Abogados para los
animales
Ni antropomorfismo ni ridiculez ni contra los preceptos de
nadie. Compartimos planeta con decenas de miles de animales. Somos de las
últimas especies surgidas, pero el daño que hemos hecho y seguimos haciendo es
enorme.
A punto de ser ley quedó la penalización del maltrato
animal, que declara los animales como seres sintientes, sujetos de derechos y
endurece, o, mejor, pone penas a quienes abusen de ellos.
Hace no mucho leí a una columnista que decía que los
animales no tienen derechos puesto que tampoco tienen deberes. Un absurdo
enredo.
Creo que hay que separar las cosas. Como seres que hemos
desarrollado más el cerebro hasta lograr manipulación tecnológica (uno de los
puntos que nos diferencian de otras especies) sí tenemos deberes: proteger
todas las formas vivas alrededor. Es que es, aparte de sentida necesidad, una
respuesta ética a nuestra misma existencia.
No quedan dudas que vivimos la sexta extinción, acelerada
por nosotros. Eso solo habla del derecho que tienen los animales a existir. Sin
ellos no somos nada y no estaríamos acá (solo miremos las reacciones frente a
la carne como posible cancerígeno).
También hace años escuchaba a una persona ‘educada’ decir
que le daba un pesar gente alimentando animales en la calle, con tantas
personas aguantando hambre, como si lo uno quitara lo otro. La solidaridad de
especie entre humanos podría tener raíces genéticas (no estoy tan seguro en
esto, por desconocimiento mío), pero culturales no queda duda y de sentido de
supervivencia: eso involucra defender todas las formas vivas.
Pero volvamos a nuestro caso, muy relacionado con animales
de compañía. Cada vez más países adoptan medidas para proteger animales. El
recuento es grande y se llega a nociones tan desarrolladas como Suiza, en donde
en caso de maltrato severo el Estado pone un abogado de oficio a defender al
animal.
El abandono también es castigado en distintos países.
De esperar que se apruebe la ley. Y de esperar que el
movimiento por la defensa animal (que es la defensa de nuestra misma especie)
cuente con abogados que se vayan sumando a la causa.
No veo la hora de poder denunciar a señoras y señores que
lanzan a la calle y mangas perritos y gatitos recién nacidos o, peor, porque se
escucha, que los ahogan.
Si queremos tener futuro como especie, tenemos que defender
la vida. Y acá no se está haciendo. POR RAMIRO VELEZQUEZ GOMEZ , TOMADO DE EL COLOMBIANO
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