Los objetos más
insólitos que se sacaron del Riachuelo Heladeras, calefones, colchones y hasta
un taxi; las
embarcaciones que se ocupan de la limpieza de las costas
recolectaron en los últimos cuatro años mil toneladas de basura; LA NACION se
sumó a una de las recorridas diarias Por Verónica Dema | Un
taxi está entre los objetos más llamativos que se encontraron últimamente. Foto:
Subsecretaría de Higiene Urbana, gobierno porteñoFoto 1 de 16
Daniel Sosa no suelta el timón. Para navegar por el
Riachuelo hay que estar atento por lo que pueda ir apareciendo. Su compañero
Claudio Campi, una especie de copiloto, se siente más liberado para hablar
aunque no descuida la cabina del "elefante", la lancha de dos motores
que conducen en la recorrida de cada día. "Acá aparece de todo. Si no la
impresiona le muestro", dice Campi. Busca su celular en el bolsillo de la
campera impermeable anaranjada fluo. Ellos ocupan una de las tres embarcaciones que el gobierno
de la Ciudad destina, desde hace cuatro años, a la recolección de residuos de
la costa porteña del Riachuelo. Según la dirección general de Limpieza del
Ministerio de Ambiente y Espacio Público,se recogieron 1000 toneladas de
residuos en el tramo ubicado entre Vuelta de Rocha, en el barrio de La Boca, y
Puente La Noria. Las tareas de limpieza en el Riachuelo
comenzaron tras el
fallo de la Corte Suprema de la Nación que en 2008 ordenó el saneamiento de la
cuenca Matanza-Riachuelo. Esta acción se realiza en forma coordinada con un
nuevo organismo multijurisdiccional tripartito surgido para ese fin: la
Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar), presidida por el Gobierno
nacional, e integrada, también, por el bonaerense y el porteño. En la pantalla
del celular de Campi aparece en primer plano un hombre muerto flotando en las
aguas amarronadas. "Si mira bien tiene dos puntazos en la panza". Se
ven los manchones rojos. Aunque el hallazgo ocurrió hace unos meses parece
volver a sorprenderse. Cuenta que ellos avisan a Prefectura y se desentienden
del tema, aunque no se olvidan. "Pero,
como acá no dejás de sorprenderte...el otro día encontramos un taxi. ¿Muertos?
Tengo dos", dice el responsable del servicio de higiene urbana en el
Riachuelo, Angel Grosse En la ciudad, la limpieza del borde del Riachuelo quedó
expresamente incorporada a partir de la promulgación de la ley 4120, que
contempla un Servicio de Recolección y Limpieza del margen izquierdo del
Riachuelo como parte integrante en la concesión de los servicios de limpieza.
En 2013, el decreto 170 incorporó la limpieza y recolección diferenciada de
estos residuos.
El responsable del servicio de higiene urbana en el
Riachuelo, Angel Grosse, es testigo de que en esas recorridas que realizan de
lunes a sábado durante ocho horas encuentran de todo. "Rescatamos más de
50 autos", contabiliza. Mientras la embarcación avanza lenta haciendo
trabajar sus dos motores en estas aguas densas, recuerda que desde que lograron
limpiar el desarmadero de autos que había en la villa 21/24 se redujo la
cantidad de carcasas en la cuenca. "Pero, como acá no dejás de
sorprenderte... el otro día
encontramos un taxi. Estaba entero", dice.
Cuando lo rescataron se enteraron de qué sólo le faltaba el reloj. También se
ven motos, heladeras, caballos, colchones, sillones que vienen flotando desde
algún lugar ignoto hasta la cuenca baja, enumera. La tarea de ellos consiste en
recorrer y, cuando detectan residuos, se comunican con la lancha de apoyo;
entonces, inician el rescate con sogas. "¿Muertos? Tengo dos", dice.
"Apareció uno flotando cerca de Pompeya y el otro pasando Lomas de Zamora.
Ahí lo que hacemos es informar a Prefectura, no lo podemos ni tocar nosotros.
