jueves, 14 de noviembre de 2013

ORUGA BOLILLERA peligro para cosechas

 EL COMPLEJO PROBLEMA DE LAS ORUGAS BOLILLERAS
Por: Ing. Agr. Pedro Daniel LEIVA – Especialista en Protección Vegetal
 Los ataques de isocas plaga en cultivo extensivos manifiestan distinto grado de importancia en función de las pérdidas potenciales que pueden provocar. Entre los factores que agravan el problema podemos citar: daños en estructuras reproductivas, alta capacidad de ingesta, tolerancia a insecticidas, escaso control biológico, predisposición a desarrollar bajo condiciones climáticas poco favorables para el crecimiento de los cultivos (sequía y altas temperaturas), respuesta a la presencia de hospederos alternativos y capacidad de generar picos poblacionales muy altos por breves períodos de tiempo (2 a 3 días). Todas estas cualidades como plaga la manifiesta el “complejo de orugas bolilleras”.
Este complejo de plagas está integrado de 4 especies de dos géneros, Helicoverpa y Heliothis: Oruga de la espiga del maíz (arriba izquierda) Helicoverpa zea, Oruga bolillera de la soja (arriba derecha) Helicoverpa gelotopoeon; Oruga capullera del algodonero (abajo izquierda) Heliothis virescens y la Isoca bolillera sudamericana (abajo derecha) Heliothis molochitina.
La diferencia entre la bolillera del maíz y de la soja, es una tonalidad más oscura y menor tamaño en la segunda especie, como así también los 4 puntos bien marcados en los dos pares de alas, visibles tanto en el haz como en el envés. Las dos restantes especies notablemente más claras en ambos pares de alas, en el primer par presentan líneas o bandas en lugar de puntos. Una de ellas con tres líneas y la otra con dos bandas y cuerpo notablemente más pequeño. H. molochitina carece de importancia económica, a diferencia de la oruga capullera del algodonero. El denominado “complejo capullera de algodón” está formado por H. virescens y H. gelotopoeon.
La “oruga de la espiga del maíz” ataca maíces al estado de floración femenina. Al nacer las pequeñas larvas, ingieren los estigmas produciendo el "corrimiento de granos" por falta de polinización de óvulos. Luego las larvas penetran en la espiga y se alimentan de los granos y del marlo tierno. Las siembras tardías son las más afectadas, el ataque es casi del 100% en siembras a partir del mes de octubre. Los daños adquieren mayor importancia en maíz dulce para choclo y pisingallo. En este último caso por tratarse de espigas pequeñas el porcentaje de daño resulta elevado. También causa daños de importancia en tomate donde barrena el fruto que luego se cae, y algodón donde daña las cápsulas.

