La basura se acumula
en 92 puntos de Medellín
Este es considerado como uno de los sitios más críticos de
la basura en Medellín, está ubicado en Carabobo con la calle 80, en un sector
turístico FOTO Henry Agudelo
Este es considerado como uno de los sitios más críticos de
la basura en Medellín, está ubicado en Carabobo con la calle 80, en un sector
turístico FOTO HENRY AGUDELO
$10 mil es el valor que cobra Emvarias por botar desde
cualquier sitio un colchón.
Las basuras en el Valle de Aburrá se están volviendo un
dolor de cabeza para las empresas que prestan el servicio por la mala educación
de los usuarios que no respetan los horarios.
Transitar por el Jardín Botánico y la carrera Carabobo, en
el norte de Medellín, sitios que hacen parte de los senderos turísticos de la
ciudad, no es tan agradable a los ojos. Todo por culpa de los basureros y
escombreras que habitantes de Moravia, barrio El Bosque y sectores vecinos
improvisaron en sardinales, aceras y separadores de vías.
Allí, en el cruce con la calle 80, se ubica uno de los 92
sitios críticos de acumulación de basuras y escombros que presenta Medellín,
los que van aumentando casi semanalmente.
Yuli Silva, quien trabaja frente al Jardín Botánico,
manifestó que es imposible utilizar las aceras, porque muchas de ellas siempre
están invadidas con basura, colchonetas, muebles, llantas y escombros.
Resaltó que los carros y operarios de Emvarias siempre dejan
impecable el sitio a las 6:00 a.m., pero en menos de media hora, el sitio queda
como si no lo hubieran intervenido. Esto obliga a los operarios de esta empresa
a retornar dos o tres veces más.
La administradora de otro establecimiento del lugar dijo que
a comienzos de este año se hicieron campañas, se le expuso el problema a
Emvarias y a Espacio Público, pero no pasó nada y la escombrera sigue ahí, al
aire libre y a los ojos de miles de turistas que llegan a esta zona norte de
Medellín que es atractiva por el Jardín Botánico y los parques Norte, Los
Deseos y Explora.
En el Valle de Aburrá se generan un promedio de 2.700
toneladas de basuras diarias, que son recogidas y trasladadas a Pradera y El
Guacal, para su procesamiento. Sin embargo, más tardan los empleados en
recolectar, que los indisciplinados en invadir la ciudad con las basuras que no
sacaron.
En opinión de Victoria Castrillón, subgerente de Operaciones
de Emvarias, a pesar de las campañas, la indisciplina es mucha en casi toda la
ciudad, porque la gente no saca las basuras en las horas y días establecidos
por la empresa.
En Moravia, explicó, el carro no puede entrar a todas las
calles, por estrechas y están llenas de vehículos estacionados.
Otros sitios muy afectados
Alertó que las avenidas y los barrios abiertos son los más
afectados con esta indisciplina, porque en las unidades residenciales cerradas
tienen otras dinámicas con el manejo de las basuras y priorizan el reciclaje.
Los sectores residenciales más afectados son Robledo, Moravia,
La Pilarica y Santo Domingo Savio, donde no hay una disciplina con los horarios
de recolección. Las avenidas afectadas son San Juan, Guayabal, las paralelas a
la quebrada La Iguaná en alrededores de la Universidad Nacional y en ese mismo
sector la carrera 65.
La actividad comercial e informal del Centro y la Zona Rosa
de El Poblado también presentan la problemática. Allí hay comerciantes que
sacan las basuras cuando terminan sus actividades y no en las horas y días que
pasan los carros. Esto hace que se tenga que hacer recolección hasta tres veces
al día en esos sitios.
Escombros
En cuanto a los escombros, la funcionaria dijo que no
entendía por qué la gente manda a personas irresponsables a botar los residuos
de construcción en cualquier parte, cuando Emvarias presta ese servicio a
precios similares a los que cobran quienes afean la ciudad. En el caso de los
colchones, el costo es de diez mil pesos, mientras que para el resto de
desechos el precio varía según el peso y el volumen.
Además, hay recolectores que prestan el servicio en
motocargas y llevan los escombros a los sitios autorizados por la Alcaldía: La
Iguaná y Santa Lucía, en el occidente, y la Ladera, en el oriente.
