Sabiduría indígena
contra el cambio climático
Recopilación. Jóvenes de pueblos indígenas y
afrodescendientes consultaron a sabios de sus comunidades para conocer las
prácticas ancestrales en la conservación de los bosques Leyla
Jarquín Algunos de los participantes en el encuentro celebrado en Bluefields. Foto: CORTESÍA / En los últimos dos años,
jóvenes de pueblos indígenas y afrodescendientes de Nicaragua, Panamá y Bolivia
se han dado a la tarea de investigar sobre el conocimiento ancestral que sus
comunidades han puesto en práctica para la conservación de los bosques, con el
objetivo que dicha información sea tomada en cuenta en el acuerdo mundial sobre
cambio climático que se discutirá y aprobará en París, Francia, en diciembre
próximo. Esta iniciativa, que es impulsada por organizaciones civiles de los
países participantes y es financiada por Bosques del Mundo, de Dinamarca,
conlleva mandar a al menos uno de los jóvenes de cada pueblo a la vigésima
primera edición de la Conferencia de las Partes, que es el órgano superior de
decisión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y
se realizará en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre. “Pensamos que el
conocimiento indígena es una base filosófica para mantener los bosques, porque
los científicos están diciendo que la única manera de afrontar el cambio
climático es evitar la deforestación y conservar los bosques, y precisamente
eso es lo que hacen los pueblos indígenas”, señala Heraclio Herrera, biólogo
del pueblo indígena Guna, de Panamá, y coordinador del proyecto en ese país. La
presentación de los resultados de la investigación se llevó a cabo el pasado 23
y 24 de septiembre en Bluefields, en el segundo Encuentro de Pueblos Indígenas
sobre Cambio Climático “Nuestros Saberes, Nuestro Futuro”, donde participaron
delegaciones de los pueblos indígenas Rama y Kriol, de Nicaragua; Emberá y
Wounaan, de Panamá, y Chiquitano, de Bolivia.
La experiencia Lupita
Omi, una joven del pueblo indígena Emberá de Panamá, contó que en las visitas a
las comunidades el primer paso fue concientizar a los jóvenes sobre la
necesidad de rescatar la cultura indígena, pues dentro de la misma está la
creencia de conservar los bosques por la importancia que tienen en sus vidas. “El
bosque para mí es la vida misma”, sostuvo Omi, quien es la delegada de la
Organización de Jóvenes Emberá y Wounaan de Panamá en la COP 21. Para ella, no
será fácil que su voz sea escuchada en este evento internacional, en el que se
prevé participen 22,000 personas, pero confía en que los acuerdos que se tomen
serán para el bien común. En el caso de Bolivia, María Fernanda Chávez, del
pueblo indígena Paica, de la nación indígena Chiquitana, en el departamento de
Santa Cruz, las esperanzas radican en que el gobierno de su país ha declarado
el reconocimiento y protección de la Madre Tierra y además cuenta con una ley
donde se plantea hacerle frente al cambio climático. Para ella, uno de los
aprendizajes más valiosos durante las entrevistas que realizaron a sabios de
diferentes comunidades indígenas fue el del papel que tienen los bosques en la
infiltración de agua en los suelos, por lo que espera que todo ese conocimiento
ancestral sea retomado por los gobiernos y se convierta en una práctica
regional. En Nicaragua, la investigación fue dirigida por cuatro jóvenes de las
etnias rama y kriol, ya que estas comparten el mismo territorio. Elisa Hurtado,
de la comunidad rama Indian River, indicó que los conocimientos que encontraron
se resumen en tres principios básicos: amar a la naturaleza por encima de todo,
hacer uso racional de los recursos y concientizar a las nuevas generaciones
sobre la necesidad de preservar el medioambiente. El desafío En el segundo Encuentro de Pueblos Indígenas sobre
Cambio Climático “Nuestros Saberes, Nuestro Futuro” también se planteó el
complejo proceso de negociación que conlleva la adopción de un nuevo acuerdo
mundial sobre cambio climático. Dennis Mairena, director del Centro para la
Autonomía y Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Capdi), y Tania Guillén,
oficial de Incidencia en Cambio Climático del Centro Humboldt, hablaron sobre
la ruta que ha seguido el mundo ante el cambio climático, desde su reconocimiento
hasta el delineamiento de políticas que buscan reducir su impacto.Debido a que
el Protocolo de Kyoto finaliza este año, Mairena destacó que si en París no se
logra un acuerdo mundial contra el cambio climático “se quedarían en el aire
todos los compromisos para reducir los gases de efecto invernadero” que se han
venido discutiendo y adquiriendo en la última década. Guillén, por su
parte, apuntó que “queremos un acuerdo
climático que sea vinculante, que esté escrito claro quién tiene
responsabilidades de hacer qué y si no lo cumplen que respondan por ello”, en
alusión a la gran responsabilidad que tienen países en las emisiones de gases
de efecto invernadero, pero que hasta el momento no han querido suscribir los
acuerdos de compromiso de reducirlos. Nicaragua, como el resto de
Centroamérica, son considerados entre los países más vulnerables a los
desastres naturales, que en parte se dan como efecto del cambio climático. “Tiene
que haber un principio de responsabilidades comunes, pero diferenciadas de
acuerdo con las respectivas capacidades”, dijo Guillén.
Aseguró que mientras ese acuerdo no llegue e, incluso, en el
caso que no cumpla con las expectativas, tanto los gobiernos como las
comunidades a todos sus niveles deberán adoptar políticas y acciones,
respectivamente, de mitigación y adaptación.
La cosmovisión de los pueblos
indígenas
Heraclio Herrera, biólogo del pueblo indígena Guna de Panamá
y coordinador de la iniciativa Clima y Juventud, explicó que la filosofía de
los pueblos indígenas respecto a los bosques está basada en cuatro principios
básicos.
El origen
Aunque a través de diferentes leyendas, los pueblos
indígenas basan sus orígenes en la naturaleza del territorio donde habitan, por
lo que se preocupan de mantener sus bosques y ríos.
Intocables
Los pueblos indígenas tienen sitios sagrados donde, dicen,
moran los espíritus de sus ancestros, de tal manera que al hacer uso de los
recursos naturales tienen el cuidado de no perturbarlos.
Equilibrio
Si tumban el bosque para fines agrícolas, usan la tierra por
tres y hasta cinco años, pero luego la dejan en reposo por un largo tiempo para
que el bosque se regenere.
Herencia
Están conscientes de que del bosque provienen todos los
recursos para su sobrevivencia y la de futuras generaciones. TOMADO DE NUEVO
DIARIO DE NICARAGUA
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