HIDRÓLOGOS ELABORARON
UN MAPA DEL AGUA OCULTA DE LA TIERRA
¿Cuánta agua subterránea hay? Las aguas subterráneas son uno
de los recursos naturales más explotados y más preciados del planeta, con
edades de entre meses y millones de años de antigüedad, y en todo el mundo, hay
una creciente demanda por saber cuánto tenemos. Un grupo internacional de
hidrólogos realizó la primera estimación basada en datos de la presencia total
de las aguas subterráneas en la Tierra. El estudio, dirigido por Tom Gleeson de
la Universidad de Victoria, (Canadá), con coautores de la Universidad de Texas
(Austin, Estados Unidos); la Universidad de Calgary (Canadá), y la Universidad
de Göttingen (Alemania), se publicó en "Nature Geoscience". Este
equipo publicó el primer mapa sobre agua subterránea en la Tierra, lo que
acerca al mundo a estimar cuánta existe y cuándo se terminará si se hace un uso
excesivo de este recurso natural. La mayor parte del estudio muestra la
historia de los acuíferos recientes. “Menos del 6 por ciento del agua
subterránea que se encuentra en los dos primeros kilómetros desde la superficie
de la Tierra se renueva en el transcurso de vida de una persona”, explica
Gleeson. “Sabemos que los niveles de
agua de muchos acuíferos están cayendo, lo que significa que estamos usando
nuestros recursos de agua subterránea muy rápido, más rápido de lo que se están
renovando”, indica. La investigación proporciona información importante para la
gestión del agua y el desarrollo de políticas medioambientales, así como para
científicos cuya área de investigación sea la hidrología, la ciencia
atmosférica, la geoquímica y la oceanografía. “El mapa puede ayudar a mejorar
la gestión de los recursos de aguas subterráneas de un modo sostenible”, añade.
Tras estudiar múltiples bases de datos (en las que se incluyen información
sobre un millón de cuencas), y más de 40.000 modelos de aguas subterráneas, el
estudio ha calculado que existe un volumen total de 23 millones de kilómetros
cúbicos de aguas subterráneas de los cuales 0,35 kilómetros cúbicos tienen
menos de 50 años.
Es importante diferenciar el agua antigua de la moderna.
Tanto una como otra son fundamentalmente diferentes en la forma que interactúan
con el resto del agua y los ciclos climáticos. El agua antigua se encuentra en
zonas más profundas y se utiliza habitualmente en la agricultura y la
industria. A veces contiene arsénico o uranio y normalmente es más salada que
el agua de mar. "En algunas partes, el agua salada es tan vieja, y está
tan aislada y estancada que no es renovable", dice Gleeson. De los 23
millones de kilómetros cúbicos de agua
subterránea, sólo una mínima fracción –el 6 por ciento– es el tipo de líquido
que podemos aprovechar mejor. Es la que se conoce como agua subterránea
"moderna" y es fácil de extraer porque está cerca de la superficie. "Es
el agua subterránea que se renueva más rápidamente, en una escala de vidas
humanas", explicó Gleeson autor principal del estudio. "Pero es este
agua subterránea moderna la que también es más sensible al cambio climático y a
la contaminación humana.
Es un recurso vital que tenemos que manejar mejor",
señala.
El mapa El mapa
del estudio muestra la mayor parte del agua subterránea moderna en regiones
tropicales y de montaña. “Las zonas azules oscuras del mapa corresponden al
agua subterránea que es rápidamente renovada. Las zonas azules claras indican
las áreas donde la mayor parte del agua subterránea está estancada y no es
renovable”, señala el investigador. Algunos de los más grandes depósitos están
en la cuenca del Amazonas, el Congo, Indonesia, y el norte y centro de América
a lo largo de las Montañas Rocosas y la cordillera occidental hasta el final de
América del Sur. Las altas latitudes del norte están excluidas de los datos
porque el satélite no las cubre. En cualquier caso, esta zona es en gran parte
una gran capa de hielo con poca agua subterránea bajo ella. No sorprende a los
investigadores que la menor parte de agua subterránea moderna esté en regiones
más áridas como el Sáhara. “De forma intuitiva, esperamos que las áreas más
secas tuvieran menos agua subterránea joven y que las zonas más húmedas
tuvieran más, pero antes de este estudio todo lo que teníamos era una
intuición. Ahora, tenemos una estimación cuantitativa que comparamos con las
observaciones geoquímicas”, indica Kevin Befus, coautor del estudio. El próximo
paso de los investigadores consistirá en diseñar un cuadro completo de cómo de
rápido estamos agotando tanto el agua subterránea antigua como joven, para
analizar el volumen de agua subterránea con relación a cuánta está siendo usada
y gastada.