Después le perdemos la pista", aclara. Es un día soleado y la embarcación
sigue abriéndose camino entre las aguas; por momentos se ven azuladas. La proa
se levanta y, según cómo pegue el viento, llega una llovizna fina. El
subsecretario de Áreas Protegidas de la ciudad, Javier García Elorrio, también
viaja a bordo. "Cuando empezamos, esto era un mar de plástico", dice;
mira hacia el agua, sólo con manchones de basura cada tanto y sin el olor a
podrido de antaño. García Elorrio suele sumarse para controlar el trabajo; esta
vez, aprovecha a señalar los avances: muestra fotos impresas amplificadas de
los lugares que recorre la embarcación y parecen otros. ANTES Y DESPUÉS Patos y garzas ahora son aves que suelen
verse en las márgenes parquizadas del Riachuelo. Foto:
Subsecretaría de Higiene Urbana, gobierno porteñoFoto 1 de 16
Allí donde había parvas de basura, contrasta un parque
verde; donde había viviendas haciendo equilibrio en el borde del Riachuelo,
ahora hay un césped corto (en el proceso de relocalización que aún continúa las
casas precarias son ahora modestos monoblocks que resaltan cinco cuadras hacia
adentro), donde no habitaba un pájaro, ahora se pueden fotografiar garzas,
patos y teros. Esta semana el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, habló del
reconocimiento del Banco Mundial con la Argentina por "los importantes
avances en la ejecución de la recuperación de la obra de la cuenca
Matanza-Riachuelo, con una inversión de 718 millones de dólares"; esto
implica un beneficio directo a 7 millones de personas que forman parte de la
cuenca. Por ahí algún vecino te decía: 'No me toques esto que se me cae la casa
"Por ahí algún vecino te decía: 'No me toques esto que
se me cae la casa", interviene Grosse, que sigue de cerca el proceso de
reciclaje del Riachuelo y sus costas. Las viviendas precarias del ex
asentamiento Luján, de la villa 26, Luzuriaga, Magaldi, de la 21/24, Mundo
Grúa, El Pueblito y la 27 de Febrero se cimentaban sobre terrenos conformados
por basura compacta. En algunos tramos de la villa 26 aún persiste esta
situación. "Se van a fin de año con el proceso de localización",
informa García Elorrio. Una orden judicial determinó en 2011 que se mudaran 16 barrios
de capital y provincia pegados al Riachuelo. Pisar los terrenos en donde aún
hay viviendas precarias es andar encima de una textura esponjosa conformada por
restos triturados de basura: cáscara de huevo, bolsas, manijas de bolsas,
césped que crece en el medio, yerba oscura, troncos, trozos de ladrillos,
botellas plásticas, otras de vidrio, tapitas de cerveza, paquetes de papas
fritas, hojas de árboles, cáscaras de cebolla y más. La humedad se debe a que
allí desagotan los baños de las casas, cuyo destino final es el Riachuelo. "Acá
estén atentos, no den la espalda al barrio. A veces suele haber algunos
problemas, nos tiran piedras", comenta García Elorrio cuando la
embarcación pasa por la villa 26. "No se preocupen, forma parte del
trabajo en el espacio público". Y enseguida le pide a Sosa, que lo escucha
desde el timón: "¡Dale, más rápido acá". Le hace señas con la mano de
que siga, por si no le quedó claro. En las márgenes del Riachuelo aparecen
algunos vecinos, sobre todo chicos. Hay intercambio de saludos, manos en alto y
sonrisas. "Ya pasamos los cien metros críticos", dice Javier, respira
aliviado. Más adelante, continúa una costanera amplia -que no se veía en un
recorrido de hace tres años atrás- siempre combinada con objetos flotantes como
parte del paisaje. A la altura de Pompeya, una carcasa de heladera tirada a la
vera del Riachuelo, más adelante flota un colchón atrapado en una
"manga" (un sistema que ayuda a retener la basura en el borde para
que sea más fácil la recolección); a unos metros, del lado de Lanús un
cartonero se detiene a mirar el barco que pasa, levanta el pulgar como
aprobando. Otra heladera sin puerta más allá, un calefón desarmado más
adelante. Atrás se ve el puente La Noria en el fin del recorrido. DESIGUALDAD
AMBIENTAL Describe Luis Gusmán en su novela El Peletero, recreando la lucha de
vecinos del Riachuelo: "La lancha se acercó a la costa de las destilerías
del Dock Sud. Desde la embarcación podían observarse casi a ras de la tierra
cruces, cientos de cruces. No era un cementerio humano, era un cementerio
ecológico. La gente del asentamiento había hecho un cementerio como señal de
denuncia contra la contaminación". La socióloga Gabriela Merlinsky,
responsable del Grupo de Estudios Ambientales del Instituto de Investigaciones
Gino Germani de la UBA, explica que la cuestión de que la cuenca del Riachuelo
esté contaminada es la consecuencia de un proceso social que no puede obviarse.
"Suele haber una visión estándar de la cuestión ambiental que tiende a
pensar que el comportamiento es único y no importan las clases sociales. Creo
que si las sociedades son muy desiguales hay ciertas clases que pueden
externalizar los peligros ambientales y hay otras que no pueden ocuparse de la
cuestión ambiental porque la sociedad no se ocupó antes de ellos", expone
esta experta. La basura se va a cumulando en esquinas, en distintas partes del
barrio y llega un punto en que saturan, por eso terminan en el Riachuelo. Pero
no es una cuestión de educación
Y se explaya en el escenario de las villas del área
metropolitana: "Las zonas de asentamientos son todas sin planificación
urbana, ni siquiera hay recolección de residuos en muchas de ellas. La basura
se va acumulando en esquinas, en distintas partes del barrio y llega un punto
en que saturan, por eso terminan en el Riachuelo. Pero no es una cuestión de
educación". Como en la novela de Gusmán, los vecinos de Buenos Aires
también protestaron: lo hicieron cuando reclamaron la recomposición del
ambiente y la creación de un fondo para financiar el saneamiento. Entonces, se
hizo Justicia y algo empezó a cambiar: entre otras cosas, se creó Acumar, se
trazaron políticas públicas para la recomposición ambiental, se inició la
limpieza y la traza de un camino costero, se cerraron basurales a cielo abierto,
se empezaron a controlar industrias, se relocalizaron asentamientos. Merlinsky
los reconoce como grandes avances, pero considera que se necesitan varias
décadas para ver resultados duraderos. TOMADO DE LA NACION DE AR
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