viernes, 20 de noviembre de 2015

PLANTAS A PARTIR DE ESQUEJES

 Beltrán y la sostenibilidad de los esquejes
El agricultor constituye un referente en la agricultura suburbana guantanamera al lograr más de 40 mil esquejes de diferentes frutales, mayormente de guayaba enana roja cubana Autor: Jorge Luis Merencio Cautín |  Foto: del autor GUANTÁNAMO.— Cuando se escriba la historia de la agricultura suburbana en esta pro­vincia, un espacio prominente deberá ocu­par el campesino Eugenio Beltrán Pérez por su sobresaliente aporte a la propagación de los frutales.
Este socio de la cooperativa de crédito y servicios Mariana Grajales es el único guantanamero que produce posturas a gran escala mediante la propagación por esquejes.
El esqueje es un tipo de propagación asexual que consiste en separar de la planta madre una porción del tallo, posteriormente favorecida por determinadas condiciones, las cuales inducen a la formación de raíces, ob­te­niéndose una nueva planta, en la mayoría de los casos idéntica a la madre.
Expresado de manera más sucinta: el es­queje es un segmento de planta separado de esta con una finalidad productiva y también se le conoce como gajo o estaca.
Entre sus ventajas está la diseminación de plantas sin necesidad de emplear simientes, la producción precoz de la nueva mata y el aseguramiento de una postura con probado potencial productivo.
Beltrán Pérez inició la experiencia en el 2012, después de aprender la tecnología en cursos impartidos por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), y uno auspiciado por el Proyecto Palma, ofrecido en Sancti Spíritus por expertos españoles, según relata.
Desde entonces ha logrado más de 40 000 esquejes de diferentes frutales, mayormente de guayaba enana roja cubana, y en menor número de cereza, limón persa y flores, con una supervivencia en vivero entre 80-85 %, que considera muy buena para este método.
Comenta que en ello es determinante la observancia de los requerimientos de la tecnología, el empeño de los trabajadores y el empleo de humus de lombriz como fertilizante en el desarrollo de las posturas.
Según él la experiencia es sostenible y lo corrobora con el hecho de terminar el presente año con la producción de unos 12 000 esquejes, a los que suma otras posturas que logra mediante el injerto de yemas: anón, níspero, guanábana, frutabomba… “Las posturas que los productores encarguen, nosotros aquí la garantizamos”, asegura con modestia.
Eugenio encomia la productividad de los guayabales sembrados por esquejes y asegura que su cooperativa dispone de más de 70 hectáreas de frutales, entre áreas puras y en policultivos, aunque alerta que últimamente observa un preocupante descenso en la siembra de frutales, motivado por las dificultades con la comercialización de las cosechas debido a las limitaciones tecnológicas y de capacidad productiva de la industria, además de la carencia de sistemas de riego.
Abanderado en la aplicación de la ciencia y la tecnología, este labriego asevera que su finca, ubicada en la comunidad de San Ildefonso, a unos cinco kilómetros al noroeste de la ciudad de Guantánamo, constituye escenario de fructíferos intercambios de campesinos y trabajadores con profesores y estudiantes de la Uni­versidad de Guantánamo.
En el área en que se desarrollan los esquejes, dos profesores de ese centro docente han montado sus experimentos para sus tesis de doctorado, afirma y sentencia: “Ello nos enorgullece y nos estimula a seguir adelante con el desarrollo de esta tecnología de propagación de posturas”. TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA


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