Viaje al fondo de los océanos Círculo de barracudas es su
imagen más icónica y más reconocida.
FOTO imguol.com
Círculo de barracudas es su imagen más icónica y más
reconocida. FOTO IMGUOL.COM POR JOSEBA ELOLA/EL PAÍS
David Doubilet, con más de 50 años de trayectoria
fotográfica en el fondo del mar, es reconocido por la fuerza de su trabajo. En
España le rinde homenaje por estos días.
Un submarinista en medio del azul. Una bandada de barracudas
que le cercan. Un brazo que se estira, casi, hacia la luz. David Doubilet
capturó Círculo de barracudas al final de la década de los sesenta, cuando aún
estaba dando sus primeros pasos como fotógrafo. La imagen se ha convertido en
sinónimo involuntario de toda una carrera. Vista de lejos, la instantánea se
asemeja a un ojo. Al ojo inmenso de un fotógrafo que solo presta los suyos para
el inmenso azul.
Aquel día, sol radiante, Doubilet buceaba por pacíficas
aguas, las de la costa de Nueva Irlanda, en Papúa Nueva Guinea. De pronto, vio
que se le acercaban las barracudas. Siete barracudas.
La estrategia defensiva de estos peces carnívoros consiste
en rodear aquello que constituye una amenaza. Y así lo hicieron. Esos
ejemplares de afilada dentadura, llamados tigres de los mares, empezaron a
ejecutar una circular coreografía en torno al entonces joven fotógrafo
neoyorquino.
Y Doubilet enseguida lo vio. Ahí había una foto: un buceador
rodeado de barracudas visto desde abajo. Qué imagen. Necesitaba a alguien en su
lugar para sumergirse y capturar el instante. “¡Yo estaba en medio de mi propia
foto!”, recuerda el fotógrafo estadounidense.
Se acercó a Toledo, la embarcación que le había llevado
hasta aquel rincón del Pacífico Sur, y le pidió a su capitana, Dinah Halstead,
que se zambullera con él. Y de vuelta al agua.
“Lo normal es que las barracudas se alejen del lugar ante
una situación como esa, pero ahí seguían”, recuerda el fotógrafo, nacido el 28
de noviembre de 1946. Tardaron poco en rodear, esta vez, a la capitana. Raudo,
en pos de la instantánea soñada, Doubilet se sumergió unos 60 pies hacia las
profundidades. Al llegar abajo, se giró y enfocó hacia arriba. Entonces ocurrió
uno de esos accidentes felices de la vida. La capitana alargó una mano. “Eso es
lo que hace que la foto funcione”.
Su imagen icónica
Círculo de barracudas es la imagen que le acompaña allá por
donde va. Forma parte de Océanos, exhaustiva retrospectiva que el Festival Mar
de Mares de A Coruña, en España, dedica en estos días, y hasta finales de mes,
al fotógrafo estadounidense. Un recorrido por sus 50 años de trayectoria como
colaborador de la revista National Geographic a través de sus 100 mejores
instantáneas.
Doubilet, que empezó a tomar fotos submarinas a los 12 años,
envolviendo una cámara Brownie Hawkeye en una funda de plástico de anestesista
para evitar la entrada de agua, está considerado como uno de los mejores
fotógrafos submarinos del mundo. Bahamas, Nueva Zelanda, Canadá. Anguilas,
tiburones blancos gigantes, rayas venenosas. Desde 1969, fecha de su primera
colaboración con la publicación estadounidense, ha recorrido 70 países y
publicado 12 libros, el último editado junto a su mujer y compañera de
aventuras, la bióloga y fotógrafa Jennifer Hayes, recibe el título de Face to
Face with Sharks (cara a cara con los tiburones).
Cuenta Doubilet que los tiburones, sí, son peligrosos, pero
que el momento de mayor apuro lo vivió en el delta del río Okavango, en
Botsuana. En el fango de esas aguas que una vez al año, con las crecidas, se
convierten en materia cristalina estuvo en 2004 tomando unas fotografías
nocturnas que le permitieron ver brillar los ojos de los cocodrilos bajo el
agua. “Tenías la sensación de que en cualquier momento podía ocurrir algo a tus
espaldas”, rememora. “Tuvimos suerte. Y buenos guías. Es un lugar en el que muy
poca gente ha conseguido hacer fotos”.
Doubilet es un especialista en captar instantáneas que nos
muestran la superficie y lo submarino simultáneamente; lo que todos vemos y lo
que se esconde debajo.
Tras una dilatada trayectoria, ya puede decir, sin temor a
equivocarse, que a los peces no les gustan las fotos. “Para el 90% de los
animales marinos eres una enorme criatura extraña que hace ruido, burbujas y
que empuja una máquina amenazante”. La parafernalia con la que Doubilet se
pasea por los fondos oceánicos, del tamaño de un microondas –tal y como él la
describe–, no resulta la mejor carta de presentación posible para hacer amigos
subacuáticos.
Para conseguir una buena imagen en un elemento 700 veces más
espeso que el aire, dice, hay una clave: “El truco es pensar que no eres un
paparazi, sino un retratista”.
Preocupado por la degradación del medio ambiente, Doubilet
agradece a la revista National Geographic su apuesta por el periodismo de
fondo, en tiempos en los que la rapidez gobierna, y recuerda que una fotografía
puede cambiar las cosas. Como aquellas que hizo en Palau, Micronesia, y que
ayudaron a despertar la conciencia de la necesidad de crear un parque nacional.
“Las fotos de A Coruña se pueden ver, espero, como una forma de arte; pero
también como el poder del cambio. Las fotografías son poderosas. Queremos abrir
los ojos del mundo al océano”.
FOTÓGRAFO DESDE LOS DOCE AÑOS DAVID DOUBILET
Doubilet nació en Nueva York. A los doce años comenzó a
tomar fotos submarinas, dedicando gran parte de sus vacaciones a visitar la
costa de Nueva Jersey. También en el Caribe, tomando clases de buceo en
Bahamas. Se graduó en el Boston University College of Communication en 1970. Su
trabajo se puede ver en su propio sitio web: www.daviddoubilet.com. TOMADO DE EL
COLOMBIANO
No hay comentarios:
Publicar un comentario