10.000 ácaros,
4.000 avispas y cientos de chinches y mariquitas controlarán la plaga de
pulgones y psilas que infesta los parques
IÑIGO SÁNCHEZ
DE LUNA | LEIOA.
Hasta para los
árboles existe la medicina natural. Los remedios químicos se pusieron de moda
para atajar los males que les corroían las entrañas, pero ha quedado demostrado
que su abuso era perjudicial para la salud del arbusto y para el medioambiente.
Por ello, el Ayuntamiento de Leioa ha decidido tirar de métodos ancestrales,
los mecanismos de la propia naturaleza, y utilizar un batallón de insectos para
acabar con las plagas que afectan al arbolado plantado en los parques del
municipio.
En concreto, se
están empleando 10.000 ejemplares de ácaro depredador, 4.000 avispas
parasitoides, un millar de chinches depredadores y mariquitas negras, junto a
600 unidades de mariquitas de dos puntos. Estos 'bichos' conforman un ejército
eficaz contra otros insectos que pueden provocar la muerte a los ejemplares en
cuya plantación y desarrollo tantos esfuerzos ha invertido el Ayuntamiento de
Leioa.
Los técnicos
municipales ya han echado mano de estos depredadores naturales para acabar con
pulgones, psilas y cochinillas. La nueva fórmula mantiene las plagas en niveles
considerados tolerables. Las primeras aplicaciones se han realizado en las
albicias de la calle Estartetxe, en los naranjos de la plaza Errekalde, los
arces del Boulevard, y los tilos del barrio San Juan, entre otros, como por
ejemplo, en el arbolado de La Avanzada y en la zona del ambulatorio.
Naranjos
afectados
Salvo los
naranjos de la plaza Errekalde, «presa de grandes colonias de pulgones, con un
porcentaje de afección cercano al 100%», las demás áreas presentan colonias de
parásitos de tamaño medio, «siendo el porcentaje aproximado de afeccion del 40%
al 60%», resaltaron fuentes municipales.
En algunos casos,
la eliminación de los parásitos se realizará por el sistema de inundación.
Consiste en la liberación de forma puntual o periódica de estos enemigos
naturales criados, con el objetivo de que se establezcan en el ecosistema
receptor y que su descendencia sea capaz de reducir la población causante de la
plaga.
También se optará
por el método de conservación en otros casos. Se trata de una fórmula para
proteger a los insectos «buenos» ya «residentes» en los árboles, «compatibles
con las plagas que se pretenden controlar». Para poder mantenerlos es necesario
reducir el uso de plaguicidas y herbicidas en los parques, dejando en la zona
diversas plantas para que puedan refugiarse, reproducirse y alimentarse.
Este plan de
control se extenderá a nuevas áreas del municipio y culminará con la creación
de áreas de conservación que permitan el mantenimiento de los enemigos
naturales de las plagas.
Esta forma de
lucha es un «sistema más respetuoso con el medioambiente que los plaguicidas
artificiales, que se aplicaban mediante la endoterapia. Acarreaban una serie de
problemas asociados, y la legislación actual obliga a un uso sostenible de los
mismos y a fomentar la gestión integrada de plagas», indicó el portavoz del
Consistorio.
Tomado de correo
de país vasco
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