La “oruga bolillera de la soja” ataca tanto estructuras vegetativas como reproductivas. Como defoliadora consume 3 veces más que la isoca medidora Rachiplusia nu, 340 cm2 de hoja durante su período larval. La segunda generación ataca inflorescencias y vainas. Para la zona de Pergamino se han registrado en trampas de luz ocasionalmente picos poblacionales entre 3000 y 5000 adultos por noche. Esta circunstancia toma desprevenido a quienes no advierten su presencia, ya que dos semanas más tarde se observa un ataque masivo de alta intensidad, todos los lotes tienen muchas larvas por metro de surco.
El Servicio de Alerta de Pergamino relaciona los ataques de bolillera en soja de los últimos años con la siembra de hospederas alternativas como arveja y garbanzo, junto a prolongados períodos de sequía inverno primaveral, como la situación ocurrida en la campaña 2008/09. Es más, advierte que aún bajo condiciones de buena disponibilidad hídrica, las larvas hibernates del año anterior pueden ocasionar ataques importantes al inicio del desarrollo del cultivo de soja.
La “oruga capullera del algodonero” cuando ataca al tabaco, sus hojas pierden valor comercial como resultado de la defoliación; ataca además botones florales, cápsulas y semillas. En algodón, se la considera plaga de segunda etapa porque aparecen en estado reproductivo. Perforan las cápsulas grandes para alimentarse de fibra inmadura y semillas, con una intensidad estimada de un capullo diario. En comparación a las tres especies de bolilleras, ésta es la más resistente a los plaguicidas.
Todos los detalles considerados resaltan la necesidad de monitorear adultos en trampas de luz identificando y cuantificando adecuadamente cada una de las especies a los efectos de establecer un “alerta temprano” y, permitir orientar los trabajos de monitoreo y planificar la logística del control químico. Una alternativa para estar informado de la dinámica poblacional de plagas, es suscribirse gratuitamente a los Servicios de Alerta del INTA, por ejemplo al de Pergamino, solicitando al email perent@pergamino.inta.gov.ar el envió del estado de situación para su zona. De no existir una trampa de luz en el radio de 30 km de su establecimiento, cabe considerar la posibilidad de instalar una. El posicionamiento de la trampa no necesita estar dentro de un lote, por el contrario se sugiere colocarla en un camino interno de transito frecuente, pero alejada de fuentes lumínicas competitivas y zonas de árboles, para permitir la libre circulación del viento.
Complementariamente le sugerimos monitorear los lotes con frecuencia semanal para permitir una detección temprana de problemas fitosanitarios, o en su defecto contratar un servicio de monitoreo.
Para aquellos interesados en instalar una trampa de luz les puede resultar de utilidad conocer las tareas requeridas para su implementación. Estas son simplemente dos: identificación y recuento de especies, y el envío de los datos a la Coordinación de Sistema de Alerta.
Recolección diaria de las trampas (por el trampero). El operario que revisa la trampa tiene poca capacitación formal y alta responsabilidad por ser él el primer eslabón de la cadena; y además, no recibe retribución adicional por su trabajo. Esta tarea que le insume entre 30 y 45 minutos diarios, es una tarea más entre otras que habitualmente realiza. Su función es: a-cambiar los canastos, b-en un galpón introduce el canasto de la trampa en una bolsa de consorcio color negra y rocía su interior con insecticida piretroide para matar las polillas, c-identifica las especies agrupándolas y recuenta el número de cada una, d-anota en un cuaderno la fecha y la cantidad de adultos de cada especie, e-además registra los parámetros atmosféricos de cada noche de captura: lluvias, temperatura y viento. Con lluvia, bajas temperatura y mucho viento las polillas no realizan su vuelo nocturno, y f-los días lunes entrega esos datos al asesor responsable de la trampa
Remisión de datos al Servicio de Alerta (por el Asesor del establecimiento o encargado) a-confección de una planilla Excel con los datos semanales (especies, cantidad diaria y parámetros atmosféricos) b-realiza el envío por correo electrónico a la coordinación del Sistema de Alerta.
El INTA Pergamino ofrece capacitación en manejo de trampas de luz, identificación y recuento de especies plaga. Complementariamente disponemos de un libro que permite una rápida identificación de todas las especies de importancia agrícola, por relación de semejanza estructurado en base a fotografías a color. Al menos para isocas plaga y cultivos extensivos, lo que no está en la Clave Pictórica, carece de importancia agrícola. Esta publicación resulta de utilidad para todas las zonas agrícolas y todos los cultivos del país. Por tratarse de un libro escrito con fines prácticos, no se requieren conocimientos previos para su interpretación. Además de la identificación, detalla los datos bioecológicos de las especies. Este “identikit y prontuario” constituye un valioso material de consulta, tanto para productores como profesionales y estudiantes de ciencias agrarias.

Ing. Agr. Pedro Daniel Leiva
Especialista en Protección Vegetal
pdleiva@pergamino.inta.gov.ar TOMADO DE ENVIO DE PREGON AGROPECUARIO DE AR 

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