El desorden de los ciudadanos trae como consecuencia el
incremento en el costo de la recolección, porque hay que contratar carros y
operarios en horas extras y se hace lento el trabajo en el relleno sanitario de
La Pradera, el único que funciona para el Valle de Aburrá.
El impacto para el usuario, también se siente en el retraso
de las horas de recolección porque los vehículos tienen que hacer más viajes.
Se calcula que Medellín produce al día dos mil toneladas de basuras.
Emvarias cuenta con 116 vehículos, 10 camiones NPR para el
centro, zonas rurales y sitios de difícil acceso, 4 carros barredores, 950
escobitas, 60 de ellos vinculados a Emvarias y el resto a fundaciones con las
que tiene contratos. Además, hay 6 carrotanques de limpieza y tres frontales,
que recogen las cajas de las empresas.
El ingeniero sanitario Santiago Sepúlveda, líder de
Proyectos de la Secretaría del Medio Ambiente de Medellín, dijo que en la
ciudad falta cultura con el manejo de las basuras a pesar de las campañas
educativas de la Alcaldía y Emvarias.
“Esto genera los puntos críticos y hace difícil mantener una
ciudad limpia”.
La mayoría de las 3.162 quebradas y cuencas de Medellín
están contaminadas con desechos sólidos (basuras y escombros) y aguas
residuales, dijo.
Arbey Osorio, subsecretario de Recursos Naturales de la
misma secretaría, alertó que la invasión de estas cuencas produce malos olores
y, en época de lluvias, genera avalanchas.
En el Aburrá
Andrés Moreno, gerente de Interaseo que recolecta las
basuras de Bello, Girardota, Copacabana, Itagüí, La Estrella, Caldas y
Sabaneta, manifestó que trabajan en campañas para que los ciudadanos saquen las
basuras a las horas programadas.
Sobre el cierre del relleno de El Guacal, que tramita la
licencia ambiental para abrir otro vaso, dijo que les ha traído demoras, porque
deben llevar los desechos a Pradera.
Destacó que en el centro de transferencia de Sabaneta, en la
variante de Caldas, manejan residuos del sur del Valle de Aburrá y prestan el
servicio a otros operadores.
Al día en el Valle de Aburrá, esta empresa recoge entre 600
y 700 toneladas y de ellas 200 son generadas por Bello. Voceros de Enviaseo
informaron que en Envigado tienen unos barrios donde sus habitantes no respetan
los días de recolección, pero hacen campañas para educar a la comunidad. Este
municipio genera 130 toneladas de basuras al día.
Nueva norma
Desde enero de 2016 regirán nuevas normas que obligan a las
empresas de aseo a hacer mantenimiento de zonas verdes, lavado de barandas de
puentes, vías y mantenimiento de parques que lo hacen las alcaldías.
La Comisión de Regulación de Agua Potable (CRA), definió las
metodologías para fijar las nuevas tarifas del servicio público, que empiezan a
cobrarse en enero de 2016, según la Resolución 720 de 2015.
La norma busca una buena planeación del manejo de los residuos
y, en especial, que se mejoren las tasas de reciclaje.
Reneiro Yepes, asesor en servicios públicos para temas de
regulación y tarifas, dijo que la norma incluye actividades que buscan la
preservación del medio ambiente y anotó que en algunos municipios autorizan
reducir tarifas, pero en otros implicará alzas
Asesor de empresas de
servicios públicos
200 MULTADOS AL MES
La Ley 1259 estableció el comparendo ambiental para las
personas que arrojen escombros o desechos domiciliarios en cualquier sitio.
En Medellín se aplica hace varios meses y al mes las
autoridades elaboran entre 100 y 200 comparendos, de los cuales el 30 por
ciento termina en multas. Pero la sanción también se aplica a ciudadanos que
depositan animales muertos en las vías y espacios públicos o a quienes destapan
las bolsas de basura y riegan su contenido. Las multas oscilan entre medio y 10
salarios mínimos mensuales legales y es la Secretaría de Gobierno a través de
las inspecciones de policía las que se encargan de hacer cumplir la norma.
RODRIGO MARTÍNEZ ARANGO Comunicador social-periodista de la
Universidad de Antioquia. Redactor del área Metro hace 20 años. Periodista
judicial hace 30 años. También ha trabajado como locutor y periodista de radio
en la Cadena Caracol. Autor del libro Expresión oral para periodistas,
editorial UPB. TOMADO DE EL COLOMBIANO
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