar un sistema que limpia el agua y la
separa de los vertidos contaminantes.
A mediados de 2011, cuando la Acumar estaba a cargo del
entonces secretario de Ambiente Juan José Mussi (hoy procesado por el uso de
fondos en el ente tripartito), hubo una convocatoria a diferentes propuestas,
para lograr la tan anunciada depuración del Riachuelo y que su agua consiguiera
ser "de uso 4", es decir, que permitiera la actividad recreativa pasiva
y el desarrollo de vida acuática. El equipo se presentó con su empresa MDT y
ganó la licitación para la prueba piloto de validación de tecnología.
El sistema constaba de seis etapas: la elevación del agua a
la planta mediante bombas sumergibles; el tratamiento biológico con un complejo
enzimático que acelera el proceso, filtros que ayudan a separar las partículas
del agua y la inoculación de bacterias que sacan los restos de suciedad; un
proceso de ozonización, y, por último, el control de las aguas tratadas (una
instancia química y otra biológica).
La planta en el arroyo del Rey era para tratar 10.000 litros
de agua por hora; se montó a mediados de 2012 y funcionó hasta fines de ese
año. El resultado fue mejor de lo esperado. Los estudios de la Acumar no sólo
mostraron mejoras notables en los índices de carbono orgánico, hidrocarburos y
coliformes, sino que además se habían generado bancos de peces. y los vecinos
-contentos de haber dejado de sentir olor a podrido- se ocuparon de cuidar los
espacios verdes que bordeaban el arroyo.
La investigación del grupo de ingenieros químicos, agrónomos
y sanitaristas -cuya lista se completa con Daniel Adamantino, Luis Eduardo
Pérez Farras, Jorgelina Gossio, Miguel Ángel Zuccaro y Luciano Silva Vizzi-
indica que el problema del Riachuelo se concentra en nueve arroyos que llevan
la contaminación industrial desde el interior de la cuenca hacia el cauce
central: Cildáñez, Morales, Chacón, Don Mario, Ortega, Santa Catalina, Del Rey,
Cañuelas y Cebey.
Por eso, proponen colocar una planta en la desembocadura de
cada arroyo, para que el agua llegue limpia. Los especialistas sostienen que la
tarea podría llevar dos o tres años en todos los arroyos a la vez, con un costo
de 300 millones de dólares, o sanear de a uno en un plazo mayor.
"No están pudiendo controlar a las industrias
-argumentó Ferrari-. Proponemos que, hasta que las industrias se reconviertan y
vuelquen como corresponde, paguen un canon para sostener la planta. Si no se
reconvierten, la planta va a seguir funcionando y el agua va a estar limpia.
Pero a la larga, a la industria le va a salir más barato reconvertirse que
pagar el canon por contaminar."
La licitación para la prueba piloto preveía que, si
resultaba exitosa, podía replicarse en el resto de las áreas de la cuenca. Eso
no ocurrió y, hasta hace unos meses, la gestión kirchnerista no había dado una
respuesta. Tras el cambio de gobierno, y con los papeles en la mano de las
mejoras que la propia Acumar había reconocido, los científicos volvieron a
intentar desplegar su descubrimiento, pero no lo lograron.
Daniel Guevara, director general ambiental de la Acumar,
aseguró a LA NACION que, por el momento, lo que sugieren "no es una
solución alternativa" porque "se trata de una inversión enorme,
cuando hay que concentrar esfuerzos en evitar la fuente de contaminación, que
son los vertidos industriales". Según el funcionario, "se está
aumentando la exigencia a las empresas", aunque todavía no pueden verse
los resultados porque "el mejoramiento es gradual".
TOMADO DE LA NACION DE AR
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