INNOVACIÓN Y BIOTECNOLOGÍA PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO
El cambio climático es uno de los temas que atormenta a
nuestro sector de producción de alimentos. Nos enfrentamos a un reto enorme que
requiere de creatividad e innovación. Por: Alejandro Hernández (*) El cambio
climático es uno de los temas que atormenta a nuestro sector de producción de
alimentos. En Centroamérica hemos sufrido temporadas de sequías como resultado
del fenómeno del niño y con ello pérdidas de alimentos, ganado vacuno, porcino
y avícola. En el 2014 Centroamérica sufrió más de 40 días sin lluvia, afectando
todo el sector de granos básicos. Nos enfrentamos a un reto enorme que requiere
de creatividad e innovación. Fenómenos de sequía no solo resultan cada vez más
comunes y cíclicos, sino que son devastadores para el sector agrícola altamente
dependiente del agua. Para que el lector tenga una parámetro de lo que
representa el consumo de agua en el agro, producir un kilo de arroz requiere
entre 1 a 3 mil litros de agua, mientras que en términos de uso de agua, la
agricultura global utiliza el 70% del agua dulce. Las soluciones e innovación
pueden originarse en mejorar cómo producimos o innovar en un cultivo que se
adapte al cambio. Innovar en sistemas de producción requiere de altos costos en
infraestructura para utilizar sistemas de riego por goteo o agricultura de
precisión. Que el cultivo se adapte al cambio climático podría sonar ideal pero
sumamente complejo si usamos métodos convencionales de mejoramiento, dado que
la tolerancia a sequía está en distribuida en muchos genes. Solo para que el
lector tenga una idea de la complejidad a la que nos enfrentamos, el arroz
tiene más de 19mil genes y si comparamos tan solo dos variedades de arroz con
algún grado de tolerancia a sequía como el IR 57311 y el LG93-4, notaremos que
245 genes se apagan y 413 se promueven. Es aquí donde la biotecnología tiene
mucho que aportar. Una nueva generación de productos biotecnológicos tolerantes
a sequía se están generando desde las universidades públicas y también del
sector privado. Hasta ahora el lector posiblemente está familiarizado con la
primera generación biotecnológica, generada en los 90s, que protegen el cultivo
del ataque de insectos y evitan competencia de malezas al ser tolerantes a
herbicida. Pero han pasado 25 años, y con ello, la ciencia y la tecnología han
avanzado enormemente.
Permítame presentarle las iniciativas del sector público y
privado de variedades biotecnológicas tolerantes a sequía: caña de azúcar, soya
y maíz. La caña de azúcar tolerante a sequía está siendo evaluada por el centro
de investigación público de Brasil conocido como EMBRAPA. Los investigadores de
Brasil están utilizando el gen de la planta Arabidopsis thaliana llamado DREB2A
y que funciona como un “factor de transcripción”, es decir como un activador de
otros genes relacionados con la sequía. En soya el Instituto de
Agrobiotecnología Universidad Nacional del Litoral (UNL) Argentina encontró un
gen en girasol que funciona de manera similar el Hahb-4 y que en soya tiene muy
buenos resultados. En maíz, los investigadores del CINVESTAV, una entidad
pública, están apagando el gen ZmTRE que degrada la trealosa. La trealosa se
produce naturalmente en el maíz y al acumularse funciona como un protector de
la deshidratación. En el sector privado, en Estados Unidos se cultivó 275 000
hectáreas de maíz tolerante a estrés hídrico con el gen CspB que le confiere a
la planta una ventana de tiempo para soportar el cambio climático. Permítame
presentarle además, los últimos resultados de las investigaciones científicas
en biotecnología. En Julio, Nature Biotechnology, publica el avance en un
aumento del rendimiento en maíz en condiciones de sequía entre un 31 y 123%. En
agosto investigadores en China publicaron en Nature su logro por biotecnología
que un tomate soportara 40 grados centígrados. En Setiembre Revista Nature
publica el modo de acción del Jasmonato, molécula encargada del sistema de
defensa y resistencia sequía en plantas.
Todo esto se traduce en innovar. El agricultor está consciente
que una nueva sequía vendrá tarde o temprano, y las herramientas
biotecnológicas existen tanto públicas como privadas para ser evaluadas y
apoyarnos en la producción agrícola ya sea de subsistencia o de manera
comercial. Esperemos que estas soluciones lleguen pronto a manos del agricultor
y logremos evitar así, la siguiente angustia de perder su cultivo o ganado por
el cambio climático.
(*) Gerente de Biotecnología para Centroamérica y el Caribe
de CropLife Latin America TOMADO DE
ENVIO DE PREGON AGROPECUARIO DE AR
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