Nuestro estudio ponen de manifiesto que nuestros recursos de
aguas subterráneas jóvenes son un recurso finito que tenemos que manejar
mejor”, concluye Gleeson.
“Cuando sepamos cuánta agua subterránea está siendo gastada
y cuánta hay, seremos capaces de estimar cuánto tiempo disponemos hasta que nos
quedemos sin ella”, indica Gleeson. Para hacerlo, harán otro estudio usando un
modelo a escala global.
¿Dónde está? La
mayor parte del agua subterránea se halla en regiones montañosas y tropicales y
los depósitos más grandes están en la cuenca del Amazonas, el Congo, Indonesia
y a lo largo de las fronteras occidentales de América del Norte y del Sur.
Sólo el 1,5% se
renueva
El hidrogeólogo Tom Gleeson y su equipo recolectaron
muestras de agua subterránea y midieron sus niveles de tritio. Este material
radiactivo es un residuo de las pruebas de armas termonucleares, así que toda
el agua con altos niveles de tritio se considera agua moderna. Los científicos
consiguieron mapear la abundancia de agua bajo la superficie terrestre a
diferentes niveles de profundidad. El agua subterránea se encuentra en
acuíferos, grietas, y poros de la corteza terrestre. La sociedad depende cada
vez más de estas reservas, especialmente para la agricultura. Pero deberíamos
dejar de hacerlo. Este nuevo estudio calcula que sólo un 1,5 por ciento de las
reservas de agua subterránea de la Tierra se está renovando de manera activa;
menos de lo esperado. En otras palabras, la mayor parte de ese gigantesco pozo
que llevamos décadas bombeando no va a recuperarse en una escala de tiempo
humana. Sólo un 1,5 por ciento es renovable, pero los científicos advierten que
“el hecho de que algo se haya ido reponiendo en los últimos 50 años no quiere
decir que vaya a seguir reponiéndose en los próximos 50".
ALTERNATIVA LIMPIA Y RENOVABLE Las plantas iluminan la selva
peruana
Lima | Efe Las plantas se han convertido en una alternativa
limpia y renovable para afrontar la escasez de energía eléctrica en la selva
peruana gracias a un invento que plantea aprovechar su potencial para iluminar
los hogares de una de las zonas más pobres de Perú. La "plantalámpara", como se
denomina el invento, es un proyecto de investigadores de la Universidad de
Ingeniería y Tecnología (UTEC), de Lima, que genera dos horas de luz diarias
por medio de una batería que recoge y convierte en energía eléctrica los nutrientes
liberados en la tierra por una planta mediana durante su fotosíntesis. El
proyecto nació con el objetivo de "brindar una fuente de luz eléctrica
limpia a las personas a través de los recursos de su entorno", afirmó el
responsable de la investigación y profesor de la UTEC, Elmer Ramírez. Y se
desarrolló en la localidad de Nueva Saposoa, una comunidad indígena de 173
habitantes de la etnia shipibo-conibo, en la región amazónica de Ucayali, donde
el 65 por ciento de la población no cuenta con electricidad, según datos del
Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI). Un equipo formado por
siete profesores y ocho alumnos trabajó durante cuatro meses en las
"plantalámparas", para lo cual viajaron dos veces a Nueva Saposoa, la
primera para recolectar datos y la segunda para entregar 10 de los prototipos
del invento a la comunidad. "Si bien ya se tenían estudios sobre la
existencia de electricidad en la tierra producto de la interacción con las
plantas, nosotros pasamos de la teoría a la aplicación", explicó Ramírez. Para
dar ese salto, los investigadores peruanos tuvieron que definir el área de
tierra necesaria para alimentar la batería dentro de una maceta de madera,
además de seleccionar una lámpara LED de alta eficiencia y de bajo consumo.
Entre los integrantes del proyecto estuvo el estudiante de
Ingeniería de la Energía Marcello Gianino, quien contó que "al explicar a
las personas cómo funcionaba el invento, éstas se quedaron asombradas porque no
podían creer que toda esa vegetación que los rodeaba podía generar luz". "Fue
una experiencia conmovedora poder darles no sólo luz sino cambiar radicalmente
sus vidas", agregó.
Para los beneficiados en Nueva Saposoa, quedaron atrás los
mecheros y candiles con combustible tóxico, además de los días en los que
debían concluir sus actividades al desaparecer el último rayo de luz solar.
Cómo funciona
La plantalámpara genera dos horas de luz diarias por medio
de una batería que recoge y convierte en energía eléctrica los nutrientes
liberados en la tierra por una planta mediana. TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
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