Tres asentamientos irregulares y una compleja situación
social en área del Vertedero Municipal Un operativo interinstitucional busca
recomponer la situación habitacional, sanitaria y social de familias que
residen en los asentamientos irregulares dados en llamarse Juan Santos, El
Espinillo y El Sauce, en las inmediaciones del Relleno Sanitario de la ciudad,
camino a Casa Blanca.
La Intendencia Departamental de Paysandú, los ministerios de
Interior, Desarrollo Social y Salud Pública, y el Instituto del Niño y el
Adolescentes del Uruguay (INAU) vienen trabajando en conjunto desde hace años,
aunque la tarea se vio enlentencida en el período anterior de gobierno
departamental.
Se trata de “un trabajo silencioso, metodológico, que toma
como base un trabajo que se presentó en 2009, con varios planteos de políticas
sociales realizados por diferentes instituciones”, dijo Marco García, director
general de Servicios.
“El trabajo se venía realizando desde 2006 y en 2009 se
presentó un informe de fin de período, pero la propuesta no pudo ejecutarse en
la gestión pasada, porque el rector del espacio, que es la Intendencia, no
brindó las posibilidades. No tuvimos una comunicación correcta con esa
administración. Ahora tenemos una que se preocupa y ocupa del tema, y a la vez
una mejor presencia y acción del Ministerio del Interior”, subrayó Carlos
Damico, director departamental del Mides.
En estos días, “se llevó a cabo un relevamiento, del que se
están procesando los datos; el lunes esperamos tenerlos listos, para una
reunión que volveremos a tener todas las instituciones”, agregó García. Hizo
hincapié en que “hay que ser conscientes de los datos que estamos manejando,
porque se trata de una población muy vulnerable, por lo que hay datos que
debemos mantener en un ámbito reservado”.
El mismo lunes “se podrá hacer una intervención más
profunda, en virtud del apoyo de Jefatura de Policía y Prefectura de Puerto,
para llegar con equipos de salud y sociales, a fin de conocer más profundamente
las situaciones muy complejas que se viven”, agregó Juan Gorosterrazú, director
departamental de Salud.
Aunque en el “vertedero propiamente dicho no vive nadie,
sino que se vive en los tres asentamientos”, dijo Damico, “se dan casos de
personas que ingresan para clasificar (residuos domiciliarios) y
circunstancialmente se quedan algunos días”.
La situación social apreciada por las visitas realizadas
demuestra que “no es un problema de las instituciones; somos todos responsables
y también la solución la tenemos todos. Desde el punto de vista
interinstitucional, hay que trabajar y fortalecer los trabajos que se han
realizado. Pero hay también que apuntar a la respuesta de los medios de
comunicación y de la parte empresarial”, sostuvo Damico.
El director departamental del Mides hizo énfasis en que “el
Relleno Sanitario en sí es una construcción de la sociedad. Lo que está ahí es
lo que nosotros producimos de alguna manera, los residuos domiciliarios.
Además, hay quienes con eso hacen riqueza; es el trabajo de muchísima gente”.
En los asentamientos irregulares circundantes, donde residen
en general clasificadores de residuos, “hay una prevalencia de niños y
adolescentes, en una proporción mayor que el promedio de la sociedad. Aunque la
población es fluctuante y se ha visto incrementada tras la última inundación,
con el traslado a la zona de familias que antes no vivían allí”, explicó
también Damico.
Esa población, “especialmente niños y mujeres”, recibe
asistencia en salud “en las policlínicas de Casa Blanca, San Félix y
Municipales 2”, dijo Gorosterrazú. En el área educativa, “hay niños que sí
concurren a centros de estudio, en general Primaria, y adolescentes que han
abandonado el liceo”, agregó García.
TRABAJOS EN EL VERTEDERO En el Vertedero Municipal, la
Intendencia “viene trabajando desde que asumimos la administración”, subrayó
García. “Se ha iniciado la mejora de la infraestructura, reflejada en el
Presupuesto como un aspecto prioritario, con la finalización del Ecopunto, la
culminación del cercado perimetral que se hará ahora, y la implementación de
una oficina con computadora y teléfono. Eso nos permitirá reforzar el trabajo
de contralor, estableciendo horas de ingreso y egreso e identificando a quienes
llegan como clasificadores de residuos”, puntualizó. Tomado de el telégrafo de
uy
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