¿Quién se hace cargo de los envases?
El pedido fue realizado al Congreso y al Ejecutivo por veinticuatro organizaciones ambientalistas. Denuncian que desde hace veinte años se presentan proyectos que son cajoneados por el lobby empresario. Iniciativa de Filmus en el Senado
Por Pedro Lipcovich
Más de veinte entidades ambientalistas se unieron para presentar, ante las dos Cámaras del Congreso nacional y ante el Poder Ejecutivo, la petición de que, de una vez por todas, se dicte una ley para propiciar el uso de envases reciclables y establecer la “responsabilidad del generador”: esto implica que, por ejemplo, la empresa que embotella el agua mineral o la gaseosa debe hacerse cargo de reutilizar o reciclar el envase. Los ambientalistas advierten que desde hace 20 años vienen presentándose iniciativas de este orden y afirman que siempre resultaron cajoneadas por presiones del lobby empresarial. Entretanto, los costos son pagados por la comunidad, y casi el 20 por ciento del total de basura que se genera corresponde a estos envases. El senador Daniel Filmus presentó en 2011 un proyecto en esta línea, que debería ser tratado en los próximos meses. Incluye el requerimiento de que los productores formen asociaciones para gestionar los envases usados. Exige que supermercados y verdulerías utilicen envases reciclables o, en su defecto, que cobren las bolsitas para alentar a que el consumidor lleve su propia bolsa. Según Filmus, esta vez “se logró bastante consenso en las cámaras empresariales” para su proyecto, que sigue los lineamientos vigentes en la Unión Europea.
“En 1992 se presentaron los primeros proyectos de ley para regular envases. A partir de allí hay incontables proyectos, desde distintas bancadas: ninguno aprobado”, advierte el documento que solicita “la promulgación de una ley de envases” que contemple la responsabilidad del generador. Lo suscriben el Centro Oeste de Estudios Políticos y Socioambientales (Coepsa), la Asamblea Delta y Río de la Plata, el Foro Ribereño en Defensa del Río de la Plata, Fundación Ecosur, Amigos de la Tierra y otras que conforman un total de 24 entidades.
Teresa Malalán, de Fundación Ecosur, destacó que “el criterio central de todas las entidades firmantes es la noción de que la disposición de los envases es en definitiva responsabilidad del generador”. El documento puntualiza que según los datos ofrecidos por Ceamse, “los plásticos, que centralmente provienen de envases, componen el 19,15 por ciento de los residuos” (la proporción podría ser mayor, ya que Ceamse no la actualiza desde 2006). Adriana Córdoba, de Coepsa, advirtió que “el pedido de una ley de envases apunta a reducir ese volumen. Claro que esto supone establecer firmemente la recolección diferenciada en origen, desde los hogares”.
En cuanto a la responsabilidad del que ha generado el envase, “en diversos países se admite que el que genera el envase, es decir el fabricante del producto envasado, es responsable hasta el destino final del producto: él es quien debe montar la planta de reciclado o utilizar envases retornables –puntualizó Córdoba–. Es cierto también que la gente no suele prestar mucha atención a la cantidad de plásticos que consume, desde el complejo packaging que se ve en las góndolas de supermercados hasta el almacenero que usa una bolsa de plástico para entregar unas galletitas ya envueltas en celofán. Es necesaria una política de Estado para educación en consumo responsable”.
Pero, ¿por qué en veinte años no se ha podido aprobar una ley? Andrea Burucúa, de Ecosur, señaló que “en Diputados siempre envían inicialmente estos proyectos a la Comisión de Industria, que, a causa del lobby ejercido por las empresas, no emite dictamen y el proyecto queda trabado hasta perder estado parlamentario”. La ambientalista advirtió que “si bien deberían afrontar un costo inicial, está comprobado que el reciclado y uso de envases retornables reduce costos para todos los participantes en la cadena. Actualmente los costos son mayores y los paga toda la comunidad, además del desperdicio de recursos no renovables”.
En este orden, el senador Daniel Filmus presentó en octubre del año pasado un proyecto de ley que debería ser tratado en estos meses en la Cámara alta. Plantea “el principio de responsabilidad extendida del productor, particularmente respecto de la responsabilidad legal y financiera sobre la gestión de los residuos que se derivan de sus productos”. Esta responsabilidad abarca “todos los envases y sus residuos que, luego de su utilización o del consumo de los productos, sean susceptibles de ser gestionados como residuos domiciliarios”. Para ello, “los productores deben constituir asociaciones para la gestión de residuos de envases”.
“Pongamos por caso las botellas de agua mineral –explicó el senador–: las de todas las marcas, mediante una adecuada recolección, irán al mismo sitio, y los distintos embotelladores de agua mineral se asociarán para gestionar o tercerizar una planta de reciclado.” En cuanto a las bolsitas del supermercado o la verdulería, hay dos respuestas: “Hacerlas de material reciclable, como el papel, y prohibir que se entreguen gratuitamente, de modo que el cliente se vea alentado a llevar su propia bolsa”.
Filmus señaló que “el reciclado de envases es en general autosustentable, permite recuperar los costos; es especialmente así en la actualidad, cuando las commodities tienen precios elevados. Por eso estamos en un buen momento para empezar con este modo de gestionar los envases”.
El proyecto debe ser tratado en la Comisión de Medio Ambiente del Senado, luego de lo cual pasará a la Comisión de Presupuesto, de donde debería pasar al recinto. Según Filmus, “fue muy debatido con las cámaras empresariales y se logró bastante consenso. Está muy vinculado con modelos que la Comunidad Europea viene llevando adelante desde hace tiempo”.
