Según estadísticas, el 40% de la superficie de Chocó está
afectada por la deforestación.
Foto: ARCHIVO PARTICULAR
ANLA negó pretensión de canadiense de tumbar 300 mil árboles
en esta importante región.
La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) negó
definitivamente la licencia que le iba a permitir al consejo comunitario de
negritudes Los Delfines y a la empresa canadiense Prima Harwood –dueña de REM
Forest Products, del billonario canadiense Frank Giustra- hacer una tala
selectiva de árboles en 44.000 hectáreas de la selva chocoana y extraer tres
millones de metros cúbicos de madera, más estrictamente en Bahía Solano, para
su comercialización.
La decisión le pone fin a una controversia de más de dos
años por este proyecto rechazado por
ambientalistas y que implicaba tumbar
300.000 árboles en medio de la selva, una de las más biodiversas del mundo.
La decisión de ANLA se basa en deficiencias ambientales.
Entre otras cosas, el proyecto no tenía caracterización de la fauna silvestre y
le faltaba información de especies únicas. Además, con la tala de la flora, se
ponía en riesgo la conexión de ecosistemas, como la del Baudó con el parque
nacional Utría, uno de los más importantes entre las 57 zonas protegidas que
tiene el país.
Este polémico proyecto nació en el 2006, cuando habitantes
de Bahía Solano decidieron conformar el grupo comunitario Los Delfines (6 mil
personas de 18 comunidades) y suscribir el acuerdo de explotación con Prima
Colombia Harwood. La iniciativa tuvo el aval de la Corporación Autónoma
Regional del Chocó (Codechocó), mediante Resolución 2293 del 2006. La idea
entonces era explotar, durante 15 años, más de cinco millones de metros cúbicos
de madera; unos 1.500 millones de dólares, que dejarían, según la empresa, 120
empleos directos. De esta forma, se exportarían a China maderas muy finas del
departamento, como algarrobos, sande, cedro amargo, bálsamo, caimito, chanul y
virola.
En su momento, parte de la comunidad no estuvo de acuerdo
con el proyecto y solicitaron su caducidad. Un concepto técnico de funcionarios
de la Corporación Autónoma Regional de Chocó (Codechocó) comprobó tala de
árboles sin los permisos respectivos (ejemplares que además se pudrieron en la
selva) y ellos pidieron liquidar el proyecto. No obstante, Codechocómantuvo la
autorización. Por esta decisión, el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo
Sostenible intervino en el caso, mediante la Resolución 0896 del 18 de mayo de
2011. El expediente pasó a entonces a estudio de ANLA, que llegó finalmente a
la determinación de cancelar la extracción maderera.
La decisión respalda la riqueza ambiental de esta parte de
Colombia y llega en momentos en que la deforestación ya está afectando al 40
por ciento de la superficie de Chocó, según estadísticas de la Universidad
Nacional. Allí, 25.833 hectáreas de bosques son destruidas cada mes. Los
bosques situados en Bahía Solano se unen a una cadena boscosa que se extiende
hasta el departamento de Cauca (Chocó biogreográfico), considerado un
'hotspots', una denominación que se usa mundialmente para designar los
ecosistemas más ricos del planeta, pero que a su vez se encuentran en máximo
riesgo.
Tomado de el tiempo de Colombia
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