El pedido fue realizado al Congreso y al Ejecutivo por veinticuatro organizaciones ambientalistas. Denuncian que desde hace veinte años se presentan proyectos que son cajoneados por el lobby empresario. Iniciativa de Filmus en el Senado
Por Pedro Lipcovich
Más de veinte entidades ambientalistas se unieron para presentar, ante las dos Cámaras del Congreso nacional y ante el Poder Ejecutivo, la petición de que, de una vez por todas, se dicte una ley para propiciar el uso de envases reciclables y establecer la “responsabilidad del generador”: esto implica que, por ejemplo, la empresa que embotella el agua mineral o la gaseosa debe hacerse cargo de reutilizar o reciclar el envase. Los ambientalistas advierten que desde hace 20 años vienen presentándose iniciativas de este orden y afirman que siempre resultaron cajoneadas por presiones del lobby empresarial. Entretanto, los costos son pagados por la comunidad, y casi el 20 por ciento del total de basura que se genera corresponde a estos envases. El senador Daniel Filmus presentó en 2011 un proyecto en esta línea, que debería ser tratado en los próximos meses. Incluye el requerimiento de que los productores formen asociaciones para gestionar los envases usados. Exige que supermercados y verdulerías utilicen envases reciclables o, en su defecto, que cobren las bolsitas para alentar a que el consumidor lleve su propia bolsa. Según Filmus, esta vez “se logró bastante consenso en las cámaras empresariales” para su proyecto, que sigue los lineamientos vigentes en la Unión Europea.
“En 1992 se presentaron los primeros proyectos de ley para regular envases. A partir de allí hay incontables proyectos, desde distintas bancadas: ninguno aprobado”, advierte el documento que solicita “la promulgación de una ley de envases” que contemple la responsabilidad del generador. Lo suscriben el Centro Oeste de Estudios Políticos y Socioambientales (Coepsa), la Asamblea Delta y Río de la Plata, el Foro Ribereño en Defensa del Río de la Plata, Fundación Ecosur, Amigos de la Tierra y otras que conforman un total de 24 entidades.
Teresa Malalán, de Fundación Ecosur, destacó que “el criterio central de todas las entidades firmantes es la noción de que la disposición de los envases es en definitiva responsabilidad del generador”. El documento puntualiza que según los datos ofrecidos por Ceamse, “los plásticos, que centralmente provienen de envases, componen el 19,15 por ciento de los residuos” (la proporción podría ser mayor, ya que Ceamse no la actualiza desde 2006). Adriana Córdoba, de Coepsa, advirtió que “el pedido de una ley de envases apunta a reducir ese volumen. Claro que esto supone establecer firmemente la recolección diferenciada en origen, desde los hogares”.
En cuanto a la responsabilidad del que ha generado el envase, “en diversos países se admite que el que genera el envase, es decir el fabricante del producto envasado, es responsable hasta el destino final del producto: él es quien debe montar la planta de reciclado o utilizar envases retornables –puntualizó Córdoba–. Es cierto también que la gente no suele prestar mucha atención a la cantidad de plásticos que consume, desde el complejo packaging que se ve en las góndolas de supermercados hasta el almacenero que usa una bolsa de plástico para entregar unas galletitas ya envueltas en celofán. Es necesaria una política de Estado para educación en consumo responsable”.
Pero, ¿por qué en veinte años no se ha podido aprobar una ley? Andrea Burucúa, de Ecosur, señaló que “en Diputados siempre envían inicialmente estos proyectos a la Comisión de Industria, que, a causa del lobby ejercido por las empresas, no emite dictamen y el proyecto queda trabado hasta perder estado parlamentario”. La ambientalista advirtió que “si bien deberían afrontar un costo inicial, está comprobado que el reciclado y uso de envases retornables reduce costos para todos los participantes en la cadena. Actualmente los costos son mayores y los paga toda la comunidad, además del desperdicio de recursos no renovables”.
En este orden, el senador Daniel Filmus presentó en octubre del año pasado un proyecto de ley que debería ser tratado en estos meses en la Cámara alta. Plantea “el principio de responsabilidad extendida del productor, particularmente respecto de la responsabilidad legal y financiera sobre la gestión de los residuos que se derivan de sus productos”. Esta responsabilidad abarca “todos los envases y sus residuos que, luego de su utilización o del consumo de los productos, sean susceptibles de ser gestionados como residuos domiciliarios”. Para ello, “los productores deben constituir asociaciones para la gestión de residuos de envases”.
“Pongamos por caso las botellas de agua mineral –explicó el senador–: las de todas las marcas, mediante una adecuada recolección, irán al mismo sitio, y los distintos embotelladores de agua mineral se asociarán para gestionar o tercerizar una planta de reciclado.” En cuanto a las bolsitas del supermercado o la verdulería, hay dos respuestas: “Hacerlas de material reciclable, como el papel, y prohibir que se entreguen gratuitamente, de modo que el cliente se vea alentado a llevar su propia bolsa”.
Filmus señaló que “el reciclado de envases es en general autosustentable, permite recuperar los costos; es especialmente así en la actualidad, cuando las commodities tienen precios elevados. Por eso estamos en un buen momento para empezar con este modo de gestionar los envases”.
El proyecto debe ser tratado en la Comisión de Medio Ambiente del Senado, luego de lo cual pasará a la Comisión de Presupuesto, de donde debería pasar al recinto. Según Filmus, “fue muy debatido con las cámaras empresariales y se logró bastante consenso. Está muy vinculado con modelos que la Comunidad Europea viene llevando adelante desde hace tiempo”